1.---
Tenemos un potente archivo de refranes. Uno de ellos refiere aquello de «en
boca cerrada no entran moscas». Mi padre adoptivo, el maestro confitero Ferino Isla, lo completaba con un «y en boca abierta,
mentiras a espuertas». España es un país chocante, creamos refranes a destajo
con el objetivo de desacreditarlos. En boca cerrada no entran moscas, pero aquí
se habla por los codos. Ahora, con más motivo todavía, pues es necesario
amortizar el gasto de los chirimbolos tecnológicos. El tuitter es un inmenso
pañol de dicharachos. Los políticos se llevan la palma: vox tuitter vox Dei.
Felipe González habla
torrencialmente. Lo suyo –es un hombre de orden-- son los medios tradicionales.
Gasta más saliva discurseando sobre Pedro Sánchez y
sus circunstancias que sobre otras consideraciones. González es una miaja
oportunista, pues ha calculado que Sánchez no le devolverá la pelota con el
mismo diapasón. González ha dejado de ser aquel «jarrón chino» para convertirse
en un tábano tocacojoncicos contra todo aquello que no coincide con su augusta
opinión. ¿Por qué González es tan irritante con su reincidente actitud? Las
diversas escuelas de la psiquiatría darían posiblemente opiniones dispares.
Aquí lo único, aproximadamente objetivo, es que tanta verborragia es una
interferencia al gobierno en unos momentos en que la grita de los de Casado
casaseno y el chillerío de la ultraderecha aconsejarían una pizca de
solidaridad de González o tener la boca cerradita a cal y canto.
Lo
curioso es que el presidente más temperado y el más prudente, Zapatero, ha tenido igualmente la necesidad de
zascandilerar en ese torbellino. Tampoco en las redes sociales, también es un
hombre de orden. Ha sentido la tentación de decir una verdad como una casa de
payés: «Ciudadanos es
uno de los peores experimentos de la democracia». Lo subscribimos. Pero,
¡hombre de Dios!, ¿a qué viene ahora decir las verdades del barquero cuando
Sánchez está buscando los apoyos de Ciudadanos, cuando hasta Unidas Podemos no hace –desde hace unas semanas—
cuestión de Ciudadanos? Zapatero no ha
estado fino en esta ocasión. Hubiera sido más responsable callar y esperar a
otra ocasión propicia, ésta no lo era.
Conclusión,
es mejor tener la boca a cencerros tapados.
2.---
En otro hemisferio de la «terra incognita» dos personajes han destacado en las
últimas semanas: el pio Fernández
Díaz, ex ministro del Partido Apostólico, y el caricato Cañizares, alto funcionario
de la Iglesia. Satanás es el protagonista de las aportaciones de estos dos
teóricos de la teología antropológica. Satanás, el Emperador del Infierno.
He
referido a mis amistades una osada explicación de la audacia de esta singular
pareja. Son los encargados del Negociado de Asustaviejas con sede en la
santabárbara de la calle Génova. Puede ser irrisoria y motivar a chascarrillos
mil las palabras de Fernández y Cañizares. Pero tienen la garantía de que un
sector determinado de la población (el sector fe--del--carbonero) lo puede
creer a pies juntillas. A pesar, incluso, de la desorientación de los tres
últimos papas sobre el Demonio y el Infierno. Juan Pablo II afirmó que «el Infierno no es un
lugar físico», Benedicto pontificó
que «existe y existirá eternamente», y Francisco –con su humildad argentina-- le dijo a Eugenio
Salfari que «el Infierno no existe». Naturalmente yo soy de Francisco. Cada
papa por su lado.
Conclusión
provisional: cuando la Iglesia no ofrece certezas deja de intimidar.
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