1.---
El espía que surgió de Reus: Víctor
Tarradellas, el hombre de los asuntos internacionales de Carles Puigdemont, está en
coplas en estos últimos días por los chicoleos que se llevan entre manos
Waterloo y Moscú. Una historia que podría inspirar a John
Le Carré a volver a los tiempos de El
honorable colegial.
Este
Víctor Tarradellas (en adelante VT) se
entrevistó, tiempo ha, con uno de los hombres de confianza de Putin. A esos niveles no se
conceden las entrevistas así como así. Por lo que, investigado
concienzudamente, los rusos se dijeron
que el tal Victor «es de confianza». El
espía que surgió de Reus puso encima de la mesa lo siguiente: Cataluña
reconocerá que Rusia es la propietaria de Crimea y vosotros apoyáis a nuestra
independencia, do ut des. Alarmante.
Es
alarmante porque estos chicoleos, que objetivamente son vistos como carantoñas
a Moscú –rectifico, a Putin--, van en dirección contraria del europeísmo
tradicional de Cataluña. Como, igualmente, es alarmante el papanatismo de
Waterloo que entiende que ese tejemaneje forma parte de la internacionalización
del conflicto. Pero, sobre todo, es alarmante porque hasta la presente casi
nadie ha reconocido la anexión de Crimea por parte de Rusia.
¿Dónde
tiene la cabeza el hombre de Waterloo, quiénes son sus consejeros? Sí, entre
ellos se encuentra este VT. Que no es un hombre cualquiera. Fue un destacado dirigente
durante los buenos tiempos del partido de Jordi Pujol.
Concretamente, responsable de relaciones internacionales. De ahí que
surja la siguiente inquietud: ¿cómo es posible que una persona de esta
condición se haya embarcado en una operación tan esperpéntica? A la espera de
una respuesta definitiva apunto en esta dirección: fracasado el procés y, especialmente, fracasada la
internacionalización del conflicto, VT entiende
que tratando con Moscú podrían abrirse ciertas posibilidades en el área de influencia
geoestratégica rusa. Delirios. Pero si este Tarradellas tiene la sesera
averiada ¿qué decir de Puigdemont?
Conclusión:
Vladimir y Estragón siguen esperando a Godot. Absurdo con miriñaques de
sainete.
2.--- Sigue siendo chocante que el dicasterio de ERC no haya dicho ni oxte
ni moxte sobre esta historiada aventura de espionaje de baratillo. O, peor aún:
la subalternidad de Cataluña hacia el imperio ruso. ERC, cuya capacidad de cagadubtes es inmarcesible, se debate
epilépticamente entre dar el do de pecho
(esto es, separarse del teatro del absurdo) y seguir en el teresiano «vivo sin
vivir en mí». De momento aparenta querer negociar su abstención ante la
investidura de Pedro Sánchez, pero como siente en su cogote la alitosis de Quim Torra hace un nuevo
meandro: las negociaciones no serán –afirman los seises de ERC— entre partidos,
o sea, entre el PSOE y ERC, sino entre gobiernos, «de igual a igual». El
maestro de Capilla de los seises ha declarado: «ERC no tiene nada que perder en
esta situación». Sancta simplicitas!
ERC
en manos de los hermanos Zipi y Zape. Vientos de nueva convocatoria electoral.
Vade retro.
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