¿Es posible superar
el esperpento del pasado sábado, protagonizado por los Comités de defensa de la república? Claro que sí. Ya lo verán ustedes, será
superado en breve. El sábado pasado Esquerra
Republicana de Catalunya celebraba un mitin en las cercanías de la prisión de
Lledoners. Allí se encuentra preso Oriol Junqueras. Se da la
circunstancia de que ese mismo día se cumplía el segundo aniversario de la
detención de Junqueras y sus compañeros. Alguien decidió, desde la sala de máquinas de
algún palacete, amargar el día a ERC. La orden es imperiosa interferir ese
mitin electoral. El mandato no viene de los adversarios del indepenentismo,
sino de una congregación secesionista. Los mandaos
son naturalmente los escuadristas de la imaginaria república catalana. Dicho y
hecho, se ocupa la tribuna de oradores y montan una grita atronadora. Es la
mitología al revés: los hijos de Saturno se zampan a su padre sin ningún
miramiento. A Goya le parecería extraño.
Es una lógica
caníbal que viene desde antaño: los hijos del revolcón se meriendan a sus
padres que, con el tiempo, se han vuelto tibios. Con todo, se mire como se mire
este acto escuadrista hunde sus raíces en el más puro fascismo. Se dirija
contra quien se dirija. Da igual. Pero, en esta ocasión, se trata de un
fascismo un tanto estrafalario, pues se dirige –pacíficamente, democráticamente,
peristálticamente-- contra sus progenitores,
ya convertidos en íntimos enemigos.
Nadie se merece este
ataque escuadrista. Tampoco, por extensión, Esquerra republicana de Catalunya.
Ahora bien, los de Junqueras tienen una enorme responsabilidad en toda esta
astracanada: amamantaron en sus pechos a los Cdr, cofundaron el llamado Tsunami democràtic y hasta la presente sus llamadas al orden han
sido jaculatorias marianas. Esquerra, en todo caso, no tiene tiempo para
abordar estos asuntos, está realmente ocupada en concretar la Ley Aragonès que prevé una ´reestructuración de los servicios públicos
digna de los ojos de aquella Convergència, sector business.
Lo dicho: los hijos
del revolcón se meriendan a sus papás. Por lo que las declaraciones del
seráfico Aragonés, primer espada virtual de ERC, son puro tocino de cielo.
Concretamente cuando le dice a Pedro Sánchez «que no intente dividir a los
independentistas». Sancta simplicitas!
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