jueves, 30 de enero de 2020

Ayer, día nefasto en Cataluña




El viejo calendario romano contemplaba dos clases de días: los fastos y los nefastos. No hace falta explicar cuáles eran sus características. Ayer, por ejemplo, hubiera sido un día nefasto. Nefasto para Waterloo y tres cuartos de lo mismo para el poco diligente Quim Torra.

El hombre de Waterloo y su acólito se percatan de que el eurogrupo parlamentario de los Verdes  no los quieren ver ni en pintura. Los Verdes son un grupo progresista por lo que ahí no encajan los dos pedigüeños: el primero, hombre de derechas post modernas; el segundo un transeúnte de la izquierda a la droite divine.  La decisión del eurogrupo es una bofetada en toda la regla a los dos pintorescos diputados. El argumento es demoledor: ni Puigdemont ni Comín comparten los valores del eurogrupo. Más todavía, han sido rechazados porque, según el eurogrupo, «no son personas de diálogo».  Seguramente tan diplomática excusa encubre algo más rotundo que, por cortesía, no dicen. Día nefasto, pues, para Cortadillo y Rinconete.

Día nefasto para los post post post convergentes. Tras veinte meses de fandango institucional –de legislatura perdida--  Torra comparece y levanta acta de la deslealtad de su socio republicano. El independentismo roto por ellos mismos, ahora ya certificado por el Sumo Pontífice formal. Tantas veces el cántaro ha ido a la fuente que, al final, se rompió. Cuando se aprueben los presupuestos se convocarán elecciones. Será una batalla demoledora. Porque la lucha entre ERC y los post post post convergentes no se reduce a la metafísica; es, ante todo y sobre todo, por el reparto de la túnica sagrada de los presupuestos financieros. O sea, tanto gestionas, tanto vales.

Será una batalla desigual en el hemisferio independentista: una compacta ERC frente a las miríadas grupusculares de los herederos del frondoso árbol pujolista, un álbum de cabezas de ratón no bien avenidos entre sí. Lo único que les une es el hombre de Waterloo, pero su estrella empieza a apagarse.

Lo dicho, ayer fue un día nefasto. 

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