sábado, 5 de octubre de 2019

La Cataluña de mañana



La Cataluña de mañana –más concretamente «La Catalunya de demá»--  es un nuevo foro político que según los mentideros barceloneses reúne a personalidades de probada moderación, provinentes de diversas fuerzas políticas, especialmente de las astillas del árbol convergente. Impugnan el procés y, a algunos de ellos les ha costado ser descabalgados de las listas electorales y de los órganos de dirección del Gotha independentista. Pongamos que hablo de Marta Pascal, Carles Campuzano y Jordi Xuclà entre las figuras más conocidas. Es el grupo que se reunió hace unos días en el Monasterio de Poblet.

Son independentistas, para entendernos del sector Poco a Poco, o sea, sin estridencias, hasta tal punto que se me antoja que no harían ascos a negociar con Madrid. Para ellos, la independencia de Cataluña al baño María sería una opción estratégica. De ahí esa referencia respetable al «mañana», a la Catalunya de demà.

Ocurre, sin embargo, que en política las referencias al «mañana»  en ocasiones pueden medirse en siglos como, por ejemplo, Juan de Dios Calero, sabio santaferino que tranquilizó en una reunión a unos impacientes afirmando que «el capitalismo tiene los siglos contados». Quiero decir que esta orden monástica catalana debería darnos un anticipo, esto es, qué hacer en esta situación. Hic et nunc. Y sobre todo deberían asimilar lo que, en cierta ocasión, Sófocles puso en boca de Edipo: «El que no tiene temor ante los hechos tampoco tiene miedo ante la palabra». Donde la palabra –léase la bicha— es «traición». O, lo que es lo mismo, traicionar el monopolio que de Cataluña vienen haciendo el convulso emigrado  de Waterloo y sus franquicias en el interior.

Esto fue lo que les dije, aprovechando un descuido, a los queridos amigos que compartimos mesa y mantel ayer. Los del retrato.    



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