Ayer
hablábamos de la reanudación de la mesa de negociaciones entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el de la Generalitat, tras las
elecciones del próximo 14 de este mes.
El resultado de esos comicios condicionará la rapidez o lentitud de la
puesta en marcha de la mesa, el petitorio de cada cual y las pocas, muchas o
ninguna posibilidades de sacar algo en limpio.
Con
toda probabilidad el partido de Junqueras
(ERC) seguirá estando
en la mesa tras las elecciones. Y podemos conjeturar que, mientras Puigdemont sea decisivo en
esa fracción post post post convergente, Waterloo no sólo no estará negociando sino que arremeterá
contra quienes lo hagan. Así las cosas, esta fracción, auténtico mejunje de
libertarianos y carlistas legitimistas con un chorreón de trumpismo irá
desubicándose de la realidad, no sólo no propondrá soluciones a negociar sino
que, además, irá perdiendo capacidad de intimidación ´a España´ y a sus competidores, Pere Aragonès García y allegados. Estos post
post post convergentes, con Waterloo dirigiendo el cotarro, irán sumiéndose en
la irrelevancia. Sus proclamas de «lo volveremos a hacer» o «reactivaremos la
declaración unilateral de independencia» son elemento espiritual, sagrada
eucaristía para mantener el rescoldo: «De rodillas, Señor, ante el Sagrario».
Por
lo tanto, el elemento a tener en cuenta es ERC, el partido europeo más confuso.
Es el único que puede poner en un brete al gobierno español, tenga éste una u
otra caracterización. Aclaremos: es el brete del permanente desasosiego por el
vuelo del moscardón de la amenaza de la independencia y la reactivación, cuando
les interese, de la autodeterminación. Todo ello adobado por el vinagre de la
insubordinación y la pimienta de la desobediencia. Más todavía, quienes no
somos sospechosos de no querer que haya negociaciones –lo que comportaría la
utilidad de la mesa-- debemos señalar
que Junqueras – Aragonès solo necesitan la mesa para aparentar una moderación
de circunstancias. Es un flanco que utilizan como reclamo del voto del
independentista moderado o cansado de no ver solución por ninguna parte. En resumidas
cuentas, la mesa es un trampantojo.
Con
un resultado claro en las elecciones del 14 de Febrero todo ese magma puede
cambiar. Un «resultado claro» es: a) que las fuerzas independentistas no tengan
mayoría parlamentaria, y b) que Salvador Illa gane
con una cierta diferencia más un buen resultado de la Albiach.
En
caso contrario tendremos más de lo mismo: la decadencia camino de la anomia. Quien avisa no es traidor.
Post
scriptum.--- «Lo primero es antes», que dijo don Venancio
Sacristán. Que es de obligado conocimiento. Mucho más que saber qué es
la recta de Euler.
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