domingo, 2 de julio de 2017

Los sindicatos no fueron invitados porque ...





Aunque ya estoy curado de muchos espantos hay veces que me echo las manos a la cabeza. La última ha sido ésta: los sindicatos no fueron invitados a la celebración en el Congreso de los Diputados del cuarenta aniversario de las primeras elecciones democráticas de 1977. ¿Olvido o ninguneo? Tanto monta, monta tanto.

Nadie cayó en la cuenta de la deuda contraída con las organizaciones sindicales (CO.OO., UGT y USO) en el restablecimiento de las libertades democráticas. Por lo demás, los medios solamente se han quejado de que el rey emérito (¿qué figura constitucional es esta?) no haya sido convidado al acto. Pero no han dicho mú de la cosa sindical.

Y, sin embargo, la recuperación de las libertades democráticas en España no se explica sin la aportación del sindicalismo confederal. Con aquellas luchas que se organizaban en el andamio, el bidón, el pupitre y en la besana a pecho descubierto que, aunque reprimidas violentamente, fueron la fuente de la recuperación de los bienes democráticos. Los amanuenses de la casa real, su primer titular y el hombre de Pontevedra parecen haberlo olvidado. Nosotros lo seguimos teniendo en la memoria. Nosotros estuvimos en aquellas luchas, ellos no.


En todo caso, tengo para mí que –ya sea olvido, ya fuere ninguneo--  la aplicación del protocolo ha sido una sobredosis de egocentrismo patológico de quienes siguen insistiendo en que fueron las élites las que trajeron la democracia en nuestro país. Por lo que la presencia del sindicalismo en dicha celebración era una interferencia que echaba por tierra su concepción aristocrática. Esta es la explicación que se me alcanza. Miseria a granel.



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