viernes, 30 de diciembre de 2016

La desconexión de Cataluña



Finaliza este annus horribilis con otra situación hilarante en Cataluña. La vanguardia del politiqueriado (los ex Convergència, Esquerra y los cuperos) han confeccionado un proyecto de ley para regular jurídicamente el interregno entre la desconexión con España y la independencia. Comoquiera que quieren evitar que el Tribunal Constitucional le meta mano lo guardan en secreto. Con siete llaves en el sepulcro de Wifredo el Velloso. Un proyecto de ley secreto. Esto es preocupante. Sin embargo, se convierte en hilarante cuando la número dos de Esquerra Republicana de Catalunya, Marta Rovira, declara que dicha norma es «inimpugnable». Tan llamativa situación es digna de figurar en una escena de la reciente novela de Laurent Binet, La séptima función del lenguaje, que ha publicado Seix Barral en octubre de este año.

¿En qué quedamos? Si es «inimpugnable» no hay nada que temer. Y si es impugnable, el hecho de no hacer público su contenido es –como ha señalado el diputado Joan Coscubiela--  algo extraño a la transparencia de la democracia. Por decir esta obviedad al diputado le está cayendo encima todo un vendaval de improperios por parte de las mesnadas del feudalismo soberanista.

Sea como fuere la cosa tiene su miga. Pongamos que un buen día de estos –una vez resuelta la incógnita de si es impugnable o no--  dicha ley se aprueba por el Parlament de Catalunya. La reyerta jurídica, así las cosas, está servida. ¿A qué debe atenerse la ciudadanía en Cataluña? ¿Quién protege y cómo a quienes nos pasemos por el forro de nuestra cabeza la norma catalana?

Pero el año horrible acaba también con unas declaraciones de Carles Puigdemont que, en su delirio, afirma que el referéndum, que prevé para setiembre de 2017, será válido con la decisión favorable «de la mitad más uno». Más preocupante todavía es el sermonario de usa, a saber: porque no pueden tener ventaja los «obstruccionistas». O sea, los partidarios del no.


Esta es una situación que debería preocupar a los maestros en vaguedades. Son aquellos que pactaron solemnemente hace pocos días que el referéndum sería pactado y, todavía, sin fecha. En definitiva, las conclusiones de dicho encuentro son agua de borrajas, papel mojado. 

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Antes fue el PSUC, ¿Podemos ahora?



Pablo e Íñigo. Íñigo y Pablo. La llamada «fábrica del amor» se ha atascado. Están en ruda zapatiesta ambos entre sí. La teoría de los límites que figura en el Análisis matemático expresa que, por los menos hasta la segunda Vistalegre, la zahúrda se irá ampliando. Después, ya se verá. O esto acaba como lo de César y Pompeyo o, al final, los montes parirán un ratoncillo. En todo caso, el plato de porcelana fina se ha resquebrajado.

Les propongo a Pablo e Íñigo –o, si se prefiere a Íñigo y Pablo, porque el orden de factores aquí altera el producto— que recapaciten en torno a una anécdota que viví personalmente a principios de los años 80. Era cuando el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) se estaba rompiendo a todo meter.

Manuel Vázquez Montalbán y un servidor estábamos en un acto de solidaridad con el periodista  Xavier Vinader, que era la niña de nuestros ojos.  Es el famoso «caso Vinader». El periodista  había sido condenado por la Audiencia Nacional a siete años de prisión mayor como autor de un delito de imprudencia temeraria de carácter profesional, como consecuencia de la publicación en la revista Interviu de dos reportajes sobre las actividades de los grupos incontrolados de extrema derecha en el País Vasco.

Se nos acerca la diputada socialista Anna Balletbó que, atribulada, nos pregunta que qué nos pasa en el PSUC. Manolo que en esta ocasión estaba que se subía por las paredes por lo de Vinader le respondío: «Anna, cuando los socialistas seáis un partido os pasará lo mismo que a nosotros». Estábamos los tres solos. (MVM, al final del acto, se acercó a la Balletbó y le pidió disculpas por su pronto).


Pablo e Íñigo, no os deseo lo mismo que le sucedió al PSUC. Pero, ¡por la Virgen del Pasmo!, poned algo de vuestra parte. 

domingo, 25 de diciembre de 2016

El sobado recurso del «Dimito si no sale lo que digo»



Dimito si no se aprueba lo que yo digo. Este es un recurso que con cierta frecuencia utilizan algunos primeros espadas de la política. A simple vista parece un argumento sensato pues no parece lógico obligar a nadie a asumir unas altas responsabilidades con una línea política que no comparte. Pero la cosa tiene sus matices que no podemos pasar por alto.

Cuando se está en el fragor del debate,  la utilización de dicho artificio («me voy en caso de perder») es algo más que un recurso retórico. Es, ante todo, un elemento de presión que asfixia el desarrollo de la discusión a favor de quien lo utiliza. Más todavía, es un elemento que distorsiona adrede la deliberación. Por tanto, contiene unas arrobas de autoritarismo. Por lo demás, interfiere en la posibilidad de construir una síntesis que engarce las posiciones de la mayoría con aquellas zonas de razón, no contradictorias de la minoría. Este sería el ´arte´ de debatir con punto de vista fundamentado. Lo otro es lo reincidentemente sobado: «O César o nada». Que siempre exige el zafarrancho de los brazos de madera en perfecta formación.

Pablo Iglesias el Joven ha sacado del arcón de la vieja política ese recurso. Comoquiera que lo ha utilizado demasiadas veces no se trata de un error. Es una concepción asumida a sabiendas de lo que va el cotarro. Cuestión diferente es que, cuando se ha agotado la discusión y se han acabado las cajetillas de celtas cortos, se diga: "Con estos planteamientos yo no puedo continuar al frente de la cofradía". Esto es ya es otra cosa. Y naturalmente tiene su lógica. La lógica del momento y de la fase.

Así está una parte de las cosas. Seguirán las hablillas entre unos y otros a través de esa nueva arma letal que es el twitter.  El twiter-tarántula.

Una sugerencia a Pablo Iglesias el Joven: tenga en cuenta que «la tarántula es tan perniciosa para los ciervos como para los hombres, y puede provocarles en poco tiempo la muerte. No obstante, si comen hiedra, la picadura no les produce ningún daño. Es necesario que la hiedra sea silvestre». Lo dijo nuestro viejo amigo Claudio Eliano (170 – 235)  en sus famosas Historias Curiosas.  Este es un aviso contra la ignorancia voluntaria.



viernes, 23 de diciembre de 2016

¿Ajuste de cuentas en Podemos?




Estamos hablando de Podemos. Como es sabido la reciente votación preparatoria de Vistalegre 2 se saldó con una victoria de Pablo Iglesias el Joven sobre Íñigo Errejón. La diferencia fue exigua: sólo dos puntos de diferencia. Lo suficiente para legitimar los planteamientos de Iglesias, pero no para que políticamente este haga de su capa un sayo. A simple vista da la impresión que Iglesias parece haber entendido el mensaje, al menos así se desprende de las reiteradas declaraciones que el primer espada ha hecho a los diversos medios de comunicación. Iglesias, nos lo dice él mismo, habla llegar a acuerdos, de concordia y de otros aliños amables.

Sin embargo, en veinticuatro horas se produce un giro: se produce la destitución del portavoz del grupo parlamentario en la Asamblea de Madrid de Juan Manuel López, conspicuo errejonista. Ni siquiera se han guardado las formas de treva i pau, según antañonas costumbres  tanto para la Navidad como en días de fiestas señaladas. O sea, antes de que el niño Jesús naciera 2016 veces –durante siglos en el Portal de Belén y desde hace tiempo en El Corte Inglés--  se rompe la «tregua y paz» en Podemos, y en la mitad del barranco las navajas de Albacete relucen como los peces. Que dijo el poeta de Fuentevaqueros.


¿Va por libre el sector ligeramente mayoritario de los podemitas de Madrid? ¿Han hecho alguna trastada los errejonistas entre el resultado de la votación y la reaparición del hacha de guerra? ¿Está en el ajo Pablo Iglesias? ¿Tiene credibilidad que Iglesias no fuera informado de que se iba a proceder tan repentinamente a una destitución de ese calibre? Aparentemente es una ecuación con demasiadas incógnitas, que alguien debería explicarnos. Al menos por esta razón: Podemos ha intentado explicar, con desigual fortuna, qué pasa desde el cabo de Gata hasta Finisterre, pero nunca nos ha dicho qué diantre ocurre en su casa. Toda una patología que exhibe la izquierda desde los tiempos de Catilina. Este es un vicio tanto de la gauche qui rie como de la gauche qui pleure


jueves, 22 de diciembre de 2016

El Tribunal Europeo y las cláusulas suelo de las hipotecas



1.--  Mi padre adoptivo, el  famoso maestro confitero Ferino Isla, me decía que la Justicia es tuerta. Cuando tuve una aproximación a eso de la Justicia le pregunté el motivo de su afirmación, porque yo había leído en el periódico que «es ciega». Es tuerta –me insistió--  porque unas veces acierta y otras se equivoca adrede. Digamos, pues, con los sabios de la Vega del Genil que la Justicia es tuerta. Y que eso de «dura lex sed lex» (la ley es dura pero es la ley) es según y cómo.

Si el maestro confitero estuviera entre nosotros, tras liar un cigarrillo caldogallina, me diría que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha estado a la altura de lo que se esperaba. El Alto Tribunal ha sentenciado que la banca española debe devolver que la banca española tiene que devolver la totalidad de lo que percibieron por las cláusulas suelo de las hipotecas. O sea, de un lado unos, 4.500 millones de euros; y, de otro lado, 5.300 millones por los intereses cobrados. Un buen pellizco: 9.800 millones del ala. Y para asentar más el clavo diremos que la sentencia no admite recurso. Primera conclusión provisional: no siempre Europa se comporta como una madrastra.

La banca se lo ha merecido. Impuso a sabiendas y queriendas tan leoninas condiciones. Desoyó las advertencias de tan injusto proceder que le hicieron las organizaciones de consumidores. Le hizo, además, la peineta a algunos representantes políticos de la izquierda que habían  puesto el grito en el Cielo con tales cláusulas suelo. Y tiró por el camino de en medio, ella siempre tan echá p´alante. Ahora, en su voracidad está su penitencia.

2.--  No ha tardado en reaccionar el Ministro de Justicia, Rafael Catalá, que ha declarado a bocajarro que la solución del problema debe venir de los implicados, esto es, de la Banca y de los agraviados. Es decir, el ministro –de la tuerta o la ciega--  está avisando que no admitirá ninguna proposición parlamentaria exigiendo la aplicación de la sentencia. Más todavía, que si es derrotado en el Parlamento utilizará ese argumento para ponerle el veto. Permítanme una miaja de chispa: si entre ellos, los agraviados, estuviera Florentino Pérez, el tal Catalá hubiera hecho otras declaraciones. Es más, habría dictado las disposiciones pertinentes para que Florentino cobrara su aguinaldo en Navidad.

¿Qué pasará ahora? Fácil de adivinar: la banca tocará a zafarrancho de combate, moverá Roma con Santiago, y sus servicios jurídicos –rábulas (picapleitos) de alta nombradía retorcerán los textos con la idea de disfrazar la sentencia como una mera jaculatoria. O, ya lo han insinuado, entablar negociaciones uno a uno con los afectados. Y todo ello sin descartar que el Estado acuda al rescate de esos 9.800 millones de euros.

Alguien tendrá que ponerse al frente de un movimiento que presumiblemente se levantará para exigir el cumplimiento de la sentencia del Alto Tribunal. El problema que tenemos pendiente en nuestro país es la falta de un movimiento de consumidores que pueda encabezar exitosamente la solución de un problema. Conclusión, también provisional: ya va siendo hora de que espabilen algunos y organicen un movimiento consumerista con cara y ojos. Por supuesto, que no actúe de compadre de nadie. O sea, independiente a carta cabal. En concreto, un movimiento con buenos encofradores. 



miércoles, 21 de diciembre de 2016

Los 3 del Fondo Monetario Internacional




Dominique Strauss-Khan, Rodrigo Rato y Christine Lagarde. Son los últimos tres capitostes que han paseado su personal roña por las covachuelas del Fondo Monetario Internacional. Conocemos los avatares más significativos de estas tres personas y, de la misma manera que se acostumbra a decir de ciertas profesiones que imprimen carácter, podríamos afirmar que el FMI imprime podredumbre en sus alturas. Aunque, tal vez, este triplete llegó a la cumbre precisamente porque no olían a ámbar.

El sermonario del FMI es bien conocido: dar lecciones para que determinados países salgan de su crisis, las recetas agravan más la situación y, a continuación, dicha institución se brinda para dar las soluciones para salir del atasco. Que suelen ser las mismas que las que provocaron el hundimiento económico. O dicho agrariamente: vuelta la burra al trigo. Digámoslo con claridad: esta institución, cuyos responsables son designados mediante cambalaches, es un instrumento del caos y del extremismo. 

Los practicantes de la ignorancia voluntaria, familiares de la servidumbre voluntaria, deben saber y sacar conclusiones de la sorprendente información que nos llega del FMI. A saber, una vez la Justicia francesa ha sentenciado que Lagarde, que siendo ministra de Economía en tiempos de Sarkozy se vio involucrada directamente en el caso Tapie, actuó de manera «negligente». Como es natural, tras el fallo, se reúne la institución y en un comunicado afirma: «El directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional ha mostrado su apoyo a su directora, Christine Lagarde, para desempeñar sus funciones». En otras palabras, el FMI no puede permitir que la justicia se le suba a los faldones.


Bienaventurados los que miran hacia otro lado, pues de ellos será el Reino del Fondo. Menuda gentualla.


martes, 20 de diciembre de 2016

Pactos de encofrado variable



Homenaje a Daniel Martín

1.-- De momento podemos sacar algunas primeras y provisionales conclusiones de lo que va de legislatura. De un lado, se han dado algunos pactos entre el PP, el PSOE y Ciudadanos en torno al techo de gasto. De otro lado, la oposición ha conseguido derrotar al Gobierno en lo atinente a la reforma laboral, la Lomce y el salario mínimo, si bien en este caso lo conseguido está lejos de lo que reclama el sindicalismo. Estamos, por lo que se ve, ante unos pactos de encofrado variable. Con un matiz no irrelevante: lo que pacta el PP va a misa cantada. Pero lo que concierta entre sí la oposición está bajo la amenaza de ser recurrido al Tribunal Constitucional para impedir que ello vaya a buen puerto. Y, mientras el papeleo de los recursos va del caño al coro y del coro al caño, una buena parte de las decisiones del Parlamento son papel mojado.

Desde luego, el asunto es de enorme importancia. El Gobierno con su ilegal actitud obstruccionista está vaciando de contenido los poderes del Parlamento. Lo que en democracia es de extrema gravedad. Lo chocante del caso es que no parece que la oposición se tome las cosas en serio. Porque si grave fue el ninguneo del Parlamento en la anterior legislatura, ahora se ha pasado a su desobediencia por parte del Gobierno.

2.-- Por otra parte, la noticia del fin de semana ha sido el reinicio de las movilizaciones sindicales. La visibilidad mayor ha sido la madrileña. Los dirigentes sindicales han dejado claro que estamos en los primeros andares de un proceso que será largo y no precisamente seguro. Es por ello que sugiero modestamente que no se abuse de las reivindicaciones generalistas. O ese proceso plantea demandas concretas o no se avanzará.


domingo, 18 de diciembre de 2016

Rojos y verdes con sentido común (en Alemania)


María-Paz López es la corresponsal de La Vanguardia en Berlín. Hoy publica un interesante artículo que los partidos de la izquierda española deberían leer atentamente. Y, naturalmente, sacar las oportunas conclusiones. Entiendo que se abre una tenue lucecita, casi imperceptible, que no conviene infravalorar. Yo diría que es una novedad, al menos en Alemania. Dada la influencia del SPD en Europa podría ser un rayito de esperanza.

Al grano, pues. La periodista nos informa que el domingo pasado se reunieron en Berlín 75 diputados en el Bundestag: del SPD, del Die Linke y Verdes. La organizadora del encuentro, la socialdemócrata Ángela Marquandt, dijo que el objetivo de la reunión era «ver en qué aspectos de cuestiones sociales y política de pensiones coincidimos». Según sabemos esta es la segunda reunión, pues en Octubre tuvo lugar otro encuentro con características más restringidas. Lo que ha dado lugar a que se empiece a hablar de «Operación R2G». Esto es: dos rojos y los verdes (Green). Exageraciones o no, el caso es que algo se mueve en Alemania.  Otros, más precavidos, afirman que el motivo es que hay un olor a elecciones. Para dentro de nueves meses. Sea como fuere, el caso es que la izquierda alemana podría estar reconsiderando que ya es hora de enviar a la señora Merkel al panteón de personas ilustres.  

Las izquierdas españolas van a celebrar próximamente sus congresos. El PSOE lo hará cuando escampe el temporal; Podemos en el mes de Enero. Como mínimo, la novedad alemana les exige reconducir las relaciones que hasta la presente se han basado en la vieja máxima de «tu muerte es mi victoria» (vita mea mors tua). También sería de obligada reflexión meditar lo que Platón pone en boca de Sócrates: «el objetivo de los médicos no es la medicina sino la salud de la gente». Lo que traducido a lo que nos ocupa sería: el objetivo de la política no es lo que le pasa a los políticos, sino la ciudadanía. Sea.


Radio Parapanda.  Clique aquí: Vietnam 2016 - III Una nueva aproximación sindical al país, a su sindicalismo y a sus industrias de la confección y del calzado (en esta ocasión a través de proveedores de MANGO). Escriben Isidor Boix y Víctor Garrido.


 

viernes, 16 de diciembre de 2016

Cataluña y su desnortamiento



Nos dicen los manuales que «el coeficiente de Gini» es una medida de la desigualdad ideada por el estadístico italiano Corrado Gini. Normalmente se utiliza para medir la desigualdad en los ingresos, dentro de un país, pero puede utilizarse para medir cualquier forma de distribución desigual. El coeficiente de Gini es un número entre 0 y 1, en donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y donde el valor 1 se corresponde con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno).

Ahí tienen ustedes el cuadro comparativo que nos indica el estado de la cuestión en Cataluña y otros lugares entre los años 2007 y 2014. Ya lo ven: allá donde –se decía siempre con exageración--  se ataban a los perros con longanizas se ha pasado a un sitio de sufrimiento. La explicación dogmática es que la culpa la tiene sólo y solamente el Estado central que expolia, roba, saquea a Cataluña. Nunca la tiene una determinada acción política catalana, cuya clase dirigente está sumida en su conocido monotema. Nunca, tampoco, la tiene el conjunto de fuerzas y movimientos que ancilarmente, con unos u otros matices, siguen ese juego.


Observen, pues, el cuadro. Y saquen sus propias consecuencias.   

miércoles, 14 de diciembre de 2016

La disparatada propuesta de Báñez con eso de la jornada laboral



Dispensen la ministra Báñez y sus añagueros mi tonillo pontifical: creo que, en el mejor de los casos, no saben de qué están hablando con la propuesta de finalizar la jornada laboral a las seis de la tarde. Más todavía, entiendo que no tienen una cabal idea de a qué país, ni a qué estructura económica se están refiriendo. Un país mayoritariamente de servicios no encaja en ese planteamiento. Más todavía, la flexibilidad negociada de las oportunidades –no la flexibilidad impuesta de las patologías--  se da de bruces con lo expresado tan disparatadamente por esta señora.

Ahora bien, Báñez ha abierto el melón de los horarios en España. Y, tras decirle que no, los sindicatos sabrán si es el momento de tomarle la palabra y transformar ese dislate en algo con cara y ojos. Algo serio. Que por la vía de los convenios colectivos recupere la idea de la reordenación y reducción de los horarios. Con un entramado  contractual tanto en los sectores como en el territorio. Con experiencias piloto que vayan haciendo tanteos sucesivos.


Radio ParapandaEL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL: VUELVE LA BURRA AL TRIGO, que escribe Joaquín Aparicio Tovar

martes, 13 de diciembre de 2016

Pablo e Íñigo: dos gallos frente a frente




Pablo Iglesias El Joven e Íñigo Errejón se cartean públicamente. No es, por tanto, una correspondencia privada. De hecho, podemos convenir que una u otra epístolas van dirigidas a los parciales del otro. Cada misiva contiene con claridad cuál es el estado de la cuestión en que se encuentra la posición actual de ambos dirigentes de Podemos. La inminencia de la asamblea congresual –Vistalegre 2--  induce a pensar que los contrastes y matices (no irrelevantes) tenderán a ensancharse hasta que el Sol salga por Antequera.

Lo que inquieta en toda esta historia es por qué han optado ambos por dos proyectos por separado. Quiero decir, por qué no han hecho es esfuerzo de ir aquilatando las posiciones buscando el itinerario de las síntesis sucesivas. ¿Es un problema de testarudez política o realmente entienden que no hay las suficientes compatibilidades y vínculos entre ambos proyectos?

La experiencia enseña que cuando, en determinadas circunstancias, se plantean las cosas en términos de «caja o faja» el resultado que se busca es el fortalecimiento de la propia corriente de cada cual, no del proyecto común. La misma experiencia añade que el énfasis se pone en la diferenciación sobre la base de una acumulación de contrastes, casi nunca en la búsqueda de posiciones que vayan acercando posiciones.

Me malicio que las diferencias entre Pablo e Iñigo pudieran ir en la siguiente dirección: el primero propone un enfoque voluntarista que confunde el momento y su etapa, entendiendo que la fuerza de Podemos es necesaria, aunque no suficiente, para dar un vuelco a la situación política; el segundo parece indicar que todavía no es ni siquiera suficiente.

Si la cosa continúa igual me permito una observación para perplejos: los respectivos brazos de madera de Vistalegre 2 sólo resolverán qué bando gana, no cómo avanzar.

Por último, recomiendo a entrambos gallos y sus masoveros la lectura de  Del eurocomunismo al dilema Varufakis  en infoLibre. Sus autores: Gaspar Llamazares y Pedro Chaves.  




domingo, 11 de diciembre de 2016

¿Cuándo «se fue» Pedro Sánchez?


Hasta las personas con fama de ponderadas y sensatas pueden ser aproximadamente unos embusteros. Pongamos que hablo de Ramón Jáuregui.

Lo cierto es que Jáuregui siempre se destacó por no decir una palabra más alta que otra. Educado, cortés y poco amigo de estridencias. Y en no pocas ocasiones ha destacado por una encomiable sutileza. Sin embargo, cuando más se necesita el temple, cuando es preciso entrar en el fondo del fondo de los problemas –o sea, en estos momentos tan lacerantes para su partido--  nuestro hombre desautoriza su biografía y sale por unas extrañas peteneras.

Veamos, a una pregunta del diario La Vanguardia, a Jáuregui se le achica el cerebro (1). Y le niega el pan y la sal al futuro de Pedro Sánchez. Nada habría que objetarle al sofisticado Jáuregui, pues las opiniones son libres. Pero de la misma forma que tiene todo su derecho a decir pitos o flautas sobre Pedro Mártir, también y, sobre todo, le es exigible que no meta de matute mentirijilla alguna. Porque la razón que esgrime es: «Primero, veo difícil sostener un liderazgo futuro sobre un líder que se marchó».

De creer a Jáuregui habríamos de convenir que un día determinado Pedro Mártir hizo las maletas y, tomando las de Villadiego, desapareció voluntariamente del mapa. Sin embargo, sabemos de buena tinta que las cosas fueron de una forma ligeramente distinta. A don Pedro, con razón o sin ella, los galápagos de bajo campanario le montaron una Gestora, y bajo el áspero lema de «esto es lo que hay» lo dejaron a la intemperie. A él y a sus encofradores.

Primera consideración: Jáuregui, que estaba allí –en Ok Ferraz--  nos quiere dar gato por liebre. Segunda: a nadie se le ha ocurrido mencionar la asimetría entre una elección a secretario general y su deposición mediante un sinedrio restringido. Pero esto último es harina de otro costal.

Eso sí, Jáuregui ha tenido la delicadeza de no relacionar en la entrevista a los «dioses del socialismo» y su manto protector con la dama meridional. Mientras tanto, los romanos y los cartagineses de esta reyerta comparten el mismo himno, Nessun dorma. Para información de ambas banderías diremos que tan afamada aria (Turandot, Puccini) la estrenó el gran Miguel Fleta en La Scala de Milán bajo la dirección de Arturo Toscanini. Fue el 25 de abril de 1926.  


Conclusión: en tan bizarra batalla debe ganar quien más limpieza acumule. Sin trolas, por favor. 

sábado, 10 de diciembre de 2016

¿Debe subvencionar el Estado los gastos de la negociación colectiva?



«Patronal y sindicatos piden cobrar ayudas por negociar los convenios» es el esquemático titular de una revista de Economía. Sigues leyendo la noticia y caes en la cuenta del abuso que representa la cabecera de la noticia (1).  En realidad son UGT y CEOE quienes lo plantean; CC.OO, por su parte, explica que «recibir una subvención por este concepto no está entre sus preocupaciones y especifican que lo que ellos quieren es una ley de participación institucional que regule todos los ámbitos en los que intervienen los sindicatos». Así las cosas, intentaré argumentar hasta qué punto me parece desacertada la opinión de los compañeros de UGT.

1.-- El planteamiento ugetista tiene un precedente. A principios de los años ochenta el entonces dirigente de UGT Antón Saracíbar propuso lo que se dio en llamar el «canon de la negociación colectiva». En apretada síntesis se trataba de lo siguiente: los no afiliados al sindicato deben corresponder al gasto que significa la negociación de los convenios con una aportación económica a convenir. Se entiende que tales gastos son los de desplazamiento, comidas, pernoctaciones y demás. Ciertamente, la lógica era atractiva porque de esa manera –se decía--  se mitigaba en parte el hecho de que la actividad sindical, que beneficiaba a afiliados y no afiliados, fuera soportada solamente por los inscritos. El no afiliado, por así decirlo, aparecía como un “gorrón” ante los resultados de los convenios.
Digamos, pues, que el planteamiento de Saracíbar partía de unas bases reales y tenía la gracia de proponer una solución. Afortunadamente el canon se quedó sólo en un proyecto no nato. Entre otras cosas porque siempre concitó una antipatía concreta en nosotros, Comisiones Obreras.

Ahora, se desempolva dicho proyecto con una variante: el Estado debe subvencionar los gastos de la negociación de los convenios y pagar por ello a los sindicatos y a la patronal. Peor todavía. 

2.--  La ocurrencia choca abruptamente con la Constitución y el resto de disposiciones ius sindicalistas. Que afirman que el sindicalismo confederal, con la sabida representación, tiene el monopolio de la negociación colectiva con efecto erga omnes, vale decir: sin distinción entre afiliados y no afiliados. Remachando el clavo: el sindicato representa también, a esos efectos, al conjunto asalariado del ámbito en cuestión. Quienes no tienen el porcentaje que marca el ius sindicalismo está fuera de la mesa de negociaciones. Lo que obviamente representa una ventaja para el sindicalismo confederal de mayor representación. Contrariamente, nadie estaría dispuesto –en esta caso UGT— a renunciar a dicho monopolio con la idea de acogerse bien al canon propuesto por Saracíbar o a la ocurrencia actual.

Por otra parte, me malicio que tan estrambótica idea es la consecuencia del agotamiento del modelo sindical basado en la representación del comité en el centro de trabajo como sujeto principal de la acción colectiva. Y de las consecuencias que ello comporta: la débil afiliación sindical. Ojo: no digo la débil representación y representatividad. De una débil afiliación sindical que se concreta en unos ingresos financieros escuálidos.  La penuria financiera no se resolverá buscando atajos sino solucionando el mecanismo de freno.  



miércoles, 7 de diciembre de 2016

El PSOE y los Presupuestos del Estado




Homenaje a Carles Navales


Que el PSOE apruebe los Presupuestos Generales del Estado es un «imposible medieval», ha declarado el presidente de la Gestora. (Gestora no hay más que una, y a ti te encontré en la calle). El caballero no debe ser ducho en la materia, pues a continuación añadió precavidamente «sea esto lo que fuere». Con ello el hombre de OK Ferraz desluce su discurso porque no define qué es exactamente eso, el mentado imposible medieval. Y nos somete al arduo trabajo de desempolvar viejos libros de antaño para estar al tanto de lo que intenta decirnos don Javier Fernández, de profesión ingeniero y que, por ello, debería ser más preciso. O consultar con ese sabelotodo de don Google. Ni los libros ni ese don nos dicen nada sobre el particular.

En todo caso nos viene una cierta inquietud porque los artificios de la vieja retórica podrían depararnos alguna que otra sorpresa, ya que nada nos garantiza que de un imposible medieval pueda sacarse la conclusión de que Ferraz ordene que se aprueben los presupuestos generales. Uno de los artificios más jugosos nos lo da el llamado silogismo cornudo, o sea: el dilema que nos lleva a donde no deseamos ir, sea cual fuere el brazo que decidamos escoger.


En todo caso, una hipótesis menos comprometida nos indicaría que el constructo del presidente de la Gestora parte de una técnica más concreta, vale decir, evitar la claridad en la exposición para que, de esta manera, nadie te pueda sacar posteriormente los colores. Por ejemplo, el tan sobado caso del «No es no», que ha dado la vuelta al mundo en menos de ochenta días. El inolvidable Carles Navales nos explicaba a un grupo de cofrades que su viejo director en una oficina de prensa le imponía esta máxima: «Carlitos, las notas de prensa deben ser breves y confusas».   

martes, 6 de diciembre de 2016

El sindicato italiano y el «No» en el referéndum



Aquí estamos nosotros para decir algunas cosas que la mayoría de los comentaristas silencian por motivos que ellos conocen y nosotros sospechamos. Pongamos que hablo del papel que la CGIL, esa noble dama italiana, ha jugado en la campaña y desenlace del referéndum constitucional que ha significado un varapalo considerable a Matteo Renzi y sus guarnicioneros.

No son pocos los italianos que afirman que sin la participación del gran sindicato, que dirige la milanesa  Susanna Camusso,  el resultado hubiera sido otro. Estamos hablando de una organización cuya red capilar es la más extensa y difusa de Italia. Que, de un tiempo a esta parte, ha sabido impulsar un inteligente movimiento de renovación de los convenios colectivos, una alternativa creíble como lo es el Pacto por el Trabajo y una potente conformación de nuevos grupos dirigentes tanto en los ámbitos federativos como territoriales. En ese contexto ha situado la batalla contra la propuesta termidoriana de Renzi que suponía el Sí en el referéndum.

Alguien tendría que decirlo. Quien desee más nutrición puede clicar en: http://vamosapollas.blogspot.com.es/2016/12/henchido-de-si-mismo.html Paco Rodríguez de Lecea les pone al corriente.



lunes, 5 de diciembre de 2016

Urkullu y el nacionalismo catalán



Al independentismo catalán le salió ayer una roncha de grandes proporciones: la declaración de Urkullu en cierto diario de ámbito español.  Traerá cola, sin lugar a dudas.  

  “En un mundo globalizado, la independencia es imposible”, ha dicho el lehendakari. Lo dice quien conoce el paño. Ciertamente el mojicón que han recibido el presidente de la Generalitat y sus msoveros es considerable. No podrán decir que ese sartenazo venga de los enemigos de Cataluña. Desde luego, podemos sacar muchas virutas de las declaraciones del lehendakari vasco. Por ejemplo, que los dirigentes del independentismo catalán están fuera de la realidad del paradigma de la globalización. Y que, por ello, la acción política que emprenden no lleva a ningún puerto. Mientras tanto, el «coste de oportunidad» de dicha acción política se va incrementando a marchas forzadas. Vale decir que el lendakari no se ha ido con paños calientes: ha utilizado un lenguaje contundente, sin metáforas de cortesía. Eso sí, se ha permitido llamar indirectamente decimonónicos a sus colegas catalanes. Algo insoportable para éstos. En concreto, ha venido a decir que, para determinadas aventuras políticas, no cuenten con él. Mazazo, pues, en las covachuelas del Palau. Asentando más el clavo: el PNV no es un aliado del independentismo catalán.


Post scriptum.--  De momento Europa ha amanecido un poco mejor que ayer. Austria nos ha aliviado un poco.   


domingo, 4 de diciembre de 2016

Formación, promoción y cualificación profesional.



Pedro López Provencio


 El conocimiento y la información conforman la base del Poder. Desde siempre. Ahora, aún más. Con el uso de máquinas electrónicas y programas digitales se pueden recopilar, almacenar, procesar y transmitir información y datos en cantidades y velocidades inimaginables no hace mucho. De poca utilidad si no se poseen los instrumentos que los discriminen, los interpreten adecuadamente y puedan hacerse valer en beneficio propio. Se cede solo una parte disgregada y parcial. Para que la usen quienes han de servir, con su trabajo, a la oligarquía de turno. Y para que se vayan acomodando a las pautas prediseñadas a fin de encajar mejor en el sistema. Mientras se distraen con nimiedades y juegan al absurdo. Y se aíslan hasta para comunicarse.

 Formas de organizar el trabajo con enajenación del conocimiento del trabajador.

 “Haz lo que te diga ese nuevo de la oficina” me dijo el encargado. Al poco, se me acercó un señor con corbata, tablilla y reloj. Me dijo que continuase haciendo mi trabajo habitual. Mientras lo hacía, vi como tomaba notas y accionaba constantemente los pulsadores del reloj. A los pocos días me llegó un papel en el que se describía, de forma simple, parcial y esquemática, el trabajo que yo había realizado. Y se señalaba el tiempo en el que lo había hecho, mientras ese señor me observaba. Entonces me pareció increíble que “a ese nuevo de la oficina” le pagasen tan buen salario por esa tarea. Tiempo después nos facilitaron unos impresos en los que debíamos anotar, nosotros mismos, todos los trabajos que íbamos haciendo y el tiempo que empleábamos en hacerlos. Nos incomodó mucho. Eso sucedió a mediados de 1964. Unos años después, en un seminario en la escuela Profesional del Clot, de la mano del ingeniero Comín, empecé a entender que eso era el pilar sobre el que se asentaba la organización “científica” del trabajo. 

Entre 1963 y 1967 trabajé de oficial ajustador en un pequeño taller situado en los bajos de un edificio de la Ronda de San Pablo. En él construíamos maquinaria para laboratorio. Antes de irme a la "mili" había varios grupos de ajustadores. Cada grupo construía y montaba por completo un complejo de máquinas. Y con lo que aportaban torneros, fresadores, mandrinadora y proveedores externos. Los complejos eran variados y adecuados a las necesidades del cliente. Habitualmente consistía en transporte mecanizado, llenado de envases con líquidos, o con pastillas que previamente se prensaban en un complejo matricial dosificado, etiquetado, etc. Cuando el complejo de máquinas se ponía a punto en el taller y en marcha en el local del cliente no solían haber problemas. Y si los había se solucionaban inmediatamente. Todos los ajustadores conocían perfectamente el sistema que habían construido. Cuando volví de la "mili" se había dividido el trabajo. Unos ajustadores construían piezas, otros montaban el sistema de transporte, otros el de llenado de líquidos, otros los sistemas de prensado, etc. Producía tristeza ver las dificultades que aparecían en la puesta a punto y en la puesta en marcha. Tal vez se habrían abaratado costes, pero se había perdido calidad. Y sobre todo conocimiento e información en los trabajadores. Ya no éramos tan imprescindibles como antes. El control, la información y el conocimiento del trabajo cambiaba de manos.

 Entre 1972 y 1974 trabajé en una consultora de ingeniería. En la sección de organización industrial. En diversas empresas diseñé distribuciones en planta, sistemas de métodos y tiempos, programación, cálculo de costes, control de stocks, etc. Viene al caso una tornillería de Anzuola. En el taller habría unas 70 máquinas. Cada operario tenía a su cargo cinco máquinas automáticas. Instalaba las matrices y demás utillaje de estampación y roscado cuando cambiaba el tornillo o la tuerca a fabricar, alimentaba de material cuando se acababa y se ocupaba de solucionar las posibles averías e imprevistos. Cuando, por cualquier causa, una de esas máquinas cesaba de producir, se decía que estaba en paro, y el operario atendía la causa. Si se paraba más de una a la vez se decía que la primera estaba en paro, atendida, y la otra u otras, que no podían atenderse, se decía que estaban en interferencia. Cuando al principio estudié el taller, vi que las maquinas en interferencia eran atendidas, en ocasiones, por operarios cuyas máquinas se encontraban todas en funcionamiento. El control y la producción estaban en manos de los operarios. El cálculo de interferencias de máquinas y la programación centralizada vino a corregir esa situación. Pasando el control y la exigencia de productividad a manos del empresario. Para obtener las variables que influyen en el cálculo y en la programación tuve que apoderarme de los conocimientos y de la experiencia de aquellos trabajadores. A los que se les “compensó” aumentándoles la carga, la saturación de su tiempo de trabajo y despojándolos del poder de gestionar las interferencias.

 Del expolio y de la utilización espuria de la información y de los conocimientos de los trabajadores podría relatar decenas de casos flagrantes. Porque así como a los artesanos se les arrebató la posibilidad de adquirir directamente la materia prima y de vender su producto acabado, a los obreros se les viene arrebatando el conocimiento y el control del trabajo. "El brazo en el taller y el cerebro en la oficina". Pero transmitiendo conocimiento del taller a la oficina continuamente. A fin de obtener el control total de la producción. Tendiendo a que el trabajador se convierta, cada vez más, en un simple apéndice del sistema, prescindible y de fácil sustitución. Por lo que no es necesario que tengan más formación que la que precisen para servir al puesto de trabajo. A la espera de ser sustituido por un robot el obrero o por un algoritmo el técnico.

 Formas de organizar el trabajo con el protagonismo del trabajador. 

Pero esa no es esa la única forma de organizar el trabajo. Cuando empecé a colaborar con la asesoría jurídica de Albert Fina y Montserrat Avilés en 1975 me di cuenta de que estaban desbordados de trabajo. Eran cuatro abogados y seis administrativos. En una semana hubo que presentar más de 12.000 demandas en la Magistratura del Trabajo, por sanciones a trabajadores de la SEAT. Se organizó con la ayuda de sus sindicalistas y la colaboración de todos. Sin jefes y con absoluta descentralización. Con un orden y una pulcritud esmeradísima. Con los documentos que habían diseñado los abogados. Finalizado ese conflicto vi que, en los días de visita, los trabajadores del despacho acababan de trabajar después de la 12 de la noche, cuando los clientes desistían de la espera. Y que la gran cantidad de trabajo que tenían pronto les podría provocar el colapso. Les ofrecí mis servicios de organización. Aceptaron. Cambiamos de despacho y se diseñó la distribución en planta para atender adecuadamente todas las funciones. Pronto superamos la docena de abogados, dos economistas, dos médicos, cuatro sindicalistas y cinco administrativos. El trabajo en los días de visita se acababa sobre las 8 de tarde. No existían los ordenadores personales. Para el mecanografiado de los escritos, demandas, recursos, adquirimos unas máquinas que memorizaban las partes comunes, a las que se añadían las particulares que decidían los abogados y demás facultativos. Todos participaban, además de realizar el trabajo, en las tareas de dirección, programación, coordinación y control de la actividad. Aquel despacho funcionó como un reloj. Con asamblea los sábados por la mañana. Sin más autoridad y centralización que la orientación jurídica y la supervisión, poco más que moral, de Albert y de Montserrat. Todo el funcionamiento estaba en manos de los trabajadores, de su solidaridad y profesionalidad. Evidentemente se les habían facilitado los instrumentos organizativos adecuados para ello. Claro, eran personas a las que no se les pretendía limitar su conocimiento utilizable sino impulsarlo al máximo. 

La primera tarea de envergadura a la que hubo que hacer frente, cuando entré a trabajar de administrador de centro en la UAB en 1988, fue el traslado de la Facultad de Veterinaria a su nuevo edificio. Sus dependencias estaban repartidas entre la Facultad de Ciencias y la de Medicina. Animales vivos estabulados en laboratorios de investigación. Animales muertos y huesos en Anatomía. Maquinaria y mobiliario de todas clases, incluso alguna en la que se podían utilizar isótopos radioactivos. Más de mil alumnos, más de cien profesores, unas cincuenta personas de administración y servicios. El reparto de espacios entre los departamentos se hizo en una Junta de Facultad. Solo hubo que codificar los distintos laboratorios, despachos, aulas, planta de tecnología de alimentos, granjas, hospital clínico, entregar los planos y diseñar un impreso de coordinación del traslado. Con la cooperación autónoma de todos, incluidas las empresas de transportes contratadas al efecto, el traslado se realizó sin un solo inconveniente. Solo se perdió un día de docencia. Si se hubiese intentado una dirección centralizada y controladora, en vez de la autonomía, la cooperación, la responsabilidad y la profesionalidad de las personas, hubiese sido un auténtico caos. Claro, la formación de esas personas debía tender a la excelencia, que no se podía limitar porque, precisamente, su misión es crear y transmitir conocimiento.

 Dos formas de organización del trabajo. Una la que impide el crecimiento profesional del trabajador, apropiándose de los saberes que tiene. Otra la que fomenta y utiliza los conocimientos, las capacidades y la experiencia de los trabajadores, haciéndoles participes de la dirección, la coordinación, la programación, la ejecución y el control.





sábado, 3 de diciembre de 2016

¿Qué no puede imponer el PSOE a los socialistas catalanes?



Homenaje a Norberto Bobbio

La gestora del PSOE no descarta excluir a las bases del PSC de la elección del secretario general.  Lo dicen mentideros de Madrid y Barcelona. Lo que visto desde los tendidos del coso socialista parece ser un disparate. O tal vez es un globo sonda–antiguamente llamado Radio Macuto--  para tantear desde Ok Ferraz a los levantiscos socialistas catalanes.

Entiendo que es un dislate. Que a un servidor no le afecte dicha medida, si es verdad, no excluye que lo considere algo sencillamente disparatado. Soy del parecer que la Gestora no puede hacer dicho planteamiento porque rompería el carácter  federal del PSOE. Tampoco el PSC puede aceptarlo, ya que no puede invadir, suprimiendo, los derechos de sus militantes. Estos derechos no son propiedad de ningún grupo dirigente sino de cada afiliado. Es un derecho, por así decirlo, uti singuli

Por otra parte, hay observaciones contundentes del maestro Norberto Bobbio que aclaran que determinados derechos, individuales y colectivos, no pueden ser laminados por ningún organismo que, para entendernos, llamaremos “de arriba”.   A eso el maestro turinés le llama la «indecibilidad». O lo que es lo mismo: estos derechos son un coto ininviolable. Sin lugar a dudas, elegir a la dirección del partido es uno de esos derechos. Ni siquiera los Estatutos pueden ir en contra de ello. La Gestora –es un consejo gratuito— haría bien en estudiar para lo que estamos comentando (y para lo que sea menester)  estudiar a fondo el libro de Bobbio El tiempo de los derechos, que editó la Editorial Sistema (1991) con prólogo de Gregorio Peces-Barba. Digamos, pues, que la Gestora debería recurrir a la fuente sapiencial de Bobbio, aunque tuviera el riesgo de crear un peligroso antecedente. Quiero decir, un beneficioso precedente.

En resumidas cuentas: ni el PSOE puede plantearlo al PSC, ni éste puede pedirlo a sus afiliados.