lunes, 22 de enero de 2018

La recuperación favorece cuatro veces más a los ricos que a los trabajadores



Nota.--  Esta es una condensación del Informe Oxfam sobre la desigualdad en España. El artículo es de Piergiorgio M. Sandri en La Vanguardia de hoy. Ideal para que los sindicalistas tomen apuntes y los hagan servir en informes, reuniones, escritos y demás.

Beneficios boyantes, pero salarios menguantes. Son los rasgos de la actual recuperación económica, que está beneficiando a unos pocos e incrementando las desigualdades. Con el resultado de que la clase media es cada vez más pequeña. Algunos datos, proporcionados por el último informe de Oxfam Intermón que se presenta hoy en Barcelona, ayudan a entender el fenómeno, que también será objeto de debate en el Foro Económico Mundial de Davos que empieza mañana.

El buen momento que parece vivir la economía española no se está repartiendo de forma equilibrada. La brecha social se ensancha. Entre el 2007 y el 2016, mientras que el 10% más pobre ha visto disminuir su participación en la renta nacional en un 17%, el 10% más rico lo ha visto incrementarse en un 5%. La mayoría de los euros procedentes del crecimiento económico, para los más pudientes.

Si se observa la evolución desde el comienzo de la recuperación (2015), se descubre que la mayoría de los euros procedentes del crecimiento económico van a parar en los bolsillos de los más pudientes. Ellos consiguen embolsarse cuatro veces más dinero que la franja más pobre de la población. En el último año esta disparidad es todavía más visible: el 1% más rico capturó el 40% de toda la riqueza creada; el 50% más pobre apenas el 7%.

“El reparto favorece esencialmente a ejecutivos y empresas, a coste de la reducción del coste salarial”, denuncia Lara Contreras, responsable de contenidos de Oxfam Intermón. Basta tener en cuenta una cifra muy llamativa: los beneficios de las compañías en España crecieron en el 2016 un 200% respecto al año anterior mientras que el coste laboral por persona trabajadora tuvo una variación negativa (-0,1%) y se mantiene estancado desde el 2012.

Esta tendencia viene de lejos. Porque el boom de la economía española y la mejora de la productividad de los últimos años se ha reflejado en un incremento de ganancias y dividendos empresariales, mientras que las retribuciones no han participado, en mismo grado, de la distribución del pastel.

“El reparto favorece esencialmente a ejecutivos y empresas”. En efecto, la participación de los salarios en la renta disponible bruta ha caído un 0,5% desde el año 2000 hasta el 2016. En cambio, los dividendos han incrementado su participación un 60%. Esta divergencia indica cómo las empresas (y sus accionistas) ya han olvidado la crisis, pero los asalariados todavía se están lamiendo las heridas. La remuneración de los trabajadores no ha recuperado todavía los niveles de aquel entonces. Sin embargo los beneficios empresariales sí lo han hecho dos años antes y se situaban, en el segundo trimestre del 2017, un 8,3% por encima de lo registrado en el primer trimestre del 2009.

Las razones de este desajuste son múltiples. En la práctica, desde el primer trimestre de 2012 la productividad por hora trabajada ha crecido diez veces más que el salario promedio. Y allí está el problema. Los sueldos están paralizados, ya que las compañías han optado por ganar competitividad a base de un menor coste laboral. Externalización de los servicios y trabajos precarios son moneda corriente. Algunos colectivos, como mujeres y jóvenes, pagan la factura. El sueldo anual de un trabajador de 26 años hoy es un 33% inferior al del 2008, con un ascensor social bastante estropeado.

Gabriel Zucman, profesor de la Universidad de Berkeley, se pregunta si no habría llegado el momento de premiar el trabajo en lugar del capital. La política fiscal está en el punto de mira, porque el sistema redistributivo español es poco efectivo. En España, los impuestos y transferencias reducen la desigualdad en un 30%, mientras que el promedio de la UE se sitúa en el 40%. Por cierto, como muestra de todo ello, el 83% de la recaudación fiscal en el 2016 provino del IVA, el IRPF y otros impuestos, cuando el de sociedades aportó el 12% del total (10% menos que en el 2007).


Para que la recuperación sea más inclusiva, Lara Contreras defiende “la mejora del salario mínimo y la vigilancia sobre la elusión fiscal de las empresas”. Ah, hoy ya son 25 los multimillonarios españoles en la lista de Forbes.

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