Aquellos
68’s en perspectiva 50 años después
Escribe: Colectivo Madres del Rao
Recientemente
la colección de historia de la editorial granadina Comares
(http://www.editorialcomares.com/TV/?loc=navegador&lib_colecciones=43)
ha publicado la obra colectiva En el
laberinto. Las izquierdas del sur de Europa (1968-1982), editada por los
historiadores Javier Tébar y Andreu Mayayo.
Los
estudios que reúne esta obra ofrecen una interpretación de la trayectoria de
las izquierdas en los países del Sur de Europa entre 1968 y 1982. Las revueltas
políticas del 68 tuvieron una dimensión transnacional y dibujarán líneas de
ruptura en la dinámica política, en las jerarquías sociales y en los valores
culturales. Plantearon abiertamente cómo hacer compatible una mayor libertad
individual con la justicia social. Se iniciaba un nuevo ciclo de protesta
caracterizado por un espectacular crecimiento de la conflictividad y la extensión de una cultura de
izquierdas que apostaba por proyectos de cambio social y político
de signo diferenciado, pero todos ellos vinculados a la tradición intelectual y
política del socialismo. Así mismo, en los años setenta impactó una crisis económica mundial con elementos novedosos, aunque no ajena a la
propia naturaleza del capitalismo, que quebró
el largo crecimiento económico post-45. A nivel geopolítico la etapa la
“coexistencia pacífica” daba paso a finales de la década a una nueva fase
confrontación de la Guerra Fría.
En
el primer capítulo el historiador británico Geoff Eley ofrece una panorámica
general y en el resto las autoras y los autores proponen estudios de caso como
el de Andrea Sangiovanni (Italia), Xavier Vigna (Francia), Magda Fytili
(Grecia), Manuel Loff y Álvaro Cúria (Portugal) y Carme Molinero (España).
Finalmente, Laura Rozalén ha elaborado un apartado final de perfiles
biográficos para facilitar la lectura.
En
el prólogo el libro, Tébar y Mayayo, traen a colación el ensayo “La imaginación
socialista. El ciclo histórico de una tradición intelectual” (2016), donde el
también historiador Fernando Díez Rodríguez ha sostenido que el socialismo como
anticapitalismo mantuvo su vitalidad durante un siglo y medio, vivió después un
corto período de grave decadencia y hoy puede considerarse agotado. Ante esto,
se sugiere que quizá la nueva imaginación crítica, dado que la tradición del
socialismo está desecada, tenga que empezar, como ocurrió con la socialista,
por alguna forma de utopismo, experimentalismo y ensayismo con el fin de
escrutar, sin limitaciones, los contornos de los problemas existentes y la
posibilidad de avanzar una respuesta. Si estimamos que esta nueva imaginación
no parece que pueda aparecer del vacío o en el vacío histórico, será necesario
repensar algunas experiencias del pasado. Este ejercicio no pasa por
rememorizarlas o por invocarlas en torno a una hoguera en noches de luna llena,
como a menudo se plantee. Ni tampoco por concederles el tinte de la nostalgia.
Muy al contrario, podría ser la asunción de la «melancolía» de la izquierda
planteada por el historiador Enzo Traverso las que nos sitúe adecuadamente para
hacer un balance a fondo de la trayectoria de una cultura política que si,
finalmente, expresa un problema es la voluntad y la capacidad de imaginar la
posibilidad de futuros posibles para hacer frente a la visión según la cual
estamos condenados a vivir en el mundo en que vivimos. Algo necesario para
poner en tela de juicio, entre otras cuestiones, el cierre memorial sobre el
fin de las utopías propio del cambio de
siglo XXI.
Los prologuistas, aceptando, las dos tesis de Fernando Díez Rodríguez, la del fin de ciclo y la de la necesidad de una nueva imaginación, resaltan otra cara de la parábola con la que inician su presentación. En este sentido, la historiadora norteamericana Kristin Ross ha planteado que las referencias al pasado fueron llamadas «parábolas» por el pensador socialista británico William Morris. De manera que, más allá de la figura geométrica, la noción de parábola puede concebirse como una yuxtaposición que no pretende «retroceder o invertir el tiempo, sino abrirlo: abrir la red de posibilidades»; es decir, poner las esperanzas del pasado al servicio de las necesidades del presente. Algo que se puede producir siempre y cuando, tal como plantea el propio Díez Rodríguez, el patrimonio de aquella tradición del socialismo histórico pueda constituir una fuente de inspiración para analizar nuestras sociedades actuales, es decir, que no impida la creación de una nueva imaginación crítica que formule sus propios problemas y soluciones.
La metáfora de la parábola de la igualdad que da título a esta presentación pasa necesariamente por esta doble acepción de la metáfora empleada. Porque, en definitiva, la compatibilidad entre libertad e igualdad constituye el dilema central que atravesó aquel período histórico de los años setenta y es un reto todavía hoy pendiente. Así las cosas, al examinar la aparente paradoja de un ascenso de la movilización social que terminará en hegemonía neoliberal entrados los años ochenta, cabe preguntarse sobre cuál fue el escenario laberíntico, de tensiones y de dilemas, al que se enfrentó la izquierda durante aquel período. De manera que el objeto de atención principal de esta obra es la transición, la mutación y la crisis de esa cultura política. Esta es la historia de las transiciones en la izquierda, bastante menos atendida que las izquierdas en tiempos de transiciones.
Los prologuistas, aceptando, las dos tesis de Fernando Díez Rodríguez, la del fin de ciclo y la de la necesidad de una nueva imaginación, resaltan otra cara de la parábola con la que inician su presentación. En este sentido, la historiadora norteamericana Kristin Ross ha planteado que las referencias al pasado fueron llamadas «parábolas» por el pensador socialista británico William Morris. De manera que, más allá de la figura geométrica, la noción de parábola puede concebirse como una yuxtaposición que no pretende «retroceder o invertir el tiempo, sino abrirlo: abrir la red de posibilidades»; es decir, poner las esperanzas del pasado al servicio de las necesidades del presente. Algo que se puede producir siempre y cuando, tal como plantea el propio Díez Rodríguez, el patrimonio de aquella tradición del socialismo histórico pueda constituir una fuente de inspiración para analizar nuestras sociedades actuales, es decir, que no impida la creación de una nueva imaginación crítica que formule sus propios problemas y soluciones.
La metáfora de la parábola de la igualdad que da título a esta presentación pasa necesariamente por esta doble acepción de la metáfora empleada. Porque, en definitiva, la compatibilidad entre libertad e igualdad constituye el dilema central que atravesó aquel período histórico de los años setenta y es un reto todavía hoy pendiente. Así las cosas, al examinar la aparente paradoja de un ascenso de la movilización social que terminará en hegemonía neoliberal entrados los años ochenta, cabe preguntarse sobre cuál fue el escenario laberíntico, de tensiones y de dilemas, al que se enfrentó la izquierda durante aquel período. De manera que el objeto de atención principal de esta obra es la transición, la mutación y la crisis de esa cultura política. Esta es la historia de las transiciones en la izquierda, bastante menos atendida que las izquierdas en tiempos de transiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario