Noche
de Sant Joan sin sobresaltos pirotécnicos. El único ha sido la publicación de
la encuesta en La Vanguardia. A parte de esto, suma tranquilidad. El precio de
los petardos y cohetes está por las nubes. La tienda de esos chismes explosivos
facilita los pagos incluso mediante la tarjeta visa. Ha sido tanto el descenso
del petarderío que ni siquiera se huele a pólvora. La Noche de Sant Joan ha
sonado por lo bajinis. El único sobresalto ha sido, como decimos, la encuesta
de La Vanguardia.
En
apretada síntesis: el sesenta por ciento de la población catalana no considera
a Carles Puigdemunt
como el «presidente legítimo»; retortijones
en Berlín. Esquerra Republicana de Catalunya supera en intención de voto a los
de Quim Torra; la
pachorra de Oriol Junqueras sobrepasa
al paroxismo de sus socios de gobierno. El Partit dels
Socialistes de Catalunya ganaría en las elecciones generales, si se
produjeran ahora; toda una sorpresa para los Comunes.
Estos son los únicos petardos significativos de esta Noche de Sant Joan. El
curioso lector tiene a su disposición todos los datos en http://www.lavanguardia.com/politica/20180624/45367752727/elecciones-generales-autonomicas-encuesta-la-vanguardia-psc-erc.html Quede claro: es sólo una encuesta, como
dirían los coyunturalmnte perjudicados. Que reflejaría algunas de las
tendencias de fondo presentes en el teatrillo catalán. En todo caso, sabemos
desde tiempos antiguos que así como una golondrina no hace verano, tampoco una
encuesta hace elecciones.
A
buen seguro que ERC habrá tomado buena nota de los pespuntes de esa encuesta,
especialmente cuando señalan que el político catalán más valorado es su líder,
Oriol Junqueras, encarcelado en Estremera. Si hace verano esta golondrina
(relativamente) pronto lo sabremos. Sea como fuere algo se mueve en Cataluña,
aunque muy lentamente. En todo caso, ERC seguirá en su postura de Jano
Bifronte: con una cara mirando a poniente para evitar ser acusada de traición;
con la otra mirando a levante intentado hacer política más realista, evitando
quemar las naves, porque ha aprendido que el Estado no se defiende rezando
padrenuestros.
La
estrategia del hombre de Berlín parece clara: evitar el enfrentamiento –al
menos por ahora-- con Pedro Sánchez. Ahora Puigdemont y sus franquicias
tensan el arco de la flecha y apuntan contra el sexto Felipe. De hecho, tras la
comedia de los Juegos del Mediterráneo han declarado que rompen sus relaciones
con la Corona. No es una extravagancia. En realidad se dirigen al electorado de
Esquerra, diciéndoles: nosotros somos los auténticos republicanos, ERC practica
un republicanismo cimbrio. Un torpedo en la línea de flotación en la fragata
republicana. De donde se infiere que el principal destinatario de esa ruptura
de relaciones con la Corona no es el Rey sino Esquerra.
Oriol
Junqueras es licenciado en Historia, especializado en Edad Moderna y
Contemporánea, habrá captado el bajonazo. Sabe perfectamente quiénes fueron los
cimbrios españoles del siglo XIX. Ustedes también. Por lo demás, tranquilidad en la Noche de
Sant Joan: los petardos están a precios prohibitivos. No seré yo
quien proteste por ello.
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