El 62 por ciento de los catalanes suspenden a Quim Torra. Lo explica a fondo el Centre d´Estudis
d´Opinió (CEO), organismo dependendiente de la Generalitat (1). Para
entendernos: es algo así como el tezanos
catalán. Este suspenso se lo ha ganado a pulso quien formalmente es el
president de la Generalitat y fácticamente un agitador de baratillo. Es lo
mismo que escribe –aunque dicho con menos sosa cáustica-- Francesc— Marc Álvaro en La Vanguardia de hoy.
Para quien no lo sepa, Álvaro es independentista pata negra.
Dígase la verdad: no toda la culpa de este estropicio es de Torra, porque
al fin y al cabo él accedió al cargo «para liarla». La responsabilidad recae en
quienes le mantuvieron a machamartillo en el cargo una vez demostrada su
incapacidad e incompetencia. Pero ahonden en la cuestión: era esa
incompetencia, precisamente, la que permitía que la cosa se fuera liando. Tanto
que no pudiera tener marcha atrás. Porque tener con un presidente en
condiciones hubiera sido arriesgado para el independentismo milenarista: se
arriesgaba a encontrar soluciones políticas. Se necesitaba, pues, un
perfectamente inútil, de chichinabo, al frente de la Generalitat. Pues bien,
una mayoría holgada de catalanes le llama incompetente.
Post
scriptum.-- Sepan que hoy pienso
festejar por todo lo alto la victoria de la izquierda en Emilia – Romagna. Por
todo lo alto, o sea, sin respetar las recomendaciones del médico.
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