Creo que la huelga de dos horas
en cada turno del 8 de Marzo, Día
internacional de la Mujer trabajadora, está bien situada. Las reivindicaciones
planteadas y las personas convocadas son claras. No obstante, acabo de ser
testigo de un sucedido que me ha llenado de cierta inquietud.
Estoy sentado en la taberna de costumbre.
En la mesa de al lado desayunan dos parejas cuarentonas comentando la
convocatoria. Según veo ellas están bien informadas, ellos o remolonean
haciéndose el longuis o no acaban de entender el asunto. El razonamiento de uno
de ellos es chocante: si es una huelga ´de mujeres´ a nosotros, los hombres, no
nos afecta. En la taberna nos conocemos todos, se diría incluso que
indirectamente tenemos las mesas reservadas para cada parroquiano. El cotidiano
buenos días y que aproveche ha
sellado una relación de años que permite meterte en la conversación sin ser
tenido como impertinente. Por lo que enjareto esta intromisión en la mesa de al
lado.
«Perdón. No es una huelga de mujeres. Es una huelga de
todos, hombres y mujeres. Es una huelga general,
limitada a dos horas en cada turno. Así lo dicen los carteles, las octavillas y
los razonamientos de los sindicatos convocantes, Comisiones
Obreras y UGT. El llamamiento está
suficientemente claro. No hay nada que justifique que a igual trabajo se pague
de manera discriminatoria a las mujeres. Por lo general con una brecha enorme.
¿Acaso no está claro que la camarera que nos trae los churros hace lo mismo que
Paco, el camarero?». Las cuarentonas respiran; un viejo de ochenta años les ha
dado la razón.
O sea, el agua clara y el
chocolate espeso. Esa huelga no es de
mujeres. Todo el mundo del trabajo está concernido. Cuestión distinta es
que se busquen subterfugios o se piense a la remanguillé por parte de algunos.
De algunos, así en masculino, mejor dicho, en macho. Porque, debemos constatar,
que el vivero de pícaros es un tanto abundante. Ahora bien, …
… cabe la posibilidad
(seguramente remota) de que determinados sectores de trabajadores entiendan que
se trata de cosas de mujeres. Ese es el equívoco que
conviene aclarar con paciencia. Eso es lo que se está haciendo en las asambleas
de delegados y delegadas que se están realizando desde el cabo de Gata hasta
Finisterre y desde Isla Cristina hasta el cabo de Creus.
Queda dicho como ´parte de
incidencias´.
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