Escriben Carlos Aristu y Eduardo
Saborido
La noche del pasado jueves en el término municipal
de Morón de la Frontera fallecía un trabajador de 54 años mientras participaba
de las labores de asfaltado de la carretera A-406 junto a otros compañeros. Rafael Luque trabajaba para una empresa del sector,
MAYGAR, habitual contratista de diferentes administraciones para obras
públicas, infraestructuras y mantenimiento de carreteras. Su muerte se produjo
en torno a las 21 horas, en un área geográfica cuyas temperaturas superaron ese
día los 43º bajo el sol.
Se le doblaron las piernas primero, después comenzó
a decir frases inconexas, los compañeros
se asustaron, llamaron a urgencias y murió en la ambulancia. La Consejería de Salud confirmó tras
practicarse la autopsia, que la muerte se produjo a causa de un golpe de calor.
El convenio colectivo provincial del sector de la
construcción y obras públicas de Sevilla establece una jornada intensiva, cuya
concreción se decide junto al calendario anual por acuerdo de la comisión
paritaria. En este caso, el pasado 20 de diciembre se acordó una duración de 44
días hábiles –entre el 3 de julio y el 1 de septiembre- siendo la jornada de
trabajo de 7 horas efectivas de lunes a viernes, con un horario desde las 07:30
hasta las 14:30, incluyéndose los quince minutos de bocadillo.
Comisiones Obreras, como viene siendo habitual
desde hace años, realizó una campaña pública de difusión de la jornada
intensiva con carácter previo a su arranque, con rueda de prensa de notable
seguimiento por los medios locales y difusión presencial de la misma en los
tajos y a través de redes sociales. De igual forma, se organizaron en el mes de
junio dos seminarios formativos sobre estrés térmico, en los que participaron
representantes sindicales y delegados de prevención de unas 80 empresas de
sectores especialmente afectados por esta problemática por su trabajo en el
exterior (construcción, jardinería, postal, hostelería, ocio educativo,
recogida de residuos y limpieza viaria, seguridad, etc). En una provincia como
Sevilla, con altas temperaturas varios meses al año y durante una amplia franja
horaria, es prioritario afrontar esta cuestión desde el sindicato.
El sindicato ha estimado en un 80% el porcentaje de
empleo destruido en el sector de la construcción sevillano durante la época de
crisis. Apenas resistieron algunas grandes empresas –con notable reducción de
plantillas- y cierta economía irregular. En este contexto, el sindicato
sobrevivió allí donde ha habido actividad, lo que supuso una reducción
considerable de representantes sindicales y afiliación en el sindicato de esta
rama. Así, apenas se comienza a percibir cierto
incremento de la actividad en sectores como el de mantenimiento de carreteras o
la rehabilitación de edificios públicos, la actividad es muy estacional y
ajustada a trabajos de escasa duración, lo que dificulta la búsqueda de
referentes en el tajo y la consiguiente
candidatura electoral. En cualquier caso, la empresa dónde trabajaba Rafael
Luque fue siempre conocida por su carácter antisindical y las dificultades y
trabas impuestas es histórica.
Cuando el sindicato recibe la llamada que anunciaba
la muerte de Rafael Luquese personó en el lugar para hablar con los compañeros
e informarse en detalle de lo ocurrido. Así, se pudo lanzar un comunicado
a los medios de comunicación donde ya se
denunciaba que la muerte se produjo fuera de horario y tras un alargamiento de
la jornada desmedida y bajo circunstancias térmicas inasumibles para el
asfaltado –con vertido de materiales -que alcanzan los 170º de temperatura-.
El relato de los hechos de cómo se produjo el
fallecimiento de Rafael fue lo suficientemente descriptivo como para confirmar
que se trató de un golpe de calor, fuera de jornada y tras varias jornadas ampliadas de manera
continuada durante varios de los días más calurosos del año..
Tras el primer día de notable repercusión
mediática, el sindicato ha impulsado varias acciones: ha iniciado los trámites
para personarse como acusación popular ante el Juzgado nº 1 de Morón del
Frontera –como hace con cada accidente laboral de resultado mortal-, de cara a
proseguir por la vía penal la defensa de la salud de los trabajadores y exigir
la virtual imputación del tipo penal correspondiente. De igual forma, ha
seguido recibiendo denuncias telefónicas de trabajadores que alertaban de
situaciones parecidas en sus tajos y de la negativa de sus empresas a respetar
la jornada intensiva, lo que aa movilizado a varios piquetes informativos del
sector que se han venido desplegando por la provincia para resolver estas
situaciones in situ. Por último, el sindicato ha exigido la convocatoria
urgente por parte de la Autoridad Laboral de una reunión con participación de
sindicatos, todos los dispositivos públicos competentes y la patronal
sectorial, que padece de mutismo desde el día del accidente y sin remedio
aparente a corto plazo
De los hechos acaecidos, se desprende que el calor
en aquel tajo debíó ser infernal pues si a los 45 grados del sol irradiando
desde arriba, se le suma los 170 irradiando desde abajo, ¿a que temperatura real
estaba trabajando Rafael Luque ...? Que calculen los expertos.
Sí, es urgente, como dice CCOO que se reunan, la
autoridad laboral, los sindicatos y la
patronal ( que por cierto hasta ahora ha hecho mutis por el foro, incluida la
propia empresa infractora), y que la primera medida que se tome sea parar y
controlar e ilegalizar estas prácticas criminales. El paro masivo, los bajos
salarios y los contratos precarios, no pueden terminar en la muerte del
trabajador.
A última
hora de ayer, la Junta ha comunicado a CCOO, la apertura de un dispositivo
especial de la Inspección de Trabajo que actuará de forma urgente ante
cualquier denuncia por nuestra parte. Esperemos que la escasez de medios que
hace que una denuncia al uso tarde 6
meses en ser atendida, por ese organismo, se solucione de una vez. Pensamos que
la agilidad y meticulosidad conque CC.OO. está actuando, en este asunto, dará
sus frutos y el fallecimiento laboral de Rafael Luque no sea en vano. Con todo,
tras lo sucedido cobra mayor importancia la preocupación por las condiciones de
trabajo y su control. Esta es una tarea –o debería ser-- de la mayor importancia.