Centenares de miles de jubilados
y pensionistas de toda España se han movilizado este jueves pasado. Plazas y
calles atestadas. Es preciso destacar el gran número de ciudades y pueblos que
han participado en las manifestaciones más importantes de la historia de este
colectivo. Toda una masiva desautorización de la política del Gobierno sobre
las pensiones. El sindicalismo confederal y las Mareas han sido las
organizaciones que lo ha puesto en marcha. «En marcha», decimos, porque esa
presión ha venido para quedarse. A menos que las cosas se sigan haciendo bien.
Ayer pudimos ver una formidable
unidad social de masas en torno a la denuncia del raquitismo de las pensiones y
de las organizaciones convocantes: los sindicatos confederales (CC.OO y UGT),
la Marea y otros colectivos.
Una sugerencia, que es el
objetivo central de este artículo: para que esa movilización se fortalezca y
amplíe se necesita, a mi juicio, la mayor unidad de acción de las
organizaciones convocantes. Lo que comporta evitar toda tentación de
hegemonismo y apropiación exclusiva de lo que será probablemente una
movilización sostenida.
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