lunes, 30 de septiembre de 2019

Cataluña: “El mundo nos mira y no pasa nada”



El independentismo catalán es un movimiento casi pacífico. Es muy mayoritariamente no violento, pero en su seno hace tiempo que se han instalado diversos somatenes que ya se han tirado al monte. Esa iglesia es pacífica pero algunos de sus campanarios insinúan lo contrario. Es la consecuencia lógica del fracaso del procés, tanto en Cataluña como en el mundo. Lo ha dejado claro Francesc-Marc Álvaro hoy en La Vanguardia: “El mundo nos mira y no pasa nada”.

Quienes han llevado a Cataluña este callejón sin salida son los responsables de la aparición de ese minúsculo, aunque estridente, ejército de salvación, que abandonan la palabra y la pluma por la goma 2. Digámoslo sin tapujos: son la congregación de Waterloo y sus franquicias en la Plaça de Sant Jaume. Vale decir: Carles Puigdemont y Quim Torra. Ahora, mientras no se aclare la cosa, ambos personajes podrían entrar en el terreno de la hipótesis de tener relaciones poco recomendables con el ejército de salvación. Uno de sus miembros, detenido recientemente, ha declarado ante el juez García Castellón que Puigdemont y Torra estaban al tanto de la operación del ejército de salvación. La intermediaria, siempre según el declarante, era la hermana de Puigdemont, Lady Waterloo. Grave aprieto para ese triángulo escaleno.

La mejor manera para, por lo menos, salir del paso sería: aclarar esa situación y condenar sin paliativos al ejército de salvación. En caso contrario, se está mandando un mensaje claro: apoyo explícito a la violencia y, por lo tanto, recabando apoyos para la misma y, además, asumiendo que todas las formas de conseguir la independencia son igualmente legítimas. Con lo que gradualmente el movimiento iría asumiendo, cada vez más, una mezcla de kale borroka, goma 2 y alguna avemaría para no excesivas sospechas. Desde Hamlet se nos avisa: “La locura en los grandes no debe dejar de vigilarse”. Así lo tradujo José María Valverde.

Están avisados.


No hay comentarios: