Está feo –dicen
algunos-- que un miembro de las fuerzas
de orden público insulte a un manifestante. Aunque sea un Mosso d´Esquadra. Tales fuerzas
deben recibir los humores de los manifestantes con porte distinguido, todo lo
más con británica flema. A más irascibilidad, más cortesía. Versalles, ante
todo.
Ya lo han visto. Es
el vídeo del año. Un mosso, poco ducho en el oficio, recrimina a un
manifestante que «la República no existe, idiota». Aunque tal reacción bien
podría ser una muestra más de los problemas del Cuerpo con el Govern de la
Generalitat. Como era de suponer se ha armado la de Dios es Cristo. La joya de
la Corona, enfrentada al mando político, se atreve a poner en evidencia el
dogma del independentismo: «somos República». No es este el parecer de, al
menos, el mosso referido.
La frase de marras
ha sido recibida como una blasfemia, no es tanto la intemperancia del joven
policía sino el atrevimiento de su herejía. De ahí que los sectores del
independentismo irascible hayan pedido la depuración del heresiarca. El bueno
del conceller del ramo –afirma-- que se
abrirá una investigación. No ha aclarado si la investigación se refiere a la
inexistencia de la república o al uso de la palabra imbécil. El conceller lo
tiene crudo. Tendrá que demostrar que estamos en una república. Y por otra
parte lidiará con el carácter de la palabra idiota.
La Docta, que fija,
limpia y da esplendor, define al idiota a través de las siguientes acepciones:
1. adj. Tonto o corto de entendimiento. U.
t. c. s. U. t. c. insulto.
2. adj. Engreído sin fundamento para ello. U.
t. c. s.
3. adj. Propio o característico de la persona idiota.
4. adj. Med. Que padece de idiocia. U.
t. c. s.
5. adj. desus. Que carece de toda instrucción.
Así pues, en
cualquier acepción, el mosso hizo un juicio de valor, justo o injusto en este
caso, pero no se observa, según el DRAE, insulto de ninguna clase. Para mi
paladar el joven policía engarzó la inexistencia de la república con el nivel
de las neuronas del manifestante. Pura coherencia. Es una foto que ha provocado
hilaridad en las cancillerías europeas.
¿Abrir un
expediente? El conceller del Ramo se limitará a abrir, si es que lo hace, un
papelillo, que con el tiempo cogerá un color sepia y se lo comerán los ratones
de las covachuelas de la Generalitat. No es cosa de encabritar más al Cuerpo.
Eso sí, algo se ha roto en la conexión sentimental del independentimo emprenyat con la joya de la corona. Algo se ha roto cuando un nutrido grupo de
manifestantes le gritó a los Mossos: «Fora les forces d´ocupació» (sic).
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