Quien con niños se acuesta
cagado o meado se levanta. Esto es, por extensión, lo que ocurre con quienes se
acuestan con ciertos dirigentes de la CUP, una organización de naturaleza
milenarista, disfrazada de izquierdismo para no infundir sospechas. Ahora, su
portavoz, de cuyo nombre no quiero acordarme, ha elevado el tono militante de
la estupidez política. Para tal persona «Joan Coscubiela es un fascista y
CC.OO. es un sindicato amarillo». Si lo primero es una exhibición de
insensatez, lo segundo no se sabe muy bien a qué obedece, ni tampoco que guarde
relación con el problema que ha originado para tamaños insultos.
La cosa tiene relación con la
crítica de Coscubiela al escrache de las juventudes cuperas en los locales del
Partido Popular. Con la distante presencia de la portavoz de dicho partido que
aplaudía el gesto de sus infantes. Ella, en vez de debatir en torno a la
relación entre formas de lucha política y reivindicaciones en un marco
democrático, arremete contra el diputado Coscubiela. Pero, además, hay algo que
sobrecoge: esta señora considera fascista todo aquello que no coincide con sus
planteamientos. Con lo que devalúa y banaliza el fascismo, del que parece tener
una idea particularmente libresca. O puede que considere que, dada la formación
cultural de sus allegados, este es el picotazo más duro que puede propinar a su
adversario o a quien no le ríe sus ocurrencias. En esta versión se trataría de
grotesca mercadotecnia. Pero quien deja al descubierto su inútil preparación es
ella. Tanto si hablaba con la lengua en poder del orujo como si no.
Ahora bien, cabe otra hipótesis.
Que alguien más avezado que ella, dentro de sus propias filas, haya planteado
que el escrache ha puesto al descubierto el infantilismo falsamente
revolucionario de la política cupera –más propia de reyerta tabernaria-- y era necesario meter otra noticia que lo
tapara mediáticamente. O sea, la vieja teoría de que la mancha de la mora con
otra verde se quita.
En todo caso, el eructo de la
portavoz cupera está en el aire. Un insulto personal. Y colectivo a los
centenares de miles de afiliados de Comisiones Obreras. Entre ellos figuraba Enric Pubill, que nos dejó ayer (1).
1) https://www.pressreader.com/spain/la-vanguardia/20170330/282411284155881
1) https://www.pressreader.com/spain/la-vanguardia/20170330/282411284155881