¿A que ustedes no hubieran dicho nunca que se puede meditar con sosiego a lomos de una ambulancia? Tampoco un servidor. Lo que pasa es que las circunstancias obligan y los compromisos con este blog me llevan a darle al magín tan de mañana. Vuela la ambulancia. Tendremos parada en
Mataró para recoger a una paciente. Es a muy primera hora entre la diminuta serralada
del Maresme y la mar mediterránea. Es un paisaje tranquilo, poco espectacular.
Me digo, como premisa, que Ciudadanos es un
partido—veleta. Solo se mueve a impulsos del viento. Esto es lo que le diferencia de su época riverista, graníticamente de la derecha cañí. Ahora, con Arrimadas están en un calcorreo, que recuerda a la
yenka, pero sin el paso de baile preceptivo a la izquierda. Es la yenka demediada. No son las secuelas riveristas sino las
posturas oscilantes de un grupo dirigente de escasa consistencia. Una semana se
reclaman de centro, pero quien manda es el viento que mueve la veleta, con lo que la semana siguiente viran a estribor. Cuando el viento no sopla caen
en el desconcierto. La semana pasada volvieron a Colón. Quiero decir que regresaron al triángulo escaleno con el Partido Popular y Vox. Un triángulo feo donde los haya. Los tres compartieron la llamada recta de Euler frente y contra la esfera Celaá. Ya saben ustedes, la recta de Euler
pasa por el ortocentro del PP, el circuncentro de Vox y el baricentro de Ciudadanos. Copartícipes, pues, del planteamiento levantisco de Casado y sus
parciales. Y con relaciones de ´mírame y no me toques´ con los de Abascal. Con un
órdago a la grande: con la esfera Celaá –dicen— no se estudiará en las autonomías ´suyas´. Aires de trumpismo de alpargata. Primero, el no a lo
aprobado en sede parlamentaria; segundo, encargar al Rudy Giuliani de la Meseta que lleve la esfera Celaá a
los tribunales. Más trabajo para la Brigada Aranzadi.
Y caigo en la cuenta de la reaparición en España de un fenómeno que estaba en barbecho: cuando las derechas pierden en el Parlamento su
respuesta es la insumisión al por mayor. En ese juego montaraz ha vuelto a caer
Arrimadas que es como la rosa de Alejandría: riverista de noche, atolondrada de
día.
Como he dicho, son los contagios del trumpismo. Allí, en los Estados
Unidos, Rudy Giuliani, abogado en jefe del ejército de rábulas del Hombre—bronca,
es un bribón de bigote. Sabe que la estrategia de su padrone ha fracasado jurídicamente: ningún juez ha admitido a
trámite las toneladas de papel que ha presentado denunciando un fraude interesadamente
imaginario. Giuliani lo sabe e insiste. Porque de esa manera engorda la factura
cobrando una millonada a la hora. Pronostico un best sellers de Giuliani para dentro de unos meses. Más madera, y
sobre todo un nuevo libro de texto para las terminales burocráticas de Trump en
el panorama mundial.
Antes de que se me olvide: quienes estén interesados en seguir la presentación del libro de Enric Juliana “Aquí no hemos venido a estudiar”, junto a sindicalistas de CC.OO. de Catalunya, debe inscribirse en https://docs.google.com/forms/u/0/d/e/1FAIpQLSdQwndROUigprV8I0Zwp-l6zvYFyRduKIGiOrnOHRQjan52QQ/formResponse
Post scriptum.--- No hay vuelta de hoja:
«Lo primero es antes», que enseñaba don Venancio Sacristán. No es un
principio, es un método.
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