Parece
que se repite lo de «voces de muerte sonaron cerca del Guadalquivir». Dicen los
periódicos que los socialistas sevillanos vuelven otra vez a la greña. Es la
lucha por el reparto de la túnica sagrada. Así pues, vuelven las comedias de
capa y espada entre los susanistas y
sus contrarios. Tal vez piensen que este es el mejor momento para enzarzarse en
otra batalla campal. O quizás entiendan que esta –y no otra-- es la coyuntura más favorable para hacer todo
lo posible para no recuperar la Junta de Andalucía.
Se
supone que los dirigentes sevillanos que reanudan su vieja pendencia son
conscientes del momento político en el que
nos encontramos. Y, al mismo tiempo, pensamos que son conscientes de las
responsabilidades que tienen todos ellos en el estado actual de las cosas. Los
dirigentes sevillanos no son novatos en la materia. Algunos tienen escamas que
se han endurecido con el paso del
tiempo. Y, sin embargo, prefieren revivir la áspera contienda del Ok Corral.
Los
socialistas sevillanos saben que Andalucía es un laboratorio en el que está ensayando
la ultraderecha, aunque parecen estar necesitados de que ello se les recuerde. De ahí que la
vuelta al pasado sea un intento de suicidio en toda la regla.
En
paralelo a este esperpento, también en Sevilla un grupo de ciudadanos se adhieren
a la Plataforma de apoyo al Programa de Gobierno progresista, del que ya hemos
hablado en otras ocasiones en este mismo blog (1). Sus señas están en https://www.facebook.com/groups/676264126501899/
y cuenta ya con cerca de tres mil adherentes. Es chocante esta situación:
mientras unos nostálgicos de la bronca vuelven a las andadas, un grupo nutrido
de ciudadanos apoya el programa de gobierno –ayer fue un gran día con la firma
del acuerdo del salario mínimo a 950 euros.
Nota
bene.--- Informamos al público que, en
pocos días, la Plataforma dispondrá de un blog.
1)
La foto de arriba recoge un momento de
la asamblea sevillana de adheridos a la Plataforma. (Gentileza de José Santana
Valls)
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