Miquel Iceta o el esfuerzo constante por
encontrar soluciones a los problemas. Es un dirigente político que siempre está
en boca de todos por su afán de ir al grano. Miquel Iceta o el doctor Sutil.
Nuestro hombre está empeñado en propuestas que saquen a Cataluña del pantanoso
espacio-tiempo en el que se encuentra. Miquel Iceta ha propuesto la formación
de un «Gobierno de concentración». Es algo tan complicado como las ecuaciones diofánticas,
tan temidas por los estudiantes. Las diofánticas, gloria y flagelo del análisis
matemático. Tras la propuesta de Iceta, en Ferraz crujieron las vigas y
mugieron los cimientos. Y en las fuerzas políticas catalanas cundió la
murmuración a destajo. Sin embargo, nadie podrá negarle a Iceta su voluntad de
sacar a Cataluña de pantano cenagoso. Digamos, pues, que quien tenga algo mejor
que lo haga público. Callar por el qué dirán es mantener el callejón sin salida
con sus aderezos de bronca al por mayor.
En todo caso, comoquiera que
casi nadie se apuntará al carro, estimo que se podría encontrar una variante a
la propuesta de Iceta. Una variante que, con la ayuda de santa Rita (abogada de
lo imposible) pueda tener mejor acomodo y, quizá, más fácil digestión a los
políticos rumiantes. A saber, se propone un Gobierno técnico con
personalidades amigas, conocidas y saludadas de los partidos políticos
catalanes. No digo que fueran una representación directa de los partidos, sino una
delegación indirecta de los mismos. El elenco de las personalidades que
propongo es un ejemplo –sólo un ejemplo--
de lo que quiero decir. Carles Viver
Pí-Sunyer, Lali Vintró, Antón Costas, Josep Ramoneda, Juanjo López Burniol,
Carina Mejías, Montserrat Nebreda, Josep
Piqué u otros nombres de similares características. Con un presidente de la
Generalitat que esté limpio de polvo y paja, salido del grupo parlamentario de
Junts per Catalunya.
Sus objetivos serían: cicatrizar
las heridas; gestionar las cosas durante esta legislatura; negociar una salida
airosa, dentro de la legalidad, con el Gobierno central.
¿Ingenuidad? Quiá!. Son ganas de
que acabe este cáliz de amargura. Porque la salida perfecta ni existe, ni
existirá jamás de los jamases. En caso contrario, den por seguro que seguirá la
máxima del hostiaros los hunos a los hotros.
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