Fin
de semana, los médicos y enfermeras descansan de mí y un servidor de ellos. Yo
siempre tuve una gran admiración por los profesionales de la sanidad. Mi tío Alejandro Bulla era practicante. No consta que
descansara los fines de semana, eran otros tiempos.
Mucho
ruido y pocas nueces. Sigue la batahola en Madrid y continúa la Guerra de las
dos Rosas en la «corona vacía» de Cataluña por el reparto de la túnica sagrada.
Este ruido tan estridente, así en Madrid como en Barcelona, resalta todavía más
la labor constructiva de los sindicatos y las patronales. Ruido en la política,
responsabilidad de los agentes sociales.
En
todo caso, el Gobierno sigue adelante. Continúa ganando sus iniciativas
parlamentarias: La ley Wert ha sido borrada del
mapa. La grotesca bronca que organizaron las derechas gritando «¡libertad!»
demostraría que, con toda su grandeza, es en sus bocas una palabra de papel de
estraza. Con todo, así le ponían las bolas al séptimo Fernando, el rey felón. La oposición –vale decir,
las derechas de cazalla y ratafía-- está
completamente desubicada, sin proyecto ni trayecto. Tiene el síndrome de aquel Míster Niet, el embajador
soviético en la ONU. De ahí que se pueda establecer un nexo entre su déficit de política y el
griterío que promueven. Por ese flanco, el gobierno poco tiene que temer.
Por
otro lado, el independentismo catalán parece haberle dado una tregua al
gobierno de Pedro Sánchez. Es un alto el fuego
que se caracteriza porque, desde hace ya cierto tiempo, los que se pelean son
los propios independentistas: la rosa blanca de Lord Junqueras contra la rosa roja de Lord Waterloo. Que ahora se
ha visto aliñada por dos escaramuzas sucesivas: Waterloo anuncia, sin
conocimiento de los abogados de sus tres presos (Turull, Rull y Jordi Sánchez) que estos van a presentar una
querella contra el magistrado Marchena. Los abogados y los presos desconocían
esa iniciativa. ¿Acaso Waterloo, digamos las cosas claras, no quiere que los presos
salgan a la calle antes de las elecciones para, de esa forma, exhibir un
agravio en la campaña electoral? El radiofonista que ha dado la noticia se ha
quedado de piedra cuando oye que los abogados no tenían noticia alguna de que
los preses hubieran interpuesto querella alguna. ERC pone el grito en el cielo,
porque dicha querella, que después se demostró que era un globo sondo de
Waterloo, interfiere el posible indulto que podría estar esperando, entre ellos
el de Oriol Junqueras. El zafarrancho de desorden continúa cuando la portavoz
del governet, del árbol genealógico
de Waterloo deja correr que las elecciones del 14 de febrero podrían retrasarse
«por aquello de la pandemia». ERC se come las uñas.
Primera
conclusión provisional: el «nuevo independentismo», que afirman algunos
escribas agachados, tiene en sus calostros las mismas incontinencias y gangas del
anterior. Segunda conclusión provisional: de momento, el gobierno de Pedro
Sánchez poco puede temer por este flanco. Mientras se libraba aquella Guerra de
las dos Rosas (los York contra los Lancaster) París estaba tranquilo.
Así
las cosas, la conjunción astral de las impaciencias, propias del acné juvenil,
en vez de sacar conclusiones de los beneficios que depara al gobierno doña Correlación de Fuerzas, exhibe músculo de marcaje de
territorio. Como si estar en el gobierno, y ser vicepresidente, no fuera ya de
por sí un territorio bien delimitado. A mi juicio, esa obcecación por el figuroneo
y por la censura de cargos podemitas del gobierno contra otros, en este caso
socialistas, es objetivamente un despropósito y una señal de las grietas del
edificio. De continuar así se corren riegos que, a estas alturas, no estamos en
condiciones de prever. Chocante, lo que no desestabiliza al gobierno (la
actitud de la oposición), le inquieta el estilo –estilo viene de
estilete-- de su socio minoritario, que
está «enamorado de la moda juvenil».
Eso
sí, estamos en condiciones de dejar la tercera conclusión provisional: a) el
peligro que acecha al gobierno no viene de las derechas; b) tampoco del
independentismo; c) la erosión, de continuar ese taconeo farruco, vendría de
las imprudencias de quienes no quieren admitir que hay un solo gobierno. Más
todavía, que si ese gobierno cae, Unidas Podemos iría al congelador.
Post
scriptum.--- Me dicen amigos bien
informados que la famosa sentencia que repite don Venancio
Sacristán («Lo primero es antes») podría haber nacido en la localidad de
Herencia, provincia de Ciudad Real.
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