Ayer
España se vistió de lila. Oceánicas manifestaciones en toda la geografía,
mayoritariamente de mujeres. La meteorología, bondadosa, ayudó. El movimiento
feminista a lo grande. Es consciente que ha venido para quedarse. Y ser
fecundo. Con una potente preñez de futuro. Un movimiento inteligente que ha
sabido camelar a doña Correlación de Fuerzas.
Fue
un gozo ver el estilo de estas demostraciones: alegría y bullicio, brincos y
movimientos de caderas mientras corean los eslóganes más imaginativos; miradas
de regocijo de las abuelas a las nietas, que siguen el áspero camino que
iniciaron ellas hace mucho tiempo. Estilo propio, marca de la casa. Y el sentido
de la responsabilidad de aquellas mujeres que saben que están creando el
proyecto alternativo más importante desde que nació el movimiento obrero.
España
se vistió ayer de lila. No fue una exageración lo que ayer dijeron, por
ejemplo, en Granada: «Este movimiento transformará el mundo». En la Granada de Mariana Pineda.
P/S.---
La foto es un fragmento de la manifestación granadina de ayer.
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