Lo
esperpéntico se resiste con tesón a abandonar España. Especialmente cuando
tiene una naturaleza cutre. Es el caso de Francisco
González, que fuera presidente del Banco
Bilbao Vizcaya Argentaria.
Cuando
don Paco dejó la entidad le llovieron millones y millones de euros como
liquidación y otros más le quedaron como jubilación. La banca es asaz generosa
con sus capitanes de industria. Pero no todo lo sabíamos. Ahora ha salido al
público conocimiento que el BBVA corre con los gastos de dieciséis
guardaespaldas del ilustre banquero. No lo han leído mal: 16 guardaespaldas. Que,
además, nadie sabe a qué obedece, ni quiénes amenazan a este don Paco para que
cuente con una legión de escoltas como nunca tuvo nadie en España ya fuera
político, militar, archipámpano o talabartero diplomado. Desde luego, el numeroso
grupo de consejeros de la entidad que fueron espiados por don Paco, a través
del comisario Villarejo, han manifestado que
ellos no han amenazado al antiguo presidente.
Calla
el Banco de España, al menos hasta la
presente. Sus responsables están para otros menesteres, vale decir, para exigir
que no suban los salarios, ni las pensiones, excepto para don Paco y sus
galifardeus. Calla el Banco de España como disfrazando la Etica de Tabla de
Logaritmos. Las cosas claras: todavía no lo hemos visto todo.
P/s. Dos carocas de este Corpus en Granada.
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