Manuel
Gómez Acosta, Ingeniero Industrial. Miembro de Federalistes d’Esquerres
El presente escrito es un alegato contra la Independencia de
Catalunya desde posiciones inequívocamente democráticas y de izquierdas.
Democráticas porque considera que la opinión de los catalanes es un elemento
plenamente necesario, aunque no suficiente, para la solución del
conflicto desde la legalidad y con plenas garantías democráticas. De
izquierdas porque considera que la independencia tendría costes irreparables,
sociales y económicos, que repercutirían sobre los trabajadores catalanes y el
resto de los trabajadores españoles.
Pero con la misma rotundidad que afirmo mi posicionamiento en
contra de la secesión, la reflexión no está construida desde el
unitarismo casposo de los viejos guardianes de la unidad de la Patria , sino desde
posiciones nítidamente de izquierda progresista que considera que la unidad de
los trabajadores españoles no debe romperse. Reivindico el viejo principio
moral de la solidaridad territorial entre todos los pueblos de
España.
El
artículo, denuncia el carácter taumatúrgico del llamado “dret a decidir”, escudo mágico e invencible, bálsamo milagroso que protege de la
intemperie, deja fuera a los que discrepan, asigna el carnet de
“patriota” a quien lo defiende y acusa de anti demócrata a quien lo matiza.
Reivindico
la necesidad de votar con plenas garantías democráticas, superando las
limitaciones de un referéndum, en donde no existen garantías para quienes
discrepan puedan explicitarlo.
Reivindico
al mismo tiempo la gran oportunidad de aprovechar el momento histórico en el
que estamos viviendo, para la recomposición de todas las fuerzas de izquierda
de las Españas en la búsqueda de un gran pacto que nos permita rescatar
el Estado del marasmo en el que está inmerso, la reconstrucción
y modernización de sus obsoletas estructuras, y
la reforma del marco constitucional en la dirección federal. Es decir, devolver el Estado a sus legítimos propietarios,
los ciudadanos
JUNTOS,
ciudadanos y trabajadores de Catalunya y del resto de España, PODEMOS
El “dret a decidir” y
el 9N
¿Es
el “dret a decidir”, una exigencia democrática de la sociedad catalana
para conocer lo que los catalanes deseamos y queremos? ¿Es solo una brillante
estrategia, que permite dejar en la intemperie a quien la discute, acusar al
“enemigo común” de antidemocrático y cohesionar al independentismo? ¿Es al
mismo tiempo una estrategia de posicionamiento de las fuerzas soberanistas en
su hoja de ruta hacia el reparto del poder autonómico?
La no
realización del 9N “fetén” es una buena noticia para el independentismo. Del
“Madrid nos roba” al “Madrid no nos deja votar”, permite mantener
activada la tensión secesionista y da el protagonismo a las fuerzas más reacias
a cualquier tipo de negociación.
Votar en democracia significa hacerlo no solamente desde la legalidad,
sino con todas las garantías democráticas. Como apuntaba el profesor Joaquim Brugué, catedrático de Ciencia
Política de la UAB ,
tras dimitir de la “Junta electoral del 9 N” «en las condiciones actuales no se
dan las garantías para que su desarrollo sea plenamente transparente y
democrático»: inexistencia de un organismo independiente de control del proceso
y de resolución de las posibles reclamaciones, carencia de un censo de
votantes, ausencia total de neutralidad de las instituciones convocantes,
sin maquinaria legal avalada por los secretarios municipales, sin seguimiento
contrastado…
No es
verdad que a los catalanes no se nos deja votar, los catalanes votaremos con
plenas garantías democráticas, en los próximos meses y a lo largo del 2015.
Municipales para elegir nuestros gobiernos locales y alcaldes representativos,
en las legislativas para que nuestros representantes defienden los intereses de
los ciudadanos de Catalunya en el Congreso de los Diputados y autonómicas
cuando el President Mas las convoque para elegir el nuevo Parlament de
Catalunya, que evaluará cual es la fuerza democrática, de las diferentes
propuestas que explicitaran la relación de Catalunya con el resto de España:
declaración unilateral de independencia, negociación de ésta con el Estado,
negociación de una propuesta de reforma federal constitucional, continuismo….
El dia despues
El día
después, será el final de una estrategia manipuladora y simplista, a partir de
ese día, el que podamos votar o no, dependerá del President Mas.
El 9 N
volverá a ser otra de las fechas del universo mágico del independentismo. El
independentismo realizara su cuarta demostración de fuerza desde el 2012. En mi opinión sería un gravísimo error por
parte de Gobierno de Rajoy impedirlo: su prohibición activaría el radicalismo.
El 10 N, el
independentismo “perderá el escudo heroico de una frase imbatible”, se verá
sometido al juego democrático de las elecciones y a la evaluación por los ciudadanos
de las diferentes opciones. Será la hora de la Política de las mayorías
y minorías, frente a la astuta y sagaz estrategia del “dret a decidir”. Será la
hora de la verdad para todos.
En el campo
del nacionalismo se abrirá una lucha fratricida por el poder, entre CiU y ERC,
lo que el nacionalismo ha querido evitar a toda costa, la pretendida unidad no
es sino miedo a la discrepancia y a las propuestas diferentes..."el morí Cambó frente al
Visca Macià"
En el campo
de las fuerzas de la izquierda, el escenario deberá clarificarse. La CUP debe decidir si sigue
apuntalando a los ultra liberales de la derecha nacionalista o apuesta por la
unidad con el resto de los trabajadores españoles, ICV si su mayoría
federalista sigue secuestrada por su derecha soberanista, el PSC tendrá que
decidir que quiere ser de mayor, un partido socialista o una formación
catalanista de corte liberal y por fin los sindicatos no tendrán más remedio,
una vez desaparecido el paraguas del “dret a decidir”, que enfrentarse a la
realidad de la reforma laboral , a la desindustrialización de Catalunya, al
aumento de la desigualdad, a la privatización de la sanidad pública, al
deterioro de las condiciones de trabajo, será un momento difícil para unos
sindicatos que no tendrán más remedio que apuntarse a la defensa de los
intereses de la clase si no quieren desaparecer.
Los trabajadores de
Catalunya ante las incertidumbres del proceso
¿Tenemos
derecho los ciudadanos de Catalunya a preguntarnos si la independencia es un
buen negocio, o sin embargo introducir esta reflexión nos apunta inmediatamente
al bando “españolista” del miedo?
¿Es para la
izquierda, una obligación plantearse en qué medida la independencia mejora las
condiciones de vida de los trabajadores...?
Ha llegado
el momento de que la izquierda catalana y del resto de España aborde el
tema de la independencia en su vertiente económica y social. La izquierda
catalana tiene que decir con toda claridad si renuncia a construir un proyecto
de reforma del estado Español con el conjunto de los trabajadores de los
pueblos de España y si apuesta por el abandono de la unidad de la clase
trabajadora española
Los grupos
de presión económica que dan su apoyo a las burguesías nacionales han
dado sus argumentos, en el lado “almogàver”, el colectivo Wilson encabezado por
el economista ultra-liberal Sala i Martin; en el otro, el más representativo el publicado por
el Instituto de Estudios Económicos dirigido por Jose Luis Feito, de la misma
tendencia ideológica.
¿Desde la
izquierda qué argumentos se han aportado al debate económico? ¿Acaso las
repercusiones económicas de la secesión no afectaran gravemente a los
trabajadores catalanes y al resto de los trabajadores españoles? Ante la
incertidumbre del proceso, ¿es de izquierda argumentar como hace ERC, que la
independencia es un problema de dignidad y que los costes económicos habrá que
asumirlos sean los que sean, o tratar de minimizarlos , para recuperar la
libertad? ¿Qué libertad, la de unos ciudadanos obligando a otros
ciudadanos a ser extranjeros en su propia tierra?
Costes económicos,
sociales, políticos e institucionales
¿Analizar
las repercusiones de la secesión sobre la balanza comercial, la inversión
extranjera, la deuda pública y el déficit y sus consecuencias sobre el empleo,
las pensiones y la seguridad social, es algo intrascendente para los
trabajadores catalanes?
Ha llegado
el momento de ofrecer argumentos, contrastar análisis y refutar pronósticos. Ha
llegado el momento de preguntarnos si la secesión es un buen negocio para
Catalunya. ¿Preguntar, cómo hace la ANC en su “encuesta” a domicilio, a qué
queremos dedicar los 8.000/16.000 M€ anuales que España nos roba , es un acto
de demagogia o un elemento de reflexión? ¿Repartir como hace la ANC salvoconductos entre los
comercios “amigos”, ayuda al necesario dialogo entre las partes o es algo
más: un elemento de coacción intolerable en cualquier país democrático”
Sin ánimo
de abrumar al lector con una montaña de datos que pueden ser considerados como
poco objetivos, apuntemos brevemente algunos elementos para la reflexión.
Desde el punto de vista de la balanza comercial hay que tener en cuenta que el resto de España representa para
Catalunya el 45% de su comercio. Catalunya vende bienes por 44.000M€ al resto
de España, siendo Aragón con 11.500M€ nuestro principal socio comercial,
por encima de Alemania y Francia. La balanza comercial de Catalunya es de
superávit con el resto de España y representa el 9,7% del PIB catalán. Por el contrario es deficitaria con el resto
del mundo
La secesión
podría implicar lo que se conoce como “efecto frontera” es decir una reducción
de los flujos comerciales con nuestros principales clientes, el resto de España
¿Podemos afirmar que no es importante ni significativo poner en riesgo las
relaciones comerciales con nuestros principales clientes?
La inversión extranjera en Catalunya creció un
31,5% en 2013, hasta 3.511 millones de euros, contrasta con
una caída de Madrid del -7,1%, que pese a todo lidero la inversión extranjera
ese año con 8.365M€. Según anunciaba el Financial Times los inversores no se
“creían” el proceso soberanista iniciado en Catalunya.
El problema
surge en el 2014, en los primeros seis meses del año, la inversión extranjera
en Catalunya ha caído un 59% al pasar de 1.268 M€ en 2013 a solo 523 M€ en el
actual ejercicio. Por áreas de actividad la caída de la inversión ha
afectado entre otras a las industrias manufactureras que han recibido en el
primer semestre del 2014 un 77% menos de inversión extranjera que en 2013. Hay
que tener en cuenta que los periodos de maduración de las inversiones
extranjeras se mueven entre los 6 y los 18 meses, hasta que deciden
llevarlas a cabo, lo que supone que en estos momentos los inversores están a la
espera de la evolución de los acontecimientos
Desde
finales del 2010 cuando CiU tomó posesión del Govern de Catalunya hasta finales
del 2013 la Comunidad
de Madrid ha recibido 40.506 M€ de inversión extranjera, frente a los
10.891 M€ de Catalunya
La
actual deuda de la Generalitat asciende a
más de 60.000M€, deuda que tendría que asumir en solitario para hacer frente a
sus compromisos de devolución en caso de secesión. A ello habría que añadir los
casi 200.000 M€, que le corresponden de la deuda española. Esta deuda
pública de una Catalunya independiente supondría un 118% de su PIB, lo
que implicaría una carga financiera inasumible que se agravaría con las
dificultades de acceso a los mercados, las dudas sobre la utilización del
euro y al coste de financiación con prima de riesgo muy alta.
En cuanto
al déficit se estima que este en el caso de una
Generalitat independiente alcanzaría los 20.000M€, como resultado de asumir las
nuevas competencias que corresponderían al nuevo Estado, cantidad superior a
los posible ingresos derivados compensatorios del déficit fiscal de Catalunya
con el Estado. Déficit fiscal que se mantendría en el caso de permanecer en
Europa al tener un PIB superior a la media europea, Catalunya sería un
contribuyente neto
Otra de las
consecuencias a asumir, sería el alto riesgo al que se sometería a nuestro sistema financiero.
El conjunto de entidades bancarias tiene en Catalunya depósitos por valor de
195.000M€, frente a unos 292.000M€ de créditos concedidos.
Este “funding gap” que es como se conoce este desfase, que en la actualidad se
financia con depósitos del resto de España y el BCE, hace al sistema
bancario en Catalunya especialmente vulnerable ante los problemas de liquidez a
los que habría que hacer frente en los primeros meses/años de la independencia.
Empleo y Seguridad Social. En los primeros años del nacimiento del nuevo Estado el sistema
público de pensiones aumentaría su déficit como consecuencia de la caída de los
cotizantes a la
Seguridad Social derivada del incremento el desempleo
provocado por la caída de la inversión extranjera, las incertidumbres de la
devolución de la deuda, la financiación del déficit y los riesgos financieros
asumidos. Se me dirá que todo esto será coyuntural que solo afectara a los
primeros años del nacimiento del Estado Nuevo. ¿Puede la izquierda catalana ser
insensible a unos hechos que pueden afectar gravemente a las condiciones de
vida y empleo de los trabajadores?
¿Los
riesgos institucionales de permanecer durante años o para siempre, fuera de los
organismos internacionales como NN.UU, UNICEF, PNUD, OIT, la UE ,….quien los asume? ¿Quién
asume la ruptura de la cohesión social, la fractura de la sociedad
catalana, el enfrentamiento civil entre unos catalanes que imponen a otros
catalanes el tipo de pasaporte que deben llevar y el País al que deben
pertenecer? ¿A quién beneficia la independencia? ¿Estamos seguros que los
trabajadores saldremos beneficiados de este proceso?
¿Debe
renunciar la izquierda catalana a la transformación del Estado Español y a
construir una alternativa democrática, progresista y transformadora de la
realidad social? ¿Debemos irnos y dejar abandonados a su suerte al resto de los
trabajadores españoles o por el contrario construir y recomponer
juntos un nuevo bloque de progreso?
A lo largo
de la Historia
a los trabajadores nos ha ido mucho mejor cuando hemos caminado juntos “codo
con codo”, el separarnos nos hace más débiles, más vulnerables. Dividirnos ha
sido siempre un objetivo de la clase dirigente, ¿se lo pondremos tan fácil?
¿España es
nuestro enemigo?, como se nos quiere hacer creer desde el soberanismo liderado
por la derecha catalana y sus acólitos , o ¿ nuestros enemigos son los
recortes, las políticas de ajuste, la reforma del mercado laboral aplaudida por
CiU, con el silencio de ERC,....?
¿Y si el dogma de fe de que la independencia nos hará libres, más
ricos, más felices, sólo fuera eso, un dogma de fe...?
La independencia puede que no sea mala para una determinada
Catalunya, pero dudo que sea buena para sus ciudadanos, pero estoy seguro
que es enormemente negativa para los trabajadores catalanes y del resto de
España.
Mejor juntos
A los catalanes no nos ha ido tan mal cuando hemos caminado juntos con nuestros hermanos el resto de los españoles a lo largo de
Juntos,
catalanes y el resto de los españoles, combatimos al fascismo cuando Europa
miraba para el otro lado. En la defensa de Madrid, los milicianos madrileños
luchaban también por las libertades nacionales catalanas. Muchos catalanes y
españoles perdimos la guerra civil, en el bando vencedor se alineaban la
oligarquía financiera vasca, los terratenientes andaluces y la burguesía
industrial catalana, fuerzas económicas que construyeron un Estado depredador,
útil para la defensa de su interés de clase.
Catalunya
es elegida desde el punto de vista industrial, como la base
económica industrial del capitalismo español, por su mayor capacidad
productiva, mano de obra barata proveniente de otras zonas deprimidas, lo que
garantizaba una mayor competitividad, con una envidiable situación logística.
Se instalan en Catalunya fábricas de automoción, química, refinerías, se
desarrolla el sector eléctrico y gasístico, el capitalismo español necesitaba
de Catalunya y encuentra su mejor aliado en la patronal catalana. Madrid se
reserva la base económica del sistema financiero y de los servicios, así como
el control político.
Llegó la
democracia y la
Constitución de 1978 trajo a Catalunya el periodo de más
crecimiento económico y desarrollo productivo de toda su Historia. Catalunya
crece y su renta per cápita supera a la media europea. Catalunya hace de motor
de la economía española y aprovecha las sinergias del proceso y el tamaño del
mercado doméstico para liderar el desarrollo económico español.
Barcelona
consigue los Juegos Olímpicos del 92 y con ello una de las mayores inversiones
públicas del Estado Español a lo largo de la Historia. El Plan
Delta del Llobregat impulsado con gobiernos socialistas, ayuda a convertir
Barcelona es el primer “hub” logístico del Mediterráneo: una terminal
aeroportuaria la T 1
que recibe casi 30 millones de pasajeros/año , un puerto de contenedores que
lidera las operaciones en el Mare Nostrum, una terminal de cruceros
que recibe anualmente a más de 2 millones y medio de visitantes. Unas
infraestructuras de movilidad de referencia en toda Europa, una red regional de
alta velocidad que une sus cuatro capitales de provincia algo inusual e inédito
en las Áreas Metropolitanas europeas. Es cierto que el comportamiento de
los Gobierno conservadores en Madrid, en relación al corredor MED ha sido
cicatero y en ocasiones poco decidido en su defensa en Europa, pero no es menos
cierto la incapacidad de los Governs de la Generalitat en
conseguir acuerdos que permitan avanzar en la obtención de las inversiones
necesarias .El Gobierno en Madrid no ayuda y la Generalitat convierte
su incapacidad en victimismo, alimento para la secesión.
Barcelona,
sede del ordenador “Mare Nostrum”, el supercomputador más potente en España y
uno de los más potentes de Europa , sede de la agencia europea de la energía de
fusión ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor), sede de la
organización “Unión para el Mediterráneo”…todo ello logrado a propuesta de los
Gobiernos españoles de turno…
Propuestas
desde la izquierda para activar el dialogo, la necesidad de cambios profundos
en el Estado y en la sociedad española.
La
izquierda está obligada a hacer pedagogía sobre los desencuentros, a
construir puentes para el dialogo y propuestas para el encuentro. A
desmontar la manipulación derivada de la frustración de la sentencia del TC
sobre el Estatut de Catalunya, ¿estamos seguros que fue un acto consentido de
humillación contra Catalunya? Algún día la izquierda catalana PSC e ICV tendrán
que explicar por qué apostaron de forma tan irracional al linchamiento de
la Constitución ,
sin hacer ninguna propuesta para superar el desencuentro. ¿Tal vez miedo a su
propio linchamiento?
La
izquierda debería asumir el protagonismo de la reconstrucción de una España
atractiva para todos sus ciudadanos, respetuosa en el reconocimiento nacional
de todos los pueblos del Estado. El problema de la España de hoy, no es solo
el que se quieran ir muchos catalanes, sino su incapacidad para hacernos sentir
a sus ciudadanos participes de un proyecto compartido
El gran reto de la izquierda, debería ser reconstruir un Estado
social capaz de garantizar los servicios públicos de calidad, combatir la
brecha de la desigualdad, regenerar la democracia, desactivar la corrupción
generalizada, construir el futuro…todo eso lo debemos hacer juntos. España no
podrá hacerlo sin Catalunya ni Catalunya sin España.
Regeneración
política, construir nuevas formas de hacer Política, un nuevo código
expositivo capaz de transmitir a la población mensajes
claros, lejos de los “criptogramas” emitidos por los actuales
políticos profesionales, espontaneidad frente a las fidelidades
corporativas de grupo, lealtad solo con los ciudadanos.
La
izquierda en España, sobre todo la “nueva izquierda”, intenta organizar
la movilización de los ciudadanos contra la corrupción, contra la privatización
de los servicios públicos, contra la desigualdad , en defensa de la sanidad
pública, se evitan el cierre de hospitales, se combate por la enseñanza pública
de calidad … En Catalunya, por el contrario, las grandes movilizaciones
son fundamentalmente de carácter identitario, siendo relegadas las
reivindicaciones de carácter social a un segundo plano.
Quizás sea
algo más que una anécdota las desafortunadas declaraciones de la líder de
Omnium Cultural intentando justificar los casos de corrupción en Catalunya con
la persecución de los aparatos del Estado contra el independentismo. Esa es la
principal consecuencia de que sea el nacionalismo quien lidera las
movilizaciones
La
solución federal
No pretendo
a estas alturas de mi exposición hacer una documentada reflexión federal, no es
el momento ni soy un especialista en la materia. Solo apuntaré de forma sucinta
y comparada, aun a riesgo de superficialidad, algunos elementos definidores de
los dos procesos
Lo
“federal” como solución integradora frente a la incertidumbre y los costes de
la fractura secesionista.
La
heterogénea complejidad federal frente a la simplicidad del dogma de fe
independentista.
La razón
democrática frente la pasión identitaria.
La
necesidad de la negociación y la búsqueda del acuerdo, poniendo en valor lo que
tenemos en común, frente al discurso totalitario de que la “mayoría se impone”.
La legalidad democrática y la “legitimidad popular”, compatibles
entre sí.
La gestión
de la compleja realidad frente al “capricho” de la quimera.
La
cooperación reticular frente a la bilateralidad egoísta.
La
solidaridad entre ciudadanos libres frente el egoísmo de los territorios.
La
integración de la singularidad frente a la exacerbación de lo “diferencial”.
A
modo de conclusión :
Desde la Plaça
de Sant Jaume se hace “política” en la “nube”, publicitando la
“sagacidad”, la “astucia”, el regate en corto…, y se desprecia el marco legal.
Desde la Moncloa ,
se utiliza el marco legal y la
Constitución como arma arrojadiza para evitar hacer Política.
La Política
debe ser capaz de convertir el conflicto en oportunidad y debería
permitir iniciar un proceso de reformas que permitan modernizar y
actualizar nuestro marco democrático, haciendo que los catalanes y el resto de
los españoles nos sentimos cómodos en la España Federal.