PASOS A LA IZQUIERDA – Nº 21, de nuevo en el
ciberespacio
Nota bene.--- Otra vez Pasos a la Izquierda está en la red.
Es por eso que publicitamos las líneas de portada, que resumen lo que trata la
revista. De paso la redacción de Metiendo bulla aprovecha la ocasión y descansa.
Diciembre de
2016, la ministra Báñez quizás iluminada por la Virgen del Rocío, lanza
un macguffin (en palabras de Quim González Muntadas en Nueva
Tribuna) sobre una negociación colectiva ya desarbolada por su reforma de 2012.
Se trata de modificar los horarios de trabajo. Conociendo la trayectoria de la
ministra, ahora asesora de la CEOE, tal vez anunciaba el inicio de una nueva
maniobra para incrementar la flexibilidad horaria de los trabajadores: mayor
disposición de éstos hacia la empresa y mayor (in)disposición hacia sus vidas y
necesidades.
Diciembre de
2020. El diputado Errejón introduce una enmienda a los Presupuestos del Estado
sobre la reducción de la jornada laboral -el 4 días/32horas de la que nos
hablan Larroutorou y Mèda en el artículo incluido en este número-. El
vicepresidente Iglesias recuerda de inmediato, que esta medida ya figuraba en
el programa de Podemos. Un día más tarde la ministra Yolanda Díaz precisa que
la medida es muy interesante, aunque añade que debe integrarse en un debate más
amplio sobre el tiempo de trabajo, quizás una Ley sobre los usos del tiempo.
Seguimos en
diciembre 2020, un artículo de La Vanguardia recuerda que la
ley de las 40 horas en España se aprobó en diciembre de 1982. En ese artículo
entran al trapo sobre la jornada de 4 días/32 horas CEOE y FEDEA: “ocurrencia”;
mientras trocean los salarios hasta extremos miserables, advierten que “la
jornada no se puede trocear a conveniencia”. Supremo cinismo el de estos
próceres siempre interesados en mostrar que cualquier ventaja de los
trabajadores en cuestión de derechos, salario, jornada, condiciones de trabajo,
genera desempleo y precariedad. ¿Los avances tecnológicos sólo deben servir
para aumentar la productividad?, o quizás la ‘eficacia’ empresarial no quiere
saber de los problemas sociales derivados de la precariedad laboral y del
desajuste absoluto de los tiempos de vida y trabajo. Estamos en una sociedad
técnicamente acelerada, en los ritmos y en los tiempos, consecuencia de la sucesión
de crisis desde los años setenta, culminadas en la Gran Recesión o en la actual
pandemia. Como recordaban las encuestas de ISTAS-CCOO, el “presentismo”
(trabajar cuando no deberías hacerlo, por enfermedad, etc.) es, quizás, un
problema más grave que el absentismo laboral. Los ‘creadores’ de empleo
-grandes empresas, fondos de inversión y financieras-, son ahora generadores de
desempleo y precariedad y se resisten a cualquier medida equilibradora;
henchidos por el inmenso poder que han adquirido y que debiera llamar la
atención de pequeños empresarios, autónomos, profesionales y asalariados, por
las enormes consecuencias que se derivan.
En su blog,
López Bulla (que fue Secretario General de CCOO de Catalunya), también en
diciembre, reclamaba la atención sobre las palabras de Joaquín Pérez Rey,
secretario de estado de Empleo, en la jornada Time Use Week celebrada
en noviembre 2020 en Barcelona. La idea lanzada por el secretario de Estado fue
que “el tiempo de trabajo ha de dejar de ser la guía de la distribución de los
tiempos y ha de empezar a estar condicionado por los ritmos de la vida”; acabar
con la unilateralidad productiva, mientras se negocian y articulan acciones
destinadas a garantizar la justicia social y el trabajo decente. La ‘traumática
experiencia’ horaria sufrida a consecuencia de la pandemia, señala un camino de
experimentación. En todo caso, la propuesta de Joaquín Pérez Rey pone el acento
en la actuación en diversos ámbitos y con diferentes medidas para gobernar los
tiempos pensando en personas y en la sociedad y no sólo en empresas y economía.
Quizás habrá que
esperar a otro diciembre para que el debate sobre horarios, jornada y tiempos
se revitalice; por ahora se ha adormecido. Pasos a la Izquierda ha
querido hacer su propia contribución (artículo
de Pere Jódar). Primero
recordando que jornada y salarios, trabajo y vida, al final siempre afectan a
personas, familias y sociedades. De ahí una primera aportación, desde la
redacción, para recordar que la cuestión viene de lejos. De ahí la necesidad de
recordar a Marx, o hacer un salto en el tiempo, e introducir el debate en uno
de sus momentos álgidos: los ochenta y noventa del siglo pasado en Europa. La
reducción de jornada como solución al desempleo (artículos de Guy Aznar y André
Gorz; que, hay que
remarcar, van más allá de plantear su propuesta como solución única), o los
problemas que plantea la reducción de jornada como instrumento de creación de
empleo (Marx, Trentin). Dado el interés de sus planteamientos reproducimos
en otros artículos, fragmentos de algunas de las aportaciones de estos autores
sobre la cuestión; la historia es un buen lugar de enseñanzas.
Queremos
subrayar, asimismo, para quién lo haya olvidado, que hoy por hoy la
flexibilidad de los tiempos es gobernada desde la gestión empresarial, como nos
recuerda el artículo de Sofía
Pérez y Carlos Prieto. Hablar de
jornada y salario no es cosa baladí. Constituyen dos elementos que, mediante el
contrato laboral, fijan la dependencia y subordinación objetiva de los
asalariados; sobre la multiplicación de esfuerzos de los gestores para
conseguir la subordinación subjetiva ya hablaremos en próximos números. No
obstante, la preocupación por mantener la hegemonía y la discrecionalidad en
los términos señalados se muestra en las declaraciones de algunos importantes
dirigentes empresariales. En 2010, “salir de la crisis trabajando más y ganando
menos”; en 2012, “se acabó la fiesta, ahora hay que pagarla”; y, en 2020, en el
apresurado macro encuentro CEOE para liderar la salida al duro confinamiento de
la primavera: “este año las vacaciones debe tomarlas el que pueda y cuando
pueda. Las cosas no están para bromas”. Dada la remuneración y la flexibilidad
de jornada de estos ‘managers’ quizás ellos sí pueden tomarse a ‘broma’ tiempo
de trabajo y salarios.
Volviendo a la
actualidad, reproducimos la conclusión del libro de Larroutorou y Mèda, Einstein
avait raison, en el que apuestan con fuerza por la jornada 4/32. También
incorporamos la reflexión de CCOO de la mano de Mari
Cruz Vicente Peralta, Secretaria
Confederal de Acción Sindical de dicha central, que muestra los límites entre
lo deseable y lo posible; junto con Recio nos recuerda aquél lema pionero de
las mujeres sindicalistas italiana: Las mujeres cambian los tiempos.
Albert
Recio, en el artículo
que culmina esta selección, sitúa la cuestión la jornada de trabajo en el seno
del tiempo de vida, desvelando así la complejidad que supone cualquier acción
sobre la duración y distribución de los tiempos. Traza el autor la relación
entre jornada laboral y empleo, así como la relación entre trabajo mercantil y
no mercantil y enumera las necesidades y demandas de los trabajadores y
trabajadores, frente a las propuestas del mundo empresarial y las élites
políticas. Es este un artículo imprescindible y necesario para contextualizar
el debate: economía y sociedad, personas y mercancías, hogares y empresas. Y
también las relaciones sociales, los cuidados, la participación y el
asociacionismo ciudadano, la formación, la cultura y el ocio no necesariamente
consumista; sin olvidar los horarios y la aceleración de los tiempos; la
diversidad de situaciones de empleo, de trabajo, de requerimientos personales y
familiares. Como dice Recio: “el análisis de los tiempos es un buen punto de
partida para reconocer las desigualdades profundas de nuestro modelo social y
lo inadecuado de algunas políticas”. No dejemos tampoco de lado los urgentes
imperativos sociales derivados de la creciente desigualdad; cambiar los
tiempos, quizás, puede ser también un elemento que ayude a enfrentar con
seriedad el problema de la cuestión ambiental.
En este número
incorporamos dos artículos sobre sindicatos, el de Jorge
Affarian que
plantea la influencia positiva, vivida en Argentina, del sindicalismo de base
sobre el sindicato corporativo tradicional, fuertemente vinculado al peronismo.
Por otro lado, Rich Yeselson ofrece una crónica de la situación de los
sindicatos norteamericanos ante las recientes elecciones presidenciales. Desde
su autonomía muestran que se puede y se debe intervenir en política; aunque
según el autor no siempre con el esfuerzo o el acierto debido.
Pere
J. Beneyto realiza
una breve pero interesante reflexión sobre el impacto de las políticas
neoliberales en la precariedad y la desigualdad social. El punto de partida es
la denuncia de la muerte de un trabajador de la construcción y la
irresponsabilidad del empresario que lo contrató, en un panorama que tolera no
sólo el riesgo físico y mental unido a la degradación del trabajo, sino también
el riesgo social asociado a la desregulación laboral y los recortes sociales.
Desde un ámbito diferenciado, en muchas ocasiones enfrentado, pero poniendo el
énfasis en situaciones similares un especialista en recursos humanos, Tomás
Rubio, introduce la
necesidad de dignificar el trabajo de los segmentos desprotegidos; su punto de
arranque también es un artículo anterior dedicado a la muerte de un rider;
Rubio nos viene a decir que negocios sí, pero sin precariedad y vulnerabilidad
laboral.
Culmina el
apartado dedicado al trabajo el artículo de Daniel
Kaplún sobre las
pensiones. Un texto riguroso e informado que, con seguridad, puede servir para
aportar argumentos a las demandas de los pensionistas, de los sindicatos y del
conjunto de movimientos sociales preocupados por la deriva desigual de nuestras
sociedades. ¿Serán de nuevo salarios, pensiones y prestaciones sociales objeto
de políticas austeritarias de la Unión Europea? Hay bastantes atisbos de que
puede ir por ahí la post-pandèmia. Mientras tanto, la lectura de El
laberinto de las pensiones es un material imprescindible para formarse
una opinión fundamentada y construir objetivos de movilización.
¿Cuál es, o debe
ser, el campo ideológico de la izquierda? El compromiso entre los derechos
sociales (igualdad) y los derechos civiles (propiedad), típico de la
socialdemocracia ya no funciona. Nadia
Urbinati nos dice
que “el campo ideológico de la izquierda tiene su punto de apoyo en la lucha
contra la desigualdad”, en el fomento de la participación y la profundización
de la democracia. Complementa esta intervención el artículo de Enric Prat que presenta un amplio abanico de ideas para
poner en marcha una estrategia emancipadora entre las que destacan no sólo las
cuestiones sociales, ecológicas, políticas y culturales, sino también la
conexión del trabajo político organizado con los movimientos sindicales y
sociales; sin olvidar la necesidad no sólo de transformar la sociedad, sino
también de plantear valores y actitudes relacionados con la solidaridad, la
ayuda mutua, el respeto hacia los demás, la reducción del consumo.
Y, a propósito
del problema ambiental, Jordi
Mir proporciona
una reflexión sobre la necesidad de que los movimientos ecologistas y otros
movimientos sociales afronten la urgencia de la emergencia climática teniendo en
cuenta las enseñanzas de la historia y de los pensadores que introdujeron la
cuestión ecológica.
Este mes de
marzo de 2021 está repleto de aniversarios. No sólo celebramos el día de la
mujer trabajadora, sino también el 150 aniversario del nacimiento de una gran
mujer e intelectual, malograda por los monstruos del siglo XX: Rosa Luxemburgo.
En su memoria y recuerdo volvemos a publicar el artículo de una gran
especialista: María
José Aubet.
El mismo año en
que nacía Rosa Luxemburgo, nacía y moría, una de las grandes experiencias de
emancipación: La Comuna de París, que tanto influyó en Marx, Reclús, Kropotkin
y tantos otros. Supuso un período corto pero fructífero de efervescencia
social, cultural, artística, lamentablemente pasado por las armas de la
intransigencia. Andreu
Mayayo nos lo
recuerda en un breve pero completo artículo. La introducción de Kristin Ross a su libro sobre la Comuna de París, de
forma complementaria, nos ofrece un atisbo de una aproximación a ese
acontecimiento fundamental en la historia del movimiento obrero y de la
historia de la emancipación, de una gran originalidad. Cuando se piensa en la
Comuna, viene a la cabeza las imágenes de efervescencia, de enorme
libertad-igualdad-fraternidad que acaba en muerte y masacre. Sin embargo, Ross
nos produce un fuerte choque cultural al hablar de lujo comunal; un
giro argumental que muestra cómo, en esos pocos días de ebullición popular,
florecen nuevas formas de organización de la vida social, otras formas de
vivir, de relacionarse, de vivir el trabajo y el arte, de imaginar… Florecer
si, como el poema Los claveles rojos de Louise Michel, pués a
pesar de los criminales que aplastaron la Comuna, brotaron a partir de ella
nuevas formas de pensamiento y de movilización, anunciando la primavera que
podría haber sido.
Entre los
monstruos del siglo XX, el horror nazi de los campos de concentración, del
Holocausto. Una superviviente, Liliana
Segre, hace memoria
y, al mismo tiempo, lanza un mensaje de esperanza, dando muestras de su
entereza y capacidad de sufrimiento: “Sed mariposas volando sobre el alambre de
púas”.
En el apartado
entrevistas, reproducimos la de Giuseppe
Provenzano que,
aunque no renovado como ministro en el gabinete Draghi, tiene el interés de
mostrar diversas vías de regeneración, de innovación y de participación, para
atraer a los jóvenes hacia el Sur deprimido. También destaca la entrevista
a Valeriano
Bozal, una pequeña
joya de sinceridad y coherencia, como el libro que acaba de publicar, sobre la
cultura, el arte y la forma de vivirlos con compromiso.
Juan
Bosco Díaz-Urmeneta presenta a
John Akomfrah, artista y director de cine, comprometido con el reconocimiento
de la diversidad de identidades culturales y la convivencia intercultural; el
autor nos conduce por medio de su obra a la necesidad de una reflexión sobre el
colonialismo y sus secuelas post-coloniales. Unas fotografías magníficas, sin
olvidar las reflexiones a las que nos conducen. Habrá que dedicar algún número
de Pasos a la Izquierda a la cuestión colonial y el post-colonialismo.
En este número
contamos con tres reseñas de libros. Guillermo
Martín presenta
el texto de César Rendueles, Contra la igualdad de oportunidades,
una apasionante apuesta por la lucha contra la desigualdad y por la igualdad y
la libertad reales. Texto de imprescindible lectura, por su amplia mirada y equilibrada
perspectiva sobre igualdad y desigualdad. Jordi
Guiu introduce
un libro no menos imprescindible, en este caso para entender la transición
catalana y española, como es El hijo del chófer de Jordi Amat,
en el que se aborda la corrupción como confluencia de intereses económicos,
políticos y mediáticos. Una cuestión de muchísima actualidad. La reseña
finaliza en una adenda inesperada. Finalmente, el comentario a la nueva edición
crítica de las Cartas desde la cárcel de Gramsci, por el especialista Marcello Mustè; en sus palabras: una obra maestra de la
literatura epistolar de cualquier época.
Como es
habitual, Enric Berenguer ha seleccionado con esmero y
profesionalidad un oportuno conjunto de fotografías históricas sobre el
trabajo. Porque hablar de jornada es hablar de trabajo, empleo, vidas. Su
introducción a estas imágenes conduce a la reflexión sobre la transformación de
los trabajos y los cambios que se han producido en la mirada de los fotógrafos.
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