domingo, 27 de mayo de 2018

Con los meados en el vientre




La moción de censura ha pillado a algunos con los meados en el vientre. Amb els pixats al ventre, que decimos en Cataluña. Son varias las novedades que han aparecido tras la decisión de Pedro Sánchez. Que se sepa no ha tenido contestación por parte de los del colmillo retorcío del PSOE, salvo la excepción de don José Bono que era aproximadamente previsible. En realidad, este caballero más que mostrar su contrariedad expresa que sigue existiendo. Se puede decir, pues, que Sánchez tiene un aproximado consenso en su partido. O que una serie de dirigentes han calibrado que, en esta ocasión, era arriesgado llevarle la contraria al secretario general.

Más novedades: la moción de censura ha concitado simpatía –o, al menos, comprensión—en cierto sector de la prensa. La excepción de El País era previsible. Su editorial de hoy es todo un homenaje al más puro cantinfleo editorial.

Sin novedad en Ciudadanos y los independentistas.

Los de Rivera parece que consideran la situación como si fuera similar a lo ocurrido con el anterior presidente de Murcia. A la espera de que Rajoy esté completamente achicharrado. A medias no es suficiente. Esperando que acabe como san Lorenzo en la parrilla.

En las formaciones independentistas se acentúa la confusión. El grupo de allegados al hombre de Berlín pone condiciones, sabiendo que no serán aceptadas: el reino del vicario de Puigdemont no es de este mundo. Este Torra está por las cruces amarillas en las playas, no en el quehacer de la política. Parece que siguen el famoso mandamiento que recibió Constantino: «Con este signo vencerás». Que no parece convencer a los operadores turísticos.

Y en medio de ese pedregal independentista nos encontramos con los meandros de Esquerra Republicana de Catalunya. Unos –los menos, con Joan Tardá, sensato en días alternos, a la cabeza--  plantean sumarse a la moción de censura «sin condiciones previas». Sus conmilitones en el Parlament de Catalunya dicen lo contrario. La voz de Oriol Junqueras, desde la celda de Estremera, ni quita ni pone rey. Esquerra o el alguacil  alguacilado. Chocante su entrevista en La Vanguardia de hoy, no ejerciendo de jefe.

El Partido Popular, a su vez, reacciona según el Evangelio del iracundo Conde de Romanones: « Los ataques violentos al adversario, cuanto más de brocha gorda, serán más útiles». El Conde no sabía todavía la relación entre ciertos pintores de brocha gorda y la política. 

Mientras tanto, la Unión Europea –más averiada ahora por los problemas de Italia y España— sigue su confuso itinerario. Italia y España en manos de unos fifiriches de tres al cuarto.

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