¿Cuándo
empezó el viraje de Pablo Iglesias, el Joven?
Este boccato di cardinale se lo
dejamos al paladar de los politólogos con punto de vista fundamentado. En mi
opinión el giro empieza a manifestarse con cuentagotas en el libro Nudo España (Arpa Editores, 20l8)
dialogando con el maestro Enric Juliana. Allí se
inicia una micro discontinuidad que, a mi entender, trasciende la parte más
granítica de los dos Vistalegre. Con Podemos en el gobierno se abre un nuevo
ciclo del joven partido.
Se
prepara la tercera Vistalegre. La prensa nos da dos fogonazos del programa que
ya está circulando: a) eliminación del tope salarial de 2.850 euros mensuales y
b) tampoco habrá tope para los mandatos de los cargos electos. Posiblemente
serán motivo de amplias discusiones, aunque la cuestión personal tal vez
facilite la aprobación de ambas propuestas. Vayamos por partes.
Nunca
me pareció deseable el tope salarial que establecieron congresualmente los
podemitas. Tiene aires de franciscanismo primitivo. Eran escrúpulos poco
convincentes y, me malicio, de cara a la galería. Se hizo para provocar una relación
sentimental con los jambríos. Que
ahora no haya escrúpulos demuestra que los topes eran estética y sólo estética.
Los
cargos de Podemos podrán superar los doce años de mandatos. Yendo por lo
derecho: no me parece acertado. Es más, si se me permite la observación diré
que se trata de una involución. Todavía más, la eliminación de ese tope de
mandatos podría ser el germen de un eternizarse –por la vía estatutaria-- en los cargos institucionales y de partido.
Sería la madre de la patrimonialización del partido. Y, simultáneamente, la
consolidación de una paradoja: Podemos es un partido con un programa fresco,
pero con una organización, quizá, un tanto administrativa. En todo caso,
siempre nos dijeron algunos sabios que debe haber concordancia entre el
proyecto político y la intendencia.
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