Segundo
día de tratamiento. Viene la ambulancia a casa a las siete de la mañana en
punto con una jovencísima conductora. Sólo voy yo; de vuelta a casa a las 10 y
media con una joven de Calella de Pacofrutos. Cuarenta
kilómetros de ida, cuarenta de vuelta. Me dice Amadeu
Gallart: « Si le sirve, no de consuelo
pero de sí de linimento, piense que la ciudadanía de lugares com la Seu d’Urgell,
para hacer estos tratamientos ha de realizar 280 km. diarios. Bien, este no es
el tema, lo importante es su salud, que conociendo su beligerancia, defenderá
con los máximos arrestos … Normalmente el tratamiento se hace en Lleida.
Algunas quimios se pueden hacer en la Seu. Nuestra reivindicación secular, como
otras tantas, es hacerlos en el hospital
de Andorra, quimios y radios, cosa que sería unos 40 diarios, cómo ud. Pero aquí
hace falta que se pongan de acuerdo Andorra, Barcelona y Madrid, y con las historias de los últimos años, no
hay manera, a pesar de que el actual embajador, Àngel Ros, está por la labor». Mirando el
cielo azul de hoy –al fondo lo que queda del castillo de Burriac— me siento un
privilegiado con relación a los paisanos de Gallart. Y me digo: somos iguales
ante la ley y, sin embargo, desiguales ante el acceso real a no pocos bienes del
welfare. La relación Andorra, Madrid y Barcelona, al menos en este caso, no es
eficaz. Árreglese, pues, el problema. ¡Ya,
porque lo primero es antes!
1.--- A la altura de
Vilassar Dernestlluch. Me pongo a considerar el
contagio que los independentistas han endilgado al Partido Popular. Primero fueron las derechas del hombre de
Waterloo las que intentaron internacionalizar el «conflicto catalán», vale
decir, el litigio de una parte de Cataluña contra la otra parte. Aquello acabó
siendo un azucarillo en un vaso de agua. Algunos hasta se inventaron aliados
fantasiosos: primero con Israel;
después con el mismísimo Putin.
Gabinas de cochero, que dirían en el barrio granadino del Realejo.
Ahora, Pablo
Casado ensaya el método de Waterloo: va al estanco de la calle Génova,
compra papel de instancia y los sellos pertinentes y envía su denuncia a la
Unión Europea. Un cambio de estilo: deja, por el momento, el tono incendiario de
los asuntos domésticos para entonar el gori gori contra Pedro Sánchez en el patio de vecinos europeo. Mientras se está
pendiente de los fondos europeos contra la pandemia.
Estamos a punto de pasar por Premià
Degutiérrezdíaz. Cuando acabe el tratamiento me pondré a leer la
biografía de El Guti, de Txema Castiella.
Es la hora de beberse medio litro de agua: los cataplines
deben estar a rebosar para que –me dicen los que me tratan-- la radioterapia tenga más ´puntería´ o algo
por el estilo.
2.--- Vuelta a casa. La ambulancia está puntual a la hora
convenida para salir pitando para Pineda de Marx. Me acuerdo de los pacientes
de La Seu.
Dejamos atrás la Badalona de
Manuelmorenomauricio.
La Arrimadas
presume de tener una visión de Estado. Todavía es un quiero-y-no-puedo. «Política
de Estado» es, en su caso, un significante cretino. Su partido, Ciudadanos, ha pasado de
ser un becariado de jabalí a una extraña
melaza todavía por definir: calisay con gaseosa. Ha dejado atrás el eterno niet de aquel Gromyko a la versatilidad de la rosa de Alejandría:
blanca de noche, rosa de día. O al revés.
Afirma Arrimadas que o el Gobierno retira lo de la
supresión del castellano como lengua vehicular o no apoya los Presupuestos. Un
extraño do ut des, aunque esto que
digo pueda escandalizar a los romanos y a
los cartagineses. Y yo me pregunto: ¿qué tiene que ver lo uno con lo otro?
Alguien dirá misteriosamente que ´todo está relacionado´. Lo sé, pero ---seamos
claros-- ¿qué tiene que ver el culo con
las témporas?
Mañana será otro día; ya falta menos.
Post scriptum.--- «Lo primero es antes», enseñaba don Venancio
Sacristán.
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