Queridos
amigos, ¿cómo es posible que tengáis tan pocas luces? Os lo digo afectuosamente
y, por supuesto, con el mayor respeto. Me froto los ojos y me pellizco mis
viejas carnes tras leer que vais a presentaros,
a través de Actúa,
en las próximas elecciones. La idea que habéis expresado para justificar
vuestra decisión --«aglutinar a los descontentos de la izquierda»-- es tan vieja que ya he perdido la memoria de
su origen. Tan socorridamente vieja y, por sus resultados, tan inútil como la
primera vez que se formuló. Lo que conseguiréis es un incremento de la
dispersión del voto de izquierdas. Y, dispensad el arrebato, un fracaso
personal.
Mis
queridos amigos: pocos éramos y parió la abuela. No sé si me explico. Pero para
ciertos menesteres es mejor, y hasta saludable, dejar tranquila a la abuela,
que ya ha tenido bastante calcorreo en su vida.
Una sugerencia: ¿no sería más
conveniente, gratificante y, especialmente, más útil que Actúa sea un
instrumento para: favorecer el diálogo entre las izquierdas, y –llegado el
momento-- fomentar la participación
electoral a las izquierdas? Mis queridos amigos: dejaros de pollas que el agua
está muy fría. (Garzón que tiene familia granadina sabe que estas «pollas» son
esas gallináceas que están en las charcas y cuya carne es rematadamente
sosa)
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