domingo, 8 de octubre de 2017

¿Por qué se van empresas de Cataluña?



Oriol Junqueras está tratando de restar importancia a la marcha de las sedes sociales de algunas firmas importantes de Cataluña hacia otros lugares.  Puro politiqueo. En mi opinión se trata de enviar una consigna a sus parciales, manteniendo el modelo de armar la tensión. ¿En qué cabeza cabe que pueda tener credibilidad que la marcha de los dos principales bancos catalanes, que la multinacional Gas Natural y ahora Aguas de Barcelona es algo irrelevante? Cabe en la mente del apostolado militante cuya necesidad es dar primeras respuestas simples para mantener un tinglado que no se esperaba una reacción empresarial de tanta contundencia. Lo primero, la consigna; después, ya veremos.

La marcha de estas firmas no es algo irrelevante. Lo de menor cuantía es las imposiciones fiscales de estas empresas en Cataluña. Lo de mayor diapasón es el mensaje que envían a los mercados y las agencias de rating. A saber, ojo con hacer operaciones en Cataluña, aquello es un pandemónium con graves repercusiones.

Observen ustedes que la estrategia de la marcha de las firmas no ha sido un pronto ni se está haciendo a estilo compadre. Cada día que pasa aparece una nueva firma que dice que está haciendo las maletas. Ahora se habla de Codorníu y Freixenet, de Catalana Ocidente y Abertis y otras. Digamos que están dosificando la operación.  Por lo que la respuesta de Junqueras --«no hay novedad, señora Baronesa»--  o es de pánfilos o de indocumentados. Es también una operación hablada con el Gobierno que, en menos que canta un gallo, ha dado facilidades para que el cambio de sede se haga por la vía rápida, o sea, sin necesidad de reunir al Consejo de Administración. O sea, estaban al corriente.

Algunos analistas se están preguntando por qué ha tardado tanto la gran empresa en reaccionar. Supongo que les era difícil creer que Puigdemont y Junqueras no llegarían a esos extremos. Así pues, sobrevaloraron la capacidad política de estos dos caballeros, de la misma manera que el hombre de Girona tampoco quiso creer que el empresariado pusiera rumbo más allá del Ebro.

El gran empresariado reaccionó cuando le pisaron el callo físicamente. Cuando vio que miles de impositores, fuera de Cataluña, empezaron a retirar miles y miles de euros de las entidades financieras catalanas y cuando bajaron los pedidos a empresas catalanas. En conclusión, son motivos económicos –de parné--  y no razones ideológicas. Lo que es suficientemente enseñado en primero de Lorenzo de Medici a los empresarios.  Y, según parece, no explicado en primero de Herder para Puigdemont y Junqueras.

No pierdan el tiempo llamándoles apátridas a los grandes empresarios. Algunos lo sabemos desde que nos lo avisó el barbudo de Tréveris.

Dejamos, pues, constancia de la indigencia política del govern de Catalunya y sus parroquianos. Y, mientras tanto, insistimos retóricamente: ¿quién paga este estropicio?   


¿Qué cómo salimos de este descomunal barullo? Lean detenidamente la resolución de la Comisión Ejecutiva Confederal de CC.OO en http://japariciotovar.blogspot.com.es/2017/10/una-llamada-la-sensatez-la-propuesta-de.html


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