Moción de censura. Este blog, Metiendo bulla, ha consultado a sus bases –para ser más exactos, cuatro y el cabo— sobre el
particular. Apoyo sin fisuras.
Era lo que se esperaba del PSOE. De un lado, la gravedad de la sentencia Gürtel;
de otro lado, la presión en el cogote socialista por parte de Podemos empujaban
en la dirección de la censura. La opinión publicada de los principales
rotativos barceloneses es claramente favorable. No fue así cuando Podemos la
presentó. Digamos, pues, que hay diferencias a la hora de leer la
´respetabilidad´ de unos y otros. En todo caso, el consumo de bicarbonato por
los dirigentes del PP
se ha incrementado espectacularmente.
Ahora bien, como dejó dicho un
ilustre ciudadano de Parapanda «la política es
el artificio de embrollar las cosas, sean éstas sencillas o complejas». Que, en
este asunto que nos ocupa –la moción de censura-- alcanzará considerables cotas de confusión
organizada. O sea, si Mariano
está en las cuerdas, pongamos en marcha el embrollo a nuestra imagen y
semejanza.
Ayer intuimos la posición de los
de Rivera. No era
difícil, aplicando la ley de monotonía de la suma llegamos a la conclusión que
ha adoptado Ciudadanos. Un dirigente de ese partido se sincera y me cuenta: «Rajoy está achicharrado,
pero no lo suficiente. Necesitamos unos meses más». Posiciones no coincidentes
en las franquicias post convergentes: en Barcelona se niegan en redondo a
apoyarla, en Madrid afirman que estarán a lo que diga el PNV. Y este partido ya
ha empezado a echar cuentas, con números
fenicios, siguiendo la norma de París bien vale una misa.
Un embrollo organizado a cosica
hecha. Esos partidos, ante un hecho general, tira para sus adentros. Los
establos de Augías están
repletos de inmundicia que algunos no quieren limpiar. Política de vuelo
gallináceo. Que, por lo demás, como ha señalado Antonio
Baylos, genera una situación de indeterminación:
«La indeterminación política en la que
entramos provocará posiblemente una situación de expectativa en las
movilizaciones sociales que dependan fundamentalmente del gasto público, como
las pensiones, o de decisiones presupuestarias, sin perjuicio de seguir
presionando también en este sector, y aunque no influye muy directamente en el
proceso de negociación de un acuerdo general sobre la negociación colectiva, es
evidente que también este espacio de (des)encuentro sufrirá una dilación
inevitable ante la inestabilidad política que se puede desprender de estos
momentos y la indefinición de las soluciones de gobierno que se plantean, en
especial por la postura siempre ambigua y oportunista de Ciudadanos que no sabe
todavía cómo aprovechar mejor electoralmente este desmembramiento del Partido
Popular» (1).
Por supuesto, indeterminación.
Pero hay una novedad con relación a las mociones de censura anteriores: están
en las calles los jubilados y el sindicalismo confederal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario