jueves, 16 de enero de 2020

El pacto de Inés Arrimadas con Waterloo


Reina la confusión en el independentismo político. Es algo tan indecible como la espantá de Bigote Arrocet a María Teresa Campos. (Bigote desconsideradamente ha dejado a la presentadora vía guasap). En esa confusión reaparece un personaje que echábamos en falta, Elsa Artadi, activista de postín de can Waterloo, antigua casa Convergència.  

El escenario es el siguiente: las fuerzas políticas independentistas se han reunido para analizar el pacto que suscribieron PSOE y ERC para la investidura del Presidente del Gobierno. Los de Junqueras se quedan solos: Waterloo, amasijo de post  post post convergentes, y la CUP se oponen a dicho pacto. El argumento de la Artadi es el siguiente: «Nos preocupa que se dé la imagen de Pedro Sánchez como un presidente dialogante, cuando no lo es». De traca. Pues resulta chocante este aprendiz de argumento toda vez que lo que se está discutiendo en dicha reunión es precisamente el diálogo y pacto entre el mencionado Sánchez y ERC. Un detalle en el que tal vez Artadi no había caído. Digamos, pues, que esta es una de las consecuencias de tanto chicoleo en las redes sociales donde lo mismo se plancha un huevo que se fríe una corbata.

Postdata.-- ¿Quién dijo que el minifundio de Inés Arrimadas y el Partido Popular se la tenían jurada a los independentistas? Calumnias. Ciudadanos y los del PP han  pactado con Waterloo. Nada menos que el incremento de los sueldos de los diputados del Parlament de Catalunya. Nuevo triángulo político: Casado, Arrimadas y Puigdemont. El argumento es el siguiente: pecunia non olet. Con lo que podemos proponer el siguiente aforismo político: yo estoy de acuerdo con mis pactos y en contra de los tuyos.
   

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