La decisión, motu proprio, del grupo dirigente del Partit dels
Socialistas Catalans y de su grupo parlamentario en Catalunya de que
comparezcan en el Parlament de Catalunya dos altas personalidades de ese
partido –concretamente Narcis Serra y Marina Geli, ex consellera de Sanidad—
puede abrir una fase nueva en lo referente a la gestión de los recursos
públicos y sus posibles conexiones con trapacerías de mayor o menor rango. Recordemos
que los llamados a explicarse no son personal de tropa sino, hasta hace poco
tiempo, miembros del alto almirantazgo del partido.
Es una decisión valiente y,
como tal, debe ser valorada y saludada. Porque introduce elementos no
irrelevantes de transparencia, rendición de cuentas, asunción de
responsabilidades políticas y, sin lugar a dudas, de ejemplaridad. Más todavía,
introduce un precedente que pone en un brete a quienes no sigan ese camino u
otro similar.
Hoy, podemos decir, que al
menos las pocilgas (presuntas o reales), al menos en teoría, están más
expuestas a la investigación pública. Siempre y cuando la decisión de los
socialistas catalanes llegue al fondo de las cosas. Pero, en todo caso, la anomalía de los socialistas catalanes está
ahí. Una anomalía que no ha sentado nada bien a algunos autollamados
renovadores como el alcalde de Lleida, aspirante a dirigir el partido. Y, en
otra dirección, peor les habrá sentado a los responsables de Convergència i Unió
y del Partido popular.
Ya veremos en qué acaba de
todo eso, tanto en lo investigación parlamentaria como en lo que hagan los
otros partidos implicados o presuntamente implicados en zahúrdas reales o
presuntas.
Radio Parapanda. CAPÍTULO 17. GRAMSCI Y MARX
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