En diversos medios
de comunicación se ha publicitado la declaración de un grupo de militares
–retirados y en la reserva--
reivindicando la figura del dictador Franco. Puro alcanfor de viejos estómagos agradecidos
y nostálgicos de la historia más negra que ha tenido nuestro país. Un grupo de
carcamales que añoran el poder de la bayoneta y aspiran a que su horror sea
patrimonio inmaterial de la selva.
Menos publicidad
ha tenido, sin embargo, la respuesta de otros grupos de militares en sentido
rotundamente contrario. Su declaración se ha ido dando con cuentagotas. Es
nuestra obligación airear ese documento de fidelidad al Estado de Derecho y la
Constitución. Lamentablemente, a pesar de nuestra búsqueda, sólo hemos podido
dar con dos párrafos enjundiosos. Helos aquí:
«El general Franco
no merece respeto ni desagravio alguno, sino nuestra repulsa más absoluta por
haber encabezado un golpe de estado sangriento y genocida contra la legal y
legítima II República Española, la feroz guerra civil posterior, y una
dictadura opresiva e inclemente durante casi cuarenta años».
Y
su correspondiente guinda:
«No
somos portadores de una moral superior, ni sostenemos ninguna sagrada herencia
histórica. Nos debemos simplemente a la soberanía nacional que reside en el
pueblo español»
Entre los apoyos
recabados se encuentra el del exJEMAD, diputado de Podemos y general de Aire
Julio Rodríguez. También suscriben este escrito los capitanes de navío de la
Armada Arturo Maira Rodríguez, Manuel Ruiz Robles, Jaime Pablo Aguado Gómez,
Manuel Pardo de Donlebún; el capitán de Fragata de la Armada, Antonio Maira
Rodríguez; el excabo de la Armada Miguel Pastrana de Almeida; el coronel de
Intendencia de la Armada Rafael Moreno Tapia; el cabo activo del Ejército de
Tierra Marco A. Santos Soto, el cabo reservista del Ejército del Aire Javier
del Canto Mozas y Ángela Thomas Andreu, viuda del comandante de ingenieros
Bernardo Vidal.
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