martes, 19 de noviembre de 2019

Torra en el banquillo




1.--- Por muy imprudente que sea el Vicario de Waterloo es de cajón que sabía que, desobedeciendo de manera tan reiterada a la Junta Electoral Central, corría el riesgo de ser inhabilitado de su cargo de president de la Generalitat de Cataluña. Quim Torra lo sabía, y diremos más: lo estaba buscando. Lo estaba buscando confusamente. Lo aclararemos más adelante.

Torra coloca unas pancartas en el balcón del Palau de la Genrealitat exigiendo la libertad de los presos políticos incluyendo la divisa de los lacicos amarillos. La Junta Electoral Central le ordenda que retire tales trapos. Torra saca pecho y se niega reiteradamente; cuando intuye que la cosa puede acabar con la entrada de los Mossos de l´ Esquadra para descolgar las pancartas raudo como una centella las manda retirar. Seamos serios: eso es una desobediencia a medias, un coitus interruptus. Son los meandros de Quim Torra, que en un principio chicolea diciendo que no asistirá al juicio para, finalmente, acudir acompañado de sus cofrades. Movimientos confusos, pues.

Torra miente ante el juez, ante la historia y ante la Moreneta. Si dice que la orden de la JEC era «ilegal» ¿por qué acaba obedeciéndola? Más todavía, ¿por qué declara que la desobedeció? La desobediencia interruptus, como el coito de esa naturaleza, no cuentan como tales.  

Creo que podemos elevar, aunque provisionalmente, la siguiente conclusión: este caballerete busca confusamente ser entronizado en el almanaque del martirologio independentista. Lo hace a través del juego del escondite. Confusamente para no desentonar con el carácter y el itinerario del procés.

2.--- Torra puede ser inhabilitado. Tal vez es lo que desea: «Aparta de mí ese cáliz de amargura». Porque es sabedor de que en el campo independentista no le respetan sus amigos,  lo detestan sus conocidos y sus saludados no le respetan. De ahí que la ocasión la pinten calva, ser inhabilitado, según él, por el malvado Estado.  

ERC sale ganando. Ha sido respetuosa con el president y perinde ac cadáver con la institución. Ahora tiene el camino expedito para, sin meandros, sacar tajada de la situación. De ir a la busca de la respetabilidad perdida por un gamberro que hace de la confusión apariencias de política. Me da que ERC no tendrá una oportunidad como esta para convertirse en el primer monasterio de Cataluña.

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