¿Ya sabes qué
libro vas a regalar a tus amigos y allegados en estas Navidades? Puedo sacarte
del apuro, si me lo permites. Esto no es un spot
publicitario, sino una recomendación amigablemente desinteresada. Son dos los
libros que recomiendo: El orden del día,
de Éric
Vuillard, publicado en
Tusquets Editores; el segundo es El
pecado de los dioses: el nazismo y la alta sociedad alemana, de Fabrice
d´Almedida, en Taurus.
El primero es una novela histórica. Trata de lo que sigue a continuación. En febrero de 1933, en el Reichstag
tuvo lugar una reunión secreta, que no estaba en el orden del día, en la que
los industriales alemanes —entre los que se contaban los dueños de Opel, Krupp,
Siemens, IG Farben, Bayer, Telefunken, Agfa y Varta— donaron ingentes
cantidades a Hitler para conseguir la estabilidad que él prometía. Desde ese
año, Hitler ideó una estrategia de cara a la comunidad internacional para
anexionarse Austria «pacíficamente»; para ello, mientras se ganaba la
aquiescencia o el silencio de primeros ministros europeos, mantuvo una guerra
psicológica con Schuschnigg, el canciller austriaco, hasta que la invasión (un
alarde del legendario ejército alemán, que ocultaba graves problemas técnicos)
fue un hecho.
Esta novela desvela los mercadeos y vulgares intereses comunes, las falsedades y posverdades, que hicieron posible el ascenso del nazismo y su dominio en Europa hasta la Segunda Guerra Mundial, con las consecuencias de todos conocidas. El orden del día narra de un modo trepidante y muy novedoso, en escenas memorables, las bambalinas del ascenso de Hitler al poder, en una lección de literatura, historia y moral política.
Esta novela desvela los mercadeos y vulgares intereses comunes, las falsedades y posverdades, que hicieron posible el ascenso del nazismo y su dominio en Europa hasta la Segunda Guerra Mundial, con las consecuencias de todos conocidas. El orden del día narra de un modo trepidante y muy novedoso, en escenas memorables, las bambalinas del ascenso de Hitler al poder, en una lección de literatura, historia y moral política.
El segundo es un libro de historia. Trata del mismo asunto,
pero ahora con los códigos rigurosos de la historiografía. De hecho es una
recomendación que me hace el profesor Javier Tébar.
Quien no podrá seguir mi sugerencia será Miguel González Zamora, abogado laboralista que nos ha dejado.
Miguelito llevaba Comisiones
Obreras en todas sus entretelas. Serio en el trabajo, siempre con la sonrisa a
flor de piel.
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