domingo, 4 de julio de 2021

Cosas de Comisiones Obreras, ayer y hoy


 

En un principio fue comisiones obreras. Una partida de nacimiento donde no consta la fecha exacta de su nacimiento, porque fueron muchos los focos que las alumbraron. En todo caso, la aproximación que hace con frecuencia el periodista Enric Juliana es un acierto: «Comisiones Obreras es hija del Plan de Estabilización». Es algo más que una metáfora; es precisión histórica.

Pues bien, el día 12 de este mes se va a celebrar un debate sobre Comisiones Obreras. Intervendrán el sindicalista Isidor Boix y el citado Enric Juliana. Moderará la politóloga Paola Lo Cascio. Quien lo desee podrá seguirlo en la red. No arriesgo nada si anticipo que tendrá un considerable interés: de una parte, porque Boix no defrauda nunca, siempre es capaz de sorprender y dar que pensar; de otra parte, la mirada de Juliana, no siendo exactamente interna, sí ha estado siempre lo suficientemente cerca de Comisiones para saber de qué se está hablando. No me será posible seguir el debate en directo por motivos personales que no vienen al caso. De ahí que me permita hablar ex ante del acontecimiento.  

Primero. Afortunadamente existe una amplia literatura historiográfica de Comisiones, incluidas las monografías sectoriales y territoriales, además de un buen plantel de testimonios biográficos de dirigentes sindicales. Por lo general es un excelente material de la biografía del sindicato y, en su caso, de la de algunos líderes.

Segundo. De manera que, con ser importante, lo que se ha escrito y las fuentes orales existentes, tengo para mí que a todo ese vasto acervo le falta algo de la mayor consideración, a saber, la relación entre la acción colectiva en todas sus expresiones de movilización, las conquistas sociales que se han derivado de todo ello y el uso social de dichas conquistas. Hablando en plata: de la utilidad de Comisiones Obreras, a lo largo de toda su biografía, y de todas sus estructuras con relación al conjunto asalariado. Cierto, siempre se han celebrado los cantares de gesta y, ciertamente, se ha hablado mucho y bien de la aportación de CC.OO. a la consecución de la democracia, primero, y a su consolidación, después. Pero es raro, rarísimo, que se haya hablado o escrito, si quiera someramente, en lo concreto y con los correspondientes ejemplos pedagójicos, del vínculo inescindible entre nuestra práctica sindical y los avances sociales.

Sin duda es necesario rellenar ese vacío. Y, tengo para mí, que o sea hace desde una visión multidisciplinar (historiadores, economistas, sociólogos y iuslaboralistas) o nos quedamos con las lagunas que seguimos teniendo en nuestra importante biografía.

Tercero. Lo que estoy proponiendo –de hecho lo vengo haciendo desde hace varios quinquenios—puede tener mejor acomodo en esta nueva fase en la que ha entrado el sindicato: el pacífico abordaje --¡ya era hora!--  de tantas mujeres en los altos puestos de dirección del sindicalismo. Las mujeres siempre han ido más al grano y a la verificación de lo que hacen. Ahora, tras el reciento acuerdo sobre las pensiones, es el momento de inaugurar esa nueva práctica. 

 

(Me disculpo por la anticipación de anunciar  el debate con tanta antelación. El caso es que –torpe de mí--  tenía en la cabeza que era para mañana, lunes. Pues no. Es el otro lunes, día 12. Perdonen, pero a veces tengo la cabeza en otro sitio).  

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