Primer tranco
Póngase en marcha todo
el almacén de la política para solucionar, gradualmente, el problema catalán;
un problema que, como Jano, tiene dos caras.
La cara doméstica del conflicto entre catalanes y el del independentismo
con el Estado. Este es el desafío que tiene delante el presidente Pedro Sánchez. Hacer política quiere decir, en este
caso, que unos y otros aprovechen los tímidos, pero reales, resquicios que se
dan aquí y allá del río Ebro: en Madrid, el cambio de gobierno, una condición
necesaria aunque no suficiente para una enmienda a la totalidad del guión; en Cataluña la
aparición de un disenso, ya público, en el interior de las fuerzas políticas
soberanistas. Nadie tiene las manos libres: de un lado, Sánchez se verá
sometido a un bronco fuego cruzado por parte de los hunos y los hotros, esto
es, viejos y nuevos ultras de la derecha, amén de los zigzags de los
independentistas; a su vez estos últimos alternarán momentos de confusión y
cierto realismo. En todo caso, podemos establecer esta hipótesis: las cosas se
despejarán en la medida que ganen en Madrid y Barcelona las fuerzas que quieran
resolver la papeleta, vale decir, que nos vayan sacando del empantanamiento. Y
para ser más exactos: la derrota de las ultramontanas derechas españolas y el
fundamentalismo legitimista del hombre de Berlín y sus franquicias.
Segundo tranco
Ahora bien, la
política doméstica, siendo necesaria, no lo es todo. El contexto europeo es un
descomunal embrollo que no ayuda a buscar salidas al problema. La alocada
situación que ha provocado el brexit,
la ola de populismos y las situaciones de algunos países de Centro Europa y
Polonia se amotinan contra una salida racional de nuestro problema. No es que
el hombre de Berlín esté consiguiendo internacionalizar el conflicto catalán,
sino que ese zafarrancho le favorece. También es justo decir que no pocas políticas
de la Unión Europea dan pie a la existencia de esa situación caótica. Pedro Sánchez deberá tener en cuenta ese
puzzle del patio de vecinos europeo. Y para mayor abundamiento del mosaico
europeo recomiendo la lectura del artículo de Javier
Aristu https://encampoabierto.com/2018/05/29/el-sur-de-europa/#more-6545
Mientras tanto los
que deberían defender en primera instancia a Matías
Carnero, presidente de UGT de Catalunya, siguen callados
y disfrazados de mayo para no infundir sospechas.
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