domingo, 2 de junio de 2019

Jordi Evole, persona non grata al independentismo




Hace tiempo que el independentismo onírico se las tiene juradas a Jordi Évole. El de Cornellá es persona ingratísima a dicha cofradía. Ahora, durante estos días, lo están poniendo a chupa de dómine. El motivo: su artículo, publicado en La Vanguardia, sosteniendo  que Ada Colau, tras el apoyo sin condiciones de Manuel Valls, haga coalición con Collboni (socialista) y pueda optar nuevamente a la alcaldía de Barcelona. El artículo se titula Pressing Colau (1).

Ya lo ven ustedes: el periodista ofrece sus argumentos, no hay una palabra más alta que otra, es un razonamiento sosegado en favor de una opción partidaria. Como corresponde en democracia. El independentismo onírico ha dictado sentencia inapelable contra Jordi Évole. Mejor dicho, vuelve a la carga. No hay que dar respiro, el no independentista debe saber que los oníricos lo tienen presente en sus oraciones y melopeas. Pero no es sólo un aviso en singular; es una advertencia sostenida en el espacio y tiempo contra los adversarios. Que, en este caso concreto (el artículo de Évole sobre Colau), quiere decir: O el segundo Maragall como alcalde o aquí se forma. La gran contradicción del independentismo onírico es que ha creado tantos agraviados que su fuerza contra ellos es pura filfa.   Y más filfa sería si Colau acepta el apoyo que le viene desde muchos horizontes.

A ella, Colau, le recordamos el consejo de Epaminondas a Pelópidas: «No te marches del ágora antes de haber sumado un nuevo amigo a los que ya tenías».



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