1.---
Para que haya un gobierno postnacionalista, tras las elecciones autonómicas
catalanas, se precisa que el electorado de manera mayoritaria vote a las izquierdas.
Primera consideración: más PSC y menos Comunes no darían los números para una aritmética parlamentaria
beneficiosa; tampoco lo sería menos PSC y más Comunes. Las cuentas saldrían con
más PSC y más Comunes. Téngalo en cuenta los irascibles comentaristas de las
llamadas redes sociales de una u otra dehesa política de las izquierdas que su
ardor guerrero les lleva a no tener en cuenta que el problema es que ambos –socialistas
y comunes o, si se prefiere, comunes y socialistas— tengan muchos más votos,
muchísimos más, cada uno por separado y sumados los dos. El cerebro se tiene
para eso; los intestinos son para otros asuntos domésticos, que no vienen al
caso.
2.---
Mi amigo Isidor Boix ha planteado en su blog la
necesidad de «un gobierno bipartito» (1). Ojalá, que en la Vega de Granada –con
temblores o sin ellos-- pronunciamos ojala. Así pues, un gobierno de
socialistas y comunes. Naturalmente, para que ello sea posible –entiende un
servidor— hay una condición necesaria, aunque no suficiente: que la aritmética
parlamentaria se acerque lo máximo posible a esa posibilidad—necesidad que
apunta Isidor. El para qué de dicho gobierno queda explicado por su proponente
en el mencionado artículo.
No
quiero llevarle la contraria, ni tampoco puedo, a mi viejo amigo sobre ese
particular. Simplemente, a través de esta conversación, quiero hacer unas
consideraciones que en mi opinión no se han abordado nunca o yo nunca recuerdo
que se hayan puesto encima de la mesa. Las trato en el siguiente punto.
3.---
El independentismo tiene una señal distintiva para movilizar a sus parciales:
la república catalana. Y aspira a que los resultados oculten que el procés ha sido un fracaso y, de paso,
mantener el autoengaño colectivo.
Cada
fracción del independentismo tiene su característico toque de corneta para
llamar a formación. Conseguir aproximadamente un pleno de votantes es medianamente
posible.
Los
socialistas, a su vez, han redescubierto un horizonte: el «efecto Illa» no es
sólo ni principalmente su austera y flemática personalidad ante tanta zahúrda,
sino una trasmisión de querer ganar las elecciones. Es lo nuevo frente a los
viejos tiempos en los que el PSC – Poulidor en las autononómicas se comportaba
como Penélope, la de Ulises.
De
ahí que parezca visible la movilización socialista: es el interés –un interés
que apunta a querer ser ganador— en torno a un candidato, Salvador Illa, que plantea una Cataluña no
nacionalista que gradualmente vaya recuperando su pulso histórico.
Con
esos elementos podemos esperar razonablemente un aumento significativo (aunque
no sabemos su diapasón) de votos. O sea, más izquierda desde los socialistas.
Más izquierda tanto para el gobierno bipartito que plantea Isidor Boix como
para el gobierno postnacionalista.
4.---
Los Comunes tienen un desafío en lo que
queda de campaña, sólo una semana: subir más electoralmente. Es necesario que
los Comunes incrementen los votos.
Me
aventuro a establecer esta conjetura: no conseguirán ese avance tirando a dar
con la honda a los socialistas. Nunca se dio ese desiderátum. Necesitan poner
encima de la mesa un interés de masas para ampliar su zócalo electoral. Repito:
un interés de masas. El interés de los allegados de siempre no basta.
Les
queda una semana. Sin embargo, no parece que dos elementos nuevos a los que la
brillante candidata, Jéssica Albiach, ha señalado
tengan fuerza movilizadora de masas, ni interés de masas para incrementar las
adhesiones de masas. De masas, dispensen la testaruda reiteración. Plantea
Albiach la «España confederal» y la necesidad de ganar para «controlar
ideologicament al govern catalá». Son dos elementos nuevos bastante chocantes
de escaso interés. No sirven para generar adhesiones de masas.
Es
más, la España confederal que reclama Albiach se da de bruces con una corriente
de opinión no irrelevante de federalistas en los Comunes, que se habrán quedado
de una pieza. Por lo demás, parece un poco exagerado –aparte de la confusión
del término y del concepto-- eso de
controlar ideológicamente al gobierno que salga: ya sea bipartito, tripartito,
multipartito o como encarte.
Finalmente,
ruego a los Comunes que no exhiban músculo en estos momentos electorales acerca de la Ley trans. Recuerden las enseñanzas del
padre del actor José Sacristán. Introducir ahora
elementos de confusión podría serles a ellos –y a las izquierdas—enormemente perjudicial.
5.---
En la antigua Roma se decía «Mors tua vita mea», que en la ciudad de los
temblores, Santa Fe, se traduciría aproximadamente así: ciego tú, tuerto yo.
Ojito, pues, con reproducirla en lo que queda de campaña por quien quiera que
sea.
Así
pues, ¡a las cosas, a las cosas!
Post
scriptum.--- «Lo primero es antes», según don Venancio
Sacristán.
1)
https://isidorboix.wordpress.com/2021/02/04/porque-votare-a-salvador-illa-al-psc-el-14-f/
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