No
tengo palabras para calificar a quienes han pintarrajeado algunas figuras del Pórtico de la Gloria de la catedral compostelana. La
obra de los artesanos medievales, dirigidos por el maestro Mateo, ha sido mancillada y desfigurada por gentes
que, por ignorar, desconocen el ´mensaje´ –si es que lo hay-- que nos envían desde su alevosa nocturnidad.
Porque exactamente ¿qué quieren significar?
Aproximarse
al conocimiento de quienes son sus autores es acercarse a las nuevas patologías
sociales. Tengo para mí que esos bellacos parecen tener la billetera cubierta.
Les sobra dinero para gastarlo en sprays. En todo caso, tengo para mí que no
son enfermos, ni están mal de la cabeza. Es una consecuencia más de que, para
no pocos, la cultura –mejor dicho, la Cultura--
es un perifollo del mundo contemporáneo. Bárbaros postmodernos.
Post data: Muy queridos
amigos me comunican que hay un error en este post. No se trata del Pórtico de
la Gloria sino de una figura que hay en la fachada de la catedral de la Plaza
de la Platería. Quedo agradecido. Pido mil disculpas.
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