jueves, 17 de mayo de 2018

Jubilados y pensionistas: prever es dirigir




Muchas veces nuestro Marcelino Camacho enseñó que «prever es dirigir». Formidable pedagogía en poquísimas palabras. Este es un concepto que se debería tener muy presente en la formidable movilización de los jubilados y pensionistas.

Se ha dicho, y con razón, que el movimiento de los movimientos de pensionistas y jubilados es una novedad con relación a tiempos anteriores. Sus componentes (Mareas y sindicatos) han ocupado las plazas de España. No sólo lo hacen en las principales ciudades del país, también en no pocos pueblos que, por decirlo así, se han tirado a la calle. La movilización sostenida tiene un carácter doble: la dignificación de las pensiones actuales y las futuras. Es, por tanto, una acción colectiva solidaria. Así lo han dejado claro.

«Prever es dirigir», dijo el maestro. Pues bien, podemos prever que la lucha no será fácil. Por dos motivos que conviene dejar claros: uno, la resistencia del Gobierno y la patronal; dos, porque los sujetos movilizadores (Mareas y sindicatos), que tienen objetivos similares, no han encontrado todavía una unidad de acción explícita en estas movilizaciones. Unidad de acción explícita. Es más, parece como si se mirasen con el rabillo del ojo en una pugna de a ver quién es más.  Querer «ser más» no es necesariamente negativo. Pero cuando son dos sujetos que no se miran directamente a los ojos dicha falta de relación no parece productiva.

«Prever es dirigir». Pues bien, si las Mareas y los sindicatos van cada cual por su lado como líneas paralelas será complicado llegar a buen puerto. Así pues, es preciso desbloquear esa falta de relación. Ambos sujetos deben reconocerse mutuamente como legítimos representantes de los jubilados y pensionistas. Hay que partir, pues, de que nadie tiene el monopolio de la representación. Esta la conceden los jubilados y pensionistas. Lo que quiere decir que ni Mareas ni sindicatos son sujetos auto legitimados.

«Prever es dirigir». Es decir, comoquiera que la solución no será fácil hay que prever que para dirigir se precisa una unidad de acción explícita. Que en principio pasaría por el reconocimiento mutuo. Lo que implica la elaboración de una propuesta urgente común. Y, más todavía, hay que poner encima de la mesa, con determinación y coraje, qué tipo de representación unitaria va a negociar la plataforma que, necesariamente, ha de ser común.

En todo caso, hay algo que se debe tener en cuenta: la movilización de los jubilados y pensionistas ha ganado la batalla de la opinión pública. Casi nunca se había dado una simpatía tan visible en nuestro país.     

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