«Madrid
se nos va», afirmó Pasqual Maragall ante unos
atónitos oyentes. Alguien dijo desconsideradamente que era una de tantas maragalladas. Este caballero tendría que
pedir disculpas, porque –tal como se están poniendo las cosas-- Madrid se nos está yendo: el Madrid que tiene
en la cabeza una relevante fracción del Partido Popular, que tiene a Ayuso como
prima donna.
Premisa
Esto
es una hipótesis temeraria, que no descarto. En Madrid se está creando una espuma identitaria,
cuya fuerza de propulsión está en la presidencia de la Comunidad y sus
atalajes. Se trata de un amasijo de formulaciones de raíz castizo—populistas,
cuya intención es hacer de Madrid una especie de Encomienda al margen del
Estado, al menos mientras exista un gobierno que no sea, según ellos, amigo. Se
trataría de un nuevo Madrid: una Verbena de la Paloma 5.0. Barra
libre para una vida libertariana en lo económico, político y social. Carlos
Arniches pasado por el agua de los Chicago boys.
Espuma
identitaria, de momento, que viene dosificada en pexiglás desde el puente de
mando. Que se está administrando de manera rápida. En tiempos antiguos la formación
de identidades era un proceso complejo y, sobre todo, lento. Hoy, por ejemplo,
el fenómeno instantáneo de un tuit puede construir un boceto de identidades en menos
que canta un gallo, las nuevas y novísimas tecnologías –ya lo dijo don
Hilarión-- «avanzan que es una
barbaridad».
Conclusión
de esa lógica
Pues
bien, si en Cataluña una grandísima parte de la izquierda estuvo contagiada por
el nacionalismo identitario (todavía no se ha salido plenamente de ese planeta);
si en Andalucía algunos herederos de la Enésima Internacional han asumido el
´hecho nacional andaluz´… --dispensen ustedes--
¿puede poner alguien las manos en el fuego de que en Madrid no aparecerán
taifas izquierdosas nacionalistas porque eso es lo rentable electoralmente? Ya
lo saben: se sabe cómo empieza la espuma, pero no sabemos cuándo eso se
convierte en mar montañosa.
Una sugerencia sin cargarles a ustedes el iva: no echen en saco roto estas consideraciones.
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