«Aún
si perecemos habrá sido una experiencia exquisita», le dijo el general alemán Eric von Falkenbain, Ministro de la Guerra, al
Canciller Bethmann Hollweg. Y así nos lo trasmite John Morrow Jr. En su
monumental La gran guerra. O sea, aunque nos vayamos al infierno habremos
disfrutado de lo lindo durante nuestra derrota. Lo que indicaría que en las
mejores casas puede haber gentes con pocas luces, ya sean alemanes, de la Galia
Cisalpina o, incluso, de la Marca Hispánica. Así las cosas, el procés, en tanto que «experiencia
exquisita», si nos lleva a perecer bien vale la pena. Eso sí, pacíficamente,
democráticamente, peristálticamente. Y en honor a la santidad que perfuma el
llamado Tsunami democràtic.
Este
Tsunami, organismo clandestino, sigue la máxima que aconseja no poner todos los
huevos en la misma cesta. En una deben colocarse los huevos pacíficos, en otra
los de barricadas y hogueras. Y en los más especiales han de ponerse los de
sabotaje: pacíficamente, democráticamente, peristálticamente. Renfe informa
que, desde la sentencia del Tribunal Supremo, se han dado 30 sabotajes en las
vías férreas. Y ya llevo perdida la cuenta de los cortes de carretera (siempre
pacíficos, democráticos y peristálticos) que ha llevado a la práctica el tan repetido Tsunami.
Ayer,
sin ir más lejos. Se trataba de interferir la asistencia de quienes usaban los
trenes de Cercanías y las carreteras a la manifestación que había convocado Societat Civil Catalana contra el procés. Lo que resulta, como mínimo, grotesco: en nombre de la
libertad la célula Tsunami democràtic impide a sus adversarios el ejercicio del
derecho de manifestación. Le salió el tiro por la culata.
No
esperen ustedes que nadie, desde la cabeza, el tronco y las extremidades del
independentismo, censure la acción de los escuadristas viarios. Fue, faltaría
más, pacíficamente, democráticamente y peristálticamente. Pues bien, la
manifestación se hizo a pesar de todos los pesares. Y por lo que enseñan las
imágenes también fue gigantesca. Aquí,
en Cataluña, no estamos por pequeñeces.
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