Estupor
en las buhardillas del Partido
Popular. A Pablo
Casado se le han caído encima los palos del sombrajo. El triángulo
escaleno de la derecha doméstica está con un ataque de delirium tremens. Yendo
por lo derecho: el secretario general de la ONU avala la apuesta por el diálogo
en Cataluña. Casado no sabe dónde esconderse; Arrimadas con su camisita y su canesú; Abascal,
que ya no monopoliza la práctica del chiringuito. Los tres han visto como se ha ido
desmoronando toda la retórica de «gobierno ilegal». Los tres están ahora,
además, sin armas para justificar la moción de censura.
Importante
mensaje del secretario general de la ONU a la España que se cierra a cal y
canto; pero no menos importante es el contundente recado que se envía a los
incombustibles mesnaderos del independentismo de calisay. No es sólo una victoria
diplomática del gobierno progresista, es fundamentalmente el golpe de Naciones
Unidas a la columna vertebral de las derechas españolas. Ese triángulo escaleno
es ahora algo disforme y teratológico.
Así
las cosas, hemos visto que Esquerra
Republicana de Catalunya, experta en ir del coro al caño y del caño al
coro, ha manifestado que descarta la mesa catalana de partidos. La confusa Marta Vilalta, portavoz del
partido, ha recalcado que: «Para eso está el Parlament». Por lo que se ve el
aprendizaje político de su grupo dirigente será lento y desacompasado. Se trata
de un argumento estúpido, pues corre el peligro de que alguien le haga ver a
esa señora que esa respuesta de pata de banco puede utilizarla quien, desde
Madrid, dijera que nada de mesa de negociación sobre Cataluña, pues para eso
están las Cortes españolas.
Pero
se trata de otra cosa: no hay, ni debe haber mesa catalana de partidos porque
el único conflicto político es entre Catalunya
y España, no entre catalanes, según dice este partido—guadiana que es ERC. Así
pues, costará mucho enhebrar la aguja y saber cómo enjaretar los retales.
Paciencia, calma y a las cosas de comer.
(Esto es un fragmento de lo que conversamos ayer en Pineda de Marx un grupo de viejos amigos cabe la orilla del Mediterráneo).
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