El pescado está vendido: la huelga general se está haciendo; las notas que vienen a continuación son unas primeras reflexiones de urgencia. Tienen como objetivo servir de aproximado guión para un trabajo posterior más pormenorizado. Estas anotaciones van en la siguiente dirección: 1) la huelga general ha sido una contundente enmienda a la totalidad tanto de la reforma laboral como de las políticas económicas que se han puesto en marcha; 2) el sindicalismo confederal debe hacer una oferta capaz de propiciar una salida a esta situación; 3) todos los sujetos que, en mayor o menor medida, son corresponsables de la gran movilización deberían propiciar un foro de diálogo habitual; 4) tras la jornada europea del día 29 de septiembre, la Confederación Europea de Sindicatos está en condiciones de recuperar el protagonismo.
1.-- Las organizaciones sindicales convocantes de la huelga general han conseguido sus objetivos, y quienes dieron su apoyo –que no fueron pocos-- comparten la distinción de haber participado en una movilización democrática impulsada por la razón crítica. Estamos ahora, pues, en condiciones de afirmar sobriamente que el rechazo a la reforma laboral y al paquete de medidas gubernamentales es visiblemente masivo. Es, por supuesto, una desautorización en toda la regla de la intransigencia patronal. La huelga general ha sido una enmienda social a la totalidad. Con lo que dicha movilización es, además, una sonora desautorización de quienes, dentro y fuera del Parlamento, aparentando criticar las medidas, les dieron un apoyo vergonzante. Entre ellos, destaca el papel de los nacionalistas catalanes, maestros en hacer la puta i la Ramoneta, que –desde tiempos antiguos-- lanzan la piedra y esconden la mano. En todo caso, la desautorización más contundente ha ido a parar a Zapatero, un político con una credibilidad, como lo ha demostrado la movilización, bajo mínimos.
2.— Al sindicalismo confederal le toca ahora administrar la movilización. Porque el éxito de estas confrontaciones tiene una condición necesaria que es el nivel de la presión propiamente dicha y una condición suficiente, esto es, la gestión política de dicha movilización. Así parece apuntar Isidor Boix en su Para "La Factoría - 100 ideas para después de la huelga" cuando afirma: “Y, si como estoy convencido, nos interesa salir de la crisis (sin esperar sentados ver pasar el cadáver del sistema social en el que vivimos y luchamos), tendremos que considerar dos temas: 1) qué aportación podemos hacer, seguramente en términos de sacrificios-concesiones, y 2) qué contrapartidas-reivindicaciones tenemos que formular, seguramente en términos de poder colectivo-sindical y de política económica, para gobernar esta salida y para intentar contribuir a evitar su futura repetición”.
Me atrevo a interpretar estas palabras de la manera siguiente: que nadie, en el campo sindical, se emborrache con el importante resultado de esta movilización, porque los problemas siguen, exactamente igual que el día anterior. Aunque con un matiz no irrelevante: esas políticas han sido desautorizadas y, por supuesto, ha quedado demostrado que el sujeto convocante ha sido relegitimado.
En todo caso, soy del parecer que es urgente salir de este anciano paradigma que representa el carácter de esta tipología de reformas laborales. Que, además de inútiles conducen a una confrontación estéril. Por eso creo que –ahora más que ayer-- se requiere un pacto social por la innovación tecnológica.
3.-- Con toda seguridad podemos presumir que nuevamente el sindicalismo confederal español ha actuado de una manera altamente unitaria. Nunca, como en esta ocasión, se han producido tantos actos conjuntos de Comisiones Obreras y Ugt. Yendo por lo derecho: la movilización sindical ha dado la impresión que estaba dirigida por el sindicato. Siendo el sindicato la conjunción de ambas organizaciones. Este conglomerado unitario explicaría, además, la potente relación de el sindicato con esa miríada de organizaciones sociales que han apoyado la huelga de manera activa. De ahí que una consecuencia tranquila de todo ello sería: 1) ampliar los niveles unitarios entre Comisiones Obreras y Ugt, y 2) establecer un foro habitual de diálogo entre el sindicato y ese amplio universo de organizaciones sociales.
4.-- Tiempo habrá de hacer una reflexión sobre la jornada del 29 de septiembre en Europa. En todo caso, a bote pronto podemos decir que la Confederación Europea de Sindicatos ha salido fortalecida, y es hora de que tome nota de ello.
Radio Parapanda (al servicio de la huelga general). ELOGIO DE LA HUELGA GENERAL
1.-- Las organizaciones sindicales convocantes de la huelga general han conseguido sus objetivos, y quienes dieron su apoyo –que no fueron pocos-- comparten la distinción de haber participado en una movilización democrática impulsada por la razón crítica. Estamos ahora, pues, en condiciones de afirmar sobriamente que el rechazo a la reforma laboral y al paquete de medidas gubernamentales es visiblemente masivo. Es, por supuesto, una desautorización en toda la regla de la intransigencia patronal. La huelga general ha sido una enmienda social a la totalidad. Con lo que dicha movilización es, además, una sonora desautorización de quienes, dentro y fuera del Parlamento, aparentando criticar las medidas, les dieron un apoyo vergonzante. Entre ellos, destaca el papel de los nacionalistas catalanes, maestros en hacer la puta i la Ramoneta, que –desde tiempos antiguos-- lanzan la piedra y esconden la mano. En todo caso, la desautorización más contundente ha ido a parar a Zapatero, un político con una credibilidad, como lo ha demostrado la movilización, bajo mínimos.
2.— Al sindicalismo confederal le toca ahora administrar la movilización. Porque el éxito de estas confrontaciones tiene una condición necesaria que es el nivel de la presión propiamente dicha y una condición suficiente, esto es, la gestión política de dicha movilización. Así parece apuntar Isidor Boix en su Para "La Factoría - 100 ideas para después de la huelga" cuando afirma: “Y, si como estoy convencido, nos interesa salir de la crisis (sin esperar sentados ver pasar el cadáver del sistema social en el que vivimos y luchamos), tendremos que considerar dos temas: 1) qué aportación podemos hacer, seguramente en términos de sacrificios-concesiones, y 2) qué contrapartidas-reivindicaciones tenemos que formular, seguramente en términos de poder colectivo-sindical y de política económica, para gobernar esta salida y para intentar contribuir a evitar su futura repetición”.
Me atrevo a interpretar estas palabras de la manera siguiente: que nadie, en el campo sindical, se emborrache con el importante resultado de esta movilización, porque los problemas siguen, exactamente igual que el día anterior. Aunque con un matiz no irrelevante: esas políticas han sido desautorizadas y, por supuesto, ha quedado demostrado que el sujeto convocante ha sido relegitimado.
En todo caso, soy del parecer que es urgente salir de este anciano paradigma que representa el carácter de esta tipología de reformas laborales. Que, además de inútiles conducen a una confrontación estéril. Por eso creo que –ahora más que ayer-- se requiere un pacto social por la innovación tecnológica.
3.-- Con toda seguridad podemos presumir que nuevamente el sindicalismo confederal español ha actuado de una manera altamente unitaria. Nunca, como en esta ocasión, se han producido tantos actos conjuntos de Comisiones Obreras y Ugt. Yendo por lo derecho: la movilización sindical ha dado la impresión que estaba dirigida por el sindicato. Siendo el sindicato la conjunción de ambas organizaciones. Este conglomerado unitario explicaría, además, la potente relación de el sindicato con esa miríada de organizaciones sociales que han apoyado la huelga de manera activa. De ahí que una consecuencia tranquila de todo ello sería: 1) ampliar los niveles unitarios entre Comisiones Obreras y Ugt, y 2) establecer un foro habitual de diálogo entre el sindicato y ese amplio universo de organizaciones sociales.
4.-- Tiempo habrá de hacer una reflexión sobre la jornada del 29 de septiembre en Europa. En todo caso, a bote pronto podemos decir que la Confederación Europea de Sindicatos ha salido fortalecida, y es hora de que tome nota de ello.
Radio Parapanda (al servicio de la huelga general). ELOGIO DE LA HUELGA GENERAL