sábado, 22 de febrero de 2020

FAES, única religión verdadera y Aznar su profeta




Primer tranco

En el Estado Mayor del Partido Popular figuran con mando los que hace dos años eran capitanes. Son jóvenes que tienen a la FAES, como única religión verdadera, y Aznar como profeta. Este personal sigue a pies juntillas las instrucciones al uso de las revueltas de los capitanes que en la historia han sido: desplazar sin consideración a sus mayores hacia la jubilación. Casi siempre con golpes directos para darle contundencia al desplazamiento y una duración para los nuevos encumbrados, como mínimo, de varios quinquenios. Una nueva generación en el timón del PP con hambre de mando al precio que sea. El alavés Alfonso Alonso, cincuentón,  es uno de los que faltan por desplazar.

Alonso es uno de los exponentes de la derecha administrativa de Boletín Oficial del Estado. Sorayista que, en su día, ayudó al desplazamiento de Aznar. Político que, en los chambaos de su partido, se le considera eficaz en comparación con la gestión de aquella (subvencionada) Ana Mato en el ministerio de Sanidad. Digo que ahora se avecina el desplazamiento de Alonso, también como aviso a los dirigentes  de su generación, a los que ni siquiera se les exige obediencia ciega sino que abran paso a los capitanes. «Devota crueldad», diría el famoso secretario florentino.

Tranco segundo

Los capitanes siguen sin rechistar la Vulgata de Aznar. Todas las derechas españolas deben estar en la casa del PP: una derecha, una lengua, una espada. Los taifatos de las derechas conducen a la victoria de los rojos y los independentistas, afirman. La propuesta de Arrimadas –realmente un maniquí de la derecha--  de hacer candidaturas conjuntas con el PP en las comunidades históricas  es, ciertamente, la constatación de que Ciudadanos se ha convertido en un minifundio, pero –a la vez— abre el camino para la operación de «derecha no hay más que una y a ti te encontré en la calle». Que los capitanes ven con impaciencia, pero Aznar gobierna la jáquima de la cosa.

Curiosa, aunque comprensiva, esta deriva de Arrimadas: su partido, que nació con un aparente barniz socialdemócrata como fachada, puede acabar en las algorfas del Partido Popular. Un barniz socialdemócrata porque el objetivo de los padres solteros, fundadores de Ciudadanos –especialmente la rama de asiduos de la Bodega Bohemia--  era crearle una grave complicación a los socialistas catalanes que, en aquellos tiempos, estaban más preocupados por el ablativo absoluto de Cataluña que por los problemas reales del personal.

Pronto tendremos novedades. Dura lex sed lex. O, si se prefiere: Dura FAES, pero es la FAES. 

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