1.---
Por muy imprudente que sea el Vicario de Waterloo es de cajón que sabía que,
desobedeciendo de manera tan reiterada a la Junta Electoral Central, corría el
riesgo de ser inhabilitado de su cargo de president de la Generalitat de
Cataluña. Quim Torra lo sabía, y diremos más: lo estaba buscando. Lo estaba
buscando confusamente. Lo aclararemos más adelante.
Torra
coloca unas pancartas en el balcón del Palau de la Genrealitat exigiendo la libertad
de los presos políticos incluyendo la
divisa de los lacicos amarillos. La Junta Electoral Central le ordenda que
retire tales trapos. Torra saca pecho y se niega reiteradamente; cuando intuye
que la cosa puede acabar con la entrada de los Mossos de l´ Esquadra para
descolgar las pancartas raudo como una centella las manda retirar. Seamos
serios: eso es una desobediencia a medias, un coitus interruptus. Son los
meandros de Quim Torra, que en un principio chicolea diciendo que no asistirá
al juicio para, finalmente, acudir acompañado de sus cofrades. Movimientos
confusos, pues.
Torra
miente ante el juez, ante la historia y ante la Moreneta. Si dice que la orden
de la JEC era «ilegal» ¿por qué acaba obedeciéndola? Más todavía, ¿por qué
declara que la desobedeció? La desobediencia interruptus, como el coito de esa
naturaleza, no cuentan como tales.
Creo
que podemos elevar, aunque provisionalmente, la siguiente conclusión: este
caballerete busca confusamente ser entronizado en el almanaque del martirologio
independentista. Lo hace a través del juego del escondite. Confusamente para no
desentonar con el carácter y el itinerario del procés.
2.---
Torra puede ser inhabilitado. Tal vez es lo que desea: «Aparta de mí ese cáliz
de amargura». Porque es sabedor de que en el campo independentista no le
respetan sus amigos, lo detestan sus
conocidos y sus saludados no le respetan. De ahí que la ocasión la pinten calva,
ser inhabilitado, según él, por el malvado
Estado.
ERC sale ganando. Ha sido
respetuosa con el president y perinde ac cadáver con la institución. Ahora
tiene el camino expedito para, sin meandros, sacar tajada de la situación. De
ir a la busca de la respetabilidad perdida por un gamberro que hace de la
confusión apariencias de política. Me da que ERC no tendrá una oportunidad como
esta para convertirse en el primer monasterio de Cataluña.
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