Las
órdenes del Vaticano no se discuten. Así lo ha entendido el Obispo de Girona.
De Roma llegaron orientaciones de obligado cumplimiento a todo el mundo: cada
diócesis debe tener su propio exorcista.
El exorcismo, según la Docta, es «el conjunto de fórmulas y de ritos que se practican para expulsar un espíritu
maligno, especialmente el demonio, del cuerpo de una persona, de un lugar, etc».
Según parece estos tiempos confusos y de
tanta mudanza requerían no sólo la reaparición de la figura del exorcista sino
su extensión al Orbe. Por lo tanto, también a Girona. El Obispo ha nombrado a
mosén Puig Bofill, hasta la presente cura párroco de Rosas, exorcista. Se trata de un hombre
singular. Sus primeras declaraciones han sido: «No sé nada sobre el
particular», de profundas raíces socráticas. Y para remachar el clavo, por si
alguien tenía dudas, añade que la expulsión de los espíritus malignos es cosa
de los psiquiátras. Impecable el mosén. Audacia del Obispo al nombrar a alguien
que sostiene lo uno y lo otro. De donde se desprende que Girona y sus comarcas
cuenta con una gente que, mayoritariamente, es lúcida, y que Carles Puigdemunt es un rara avis.
Nuestro
cura ha propinado un severo cogotazo a todo un conjunto de tradiciones que, en
este caso particular, se remontan al famoso Tertuliano (160 – 220), padre de la
Iglesia. De buen seguro que la sabiduría de Mosén Puig habrá sido piedra de
escándalo de obispos tan ternes como, entre otros, el de Alcalá de Henares.
Especialmente porque delimita los campos que incumben a la ciencia y a la religión.
Con un matiz no irrelevante: nuestro cura no sabe lo que concierne a la religión
y, por tanto, se remite a la ciencia psiquiátrica. Es la sabiduría de la mar
mediterránea que baña el golfo de Rosas.
Por
lo demás, me malicio que las declaraciones del cura habrán puesto nervioso a Carles Puigdemont, que está a punto
de volver a su residencia de Waterloo. Se empieza exigiendo que la ciencia haga
los deberes para expulsar a los malignos y se acaba en el sermón del redentorismo
milenarista del somatén. En todo caso,
es una buena noticia para el Colegio Oficial de Psiquiatras de Cataluña.
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